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Enseñanzas sobre el amor de Thich Nhat Hanh – Apuntes

Posted by Raul Barral Tamayo en jueves, 1 de agosto, 2019


Título original: Teachings on Love.
© 1997 by Thich Nhat Hanh
Traducción de Nuria Martí
Editorial: Ediciones Oniro.

El amor en el sentido budista (que implica compasión, alegría y ecuanimidad), es la clave de una vida plena y libre, capaz de superar el miedo, la soledad y la angustia. «Sin amor la vida es imposible», dice el autor. «Debemos aprender el arte de amar. Necesitamos apoyarnos unos a otros para formar una comunidad en la que el amor sea algo tangible. El bienestar del mundo depende de cómo vivamos nuestra vida cotidiana, de cómo amemos».

El maestro vietnamita Thich Nhat Hanh es uno de los principales impulsores del budismo zen en Occidente y un activo defensor de la paz mundial. Autor de más de 30 libros, actualmente vive en Plum Village, una comunidad de meditación en el sur de Francia. Ha sido nominado para el Premio Nobel de la Paz.

Algunas de las cosillas que aprendí leyendo este libro que no tienen porque ser ni ciertas ni falsas ni todo lo contrario:

  • Buda: «Siendo Brahma fuente de amor, para ser capaz de morar junto a él debes practicar los Brahmaviharas, o sea, el amor, la compasión, la alegría y la ecuanimidad».
  • Buda respetaba el deseo de la  gente de practicar sus propias creencias. Si te gusta meditar sentado, hazlo. Si te gusta meditar andando, hazlo. Pero conserva tus raíces judías, cristianas o musulmanas. Ése es el camino para seguir el espíritu de Buda. Si cortas tus raíces, no podrás ser feliz.
  • Cierta vez le dijo Buda a Ananda, su amado asistente: «Enseña estos Cuatro Incomensurables Estados de la Mente a los jóvenes monjes y se sentirán seguros, fuertes, alegres, y su cuerpo y su mente estarán libres de aflicciones».
  • Si das a la persona a quien amas algo que no necesita, eso no es maitri (amor). Debes percibir su verdadera situación, ya que de lo contrario quizá le ofrezcas algo que la haga infeliz.
  • Sin comprensión, tu amor no es auténtico. Debes observar profundamente para apreciar y comprender las necesidades, las aspiraciones y el sufrimiento de las personas a la que amas. Todos necesitamos amor. El amor nos da alegría y bienestar.
  • En el budismo, el principal significado de la palabra amor es amistad.
  • Cuando comprendes profundamente a alguien, aunque nos haya hecho daño, no podemos evitar quererle.
  • Para desarrollar la compasión debemos practicar la respiración consciente, y escuchar y observar profundamente.
  • Descubrí que Buda tiene la suficiente comprensión, serenidad y fuerza como para no dejarse abrumar por el sufrimiento. Es capaz de sonreír al sufrimiento porque sabe cómo aforntarlo y transformarlo. Nosotros debemos ser conscientes del sufrimiento, pero, al mismo tiempo, conservar la claridad, la serenidad y la fuerza para poder transformar la situación.
  • No nos precipitamos hacia el futuro, sabemos que todo se halla aquí, en el momento presente. Existe una gran cantidad de pequeñas cosas que pueden darnos una gran alegría, como el hecho de ser conscientes de que tenemos los ojos en perfecto estado.
  • La auténtica ecuanimidad no es ni fría ni indiferente. Si tienes más de un hijo, todos los son por igual.
  • Mientras nos veamos a nosotros mismos como el que ama y a la otra persona como el ser amado, en tanto nos valoremos más que los demás o nos consideremos diferentes a ellos, no tendremos una auténtica ecuanimidad.
  • Dices que amas a una persona, pero si no comprendes sus aspiraciones, necesidades y dificultades, esa persona permanece en una prisión llamada amor. El auténtico amor te permite conservar tu libertad y la de la persona amada.
  • Para que el amor sea auténtico, debe contener compasión, alegría y ecuanimidad. Para que la compasión sea auténtica, debe tener amor, alegría y ecuanimidad. La auténtica alegría debe contener  amor, compasión y ecuanimidad. Y la auténtica ecuanimidad debe tener amor, compasión y alegría. En esto consiste la interesencial naturaleza de los Cuatro Inconmesurables Estados de la Mente.
  • Cuando la energía del amor se manifiesta en nosotros con gran intensidad, podemos difundirla hacia todas direcciones.
  • Permanecemos sentados en silencio observando profundamente nuestro interior. Con la práctica nuestro amor se irá incrementando de forma natural, hasta llegar a incluirlo y contenerlo todo. A medida que aprendamos a observarlo todo con los ojos del amor, vaciaremos nuestra mente de ira y odio.
  • En todas partes hay gente que sabe cómo cuidar bien de sí misma y vive dichosa y feliz. Esas personas son nuestro mayor apoyo. Todo cuanto hacen, lo hacen para los demás.
  • En tanto no seamos capaces de amarnos y cuidarnos, no seremos de gran ayuda a los demás. Una vez realizado esto, podremos practicar con los demás, primero, pensando en alguien que apreciemos, luego en alguien que nos resulte indiferente, después en alguien a quien amemos, y finalmente en una persona que el mero hecho de pensar en ella nos haga sufrir.
  • Según Buda, un ser humano está formado por cinco skandhas (elementos, grupos o agregados): forma, sentimientos, percepciones, formaciones mentales y conciencia.
  • Para instalar la armonía, la reconciliación y la curación en nuestro interior, hemos de comprendernos a nosotros mismos.
  • Buda: «La persona que más sufre en este mundo es aquella que tiene una gran cantidad de percepciones equivocadas … Y la mayoría de nuestras percepciones son erróneas».
  • Debemos averiguar cuáles son las percepciones erróneas que nos hacen sufrir.
  • Para vivir en paz, hemos de ser conscientes de nuestras tendencias (la manera habitual de manifestarse nuestras energías) para poder ejercer un cierto autocontrol.
  • Buda: «Aquellos que se lastiman a sí mismo con sus pensamientos, palabras y acciones son, en verdad, sus peores enemigos. Sólo se causan sufrimiento a ellos mismos». Por lo general creemos que son los demás quienes nos lo causan. Pero debido a la mala memoria, la ira o los celos, decimos o hacemos cosas que nos hacen sufrir a nosotros mismos y a los demás.
  • Buda al Rey Prasenajit: «La gente cree generalmente amarse a sí misma. Pero como no presta atención dice y hace cosas que provocan su propio sufrimiento». Cuando descubramos lo cierto de esta afirmación, dejaremos de culpar a los demás por nuestro sufrimiento.
  • Observa las maneras en que te estás haciendo daño constantemente a tí mismo, y toma las medidas adecuadas para minimizar la enfermedad y el daño.
  • Cuando nos embarga la ira, nuestra paz y felicidad se desvanecen.
  • Observa profundamente las simientes de la ira en ti, observa profundamente a aquellas personas que crees que te han hecho daño.
  • Buda: «Matar la ira desvanece el sufrimiento y aporta paz y felicidad. La ira es el único enemigo que todos los sabios están de acuerdo en matar».
  • Las palabras y las acciones llenas de ira lastiman, ante todo, a uno mismo.
  • La principal causa de nuestros enojos son las simientes de la ira que acarreamos en nuestro interior, semillas que quizá nuestros padres y la sociedad nos hayan transmitido. Incluso un pequeño contratiempo puede provocar que la ira aflore a la superficie. Una persona sin las simientes de la ira será capaz de sonreír pese a lo que le digan.
  • Cuando alguien te grita, si tú le contestas de la misma forma, sufres, la otra persona sufre a su vez y la ira se incrementa. Evita semejantes acciones. Sólo os lastimarán a ambos.
  • Cuando sientas que empiezas a enojarte, recuerda, vuelve a tu respiración y síguela.
  • La ira, el miedo, la ansiedad, el deseo, la avaricia y la ignorancia son las grandes aflicciones de nuestro tiempo. Si vivimos plenamente conscientes seremos capaces de afrontarlos.
  • Amar es ante todo aceptarte tal como eres.
  • Tomar consciencia puede ayudarnos a detenernos antes de decir algo que pueda crearnos un conflicto a nosotros mismos o a los demás.
  • Cuando somos conscientes, iluminamos todo cuanto estamos haciendo.
  • Las acciones que nos benefician, benefician también a los demás. Las acciones que nos perjudican, perjudican también a los demás.
  • Si eres incapaz de aceptar a los demás es porque no puedes aceptarte a ti mismo.
  • Si luchas con la gente que te rodea, es porque en tu interior hay una lucha.
  • Nuestros antepasados nos transmitieron las simientes del sufrimiento, pero también las de la paz, la libertad, la alegría y la felicidad. Aunque estas simientes estén profundamente enterradas en nuestra conciencia, podemos regarlas y ayudarlas a crecer con más fuerza. Sentir las simientes de la alegría, la paz, la libertad y la estabilidad en nuestro interior es una práctica importante.
  • Toma como objeto de tu meditación a un hombre o una mujer de Bosnia que puedas visualizar. Observa profundamente y visualiza su cuerpo, sus sentimientos, sus percepciones, sus formaciones mentales y su conciencia, y verás la situación de toda la nación.
  • Si no eres capaz de amarte a ti mismo, no serás capaz de amar a tu enemigo. Pero cuando eres capaz de amarte a ti mismo, puedes amar a todo el mundo. Cuando lo hagas, descubrirás que aquella persona a quien tú llamas tu enemigo no es más que un ser humano que está sufriendo.
  • Tan pronto percibas que la persona a quien llamas tu enemigo está también sufriendo, te sentirás preparado para amarla y aceptarla. La idea de «enemigo» se desvanece y es reemplazada por la realidad de alguien que está sufriendo y necesita tu amor y compasión.
  • En nuestro interior hay elementos tóxicos, como el deseo, la ira y la ignorancia. El deseo es la avidez que nos incita a perseguir fama, provecho, riqueza y sexo. La ignorancia es desconocimiento, falta de comprensión. Además de estos tres elementos tóxicos existen otros, como la arrogancia y la desconfianza. En nuestra vida diaria debemos vivir conscientemente para reconocer la presencia del deseo, la ira y la ignorancia y advertir cuánto sufrimiento causan estos elementos tóxicos.
  • Las palabras y los acontecimientos sólo estimulan aquello que hay en nuestro interior. Si las simientes de ira no estuvieran almacenadas en nuestra conciencia, aquello no podría surgir.
  • Buda enseñó que cuando sientas surgir la ira, cierres los ojos y los oídos, recuperes la calma y te ocupes del origen de tu ira.
  • No necesitas rechazar o reprimir nada, ni tan siquiera tu ira. Es sólo una energía, y todas las energías pueden transformarse. La meditación es el arte de utilizar una determinada energía para transformar otra.
  • Tan pronto sientas aparecer la ira, hazte consciente de ella para poder abrazarla. Transcurridos diez minutos disminuirá su intensidad, y el hecho de ser consciente de ella te revelará muchas cosas.
  • Gracias a la práctica de hacerte consciente de ella, tu ira volverá a almacenarse en tu conciencia. La próxima vez que surja, condúcete de igual modo y, con el tiempo, la simiente de la ira se debilitará. En esto consiste la prácticar de afrontar la ira; al hacerte consciente de ella puedes transformarla en energía de amor y comprensión.
  • Debemos observar profundamente para encontrar algunas cualidades positivas en aquellas personas cuyas palabras y acciones son desagradables. Si conseguimos encontrar alguna, seremos capaces de aceptarlas.
  • Cuando encontramos a alguien cuyas acciones, palabras y pensamientos son desagradables, podemos tener la certeza de que esa persona está embargada por el sufrimiento.
  • Es importante observar profundamente el sufrimiento de los demás. Cuando hay alguien cuyas acciones son poco amables, sus pensamientos son malsanos y nocivas sus pabras, lo más seguro es que esté sufriendo mucho.
  • Muchas personas de nuestra sociedad fueron en su infancia objeto de abusos por parte de los mayores, y continúan sufriendo por ello durante toda su vida.
  • Si un padre no sabe cómo controlar su cólera, es muy posible que deje de comunicarse con su hijo, y éste sufrirá las consecuencias durante toda su vida, y será incapaz de comunicarse con sus maestros, amigos, y más tarde con su propio hijo.
  • Si observas profundamente, comprenderás que cuando tu padre era un niño de cinco años fue herido profundamente por la cruel conducta de otros. Si de niño fue herido y nunca supo cómo transformar esas heridas, es natural que inflija ese dolor a otras personas, incluyéndote a ti mismo. Su propio hijo se convierte en una víctima del sufrimiento del padre, igual como éste fue víctima del sufrimiento de sus padres.
  • Al sentir las simientes de la alegría y la felicidad en nosotros, al identificar y observar los orígenes de la ira, del deseo y de la ignorancia, nos volvemos realmente pacíficos y felices, con el cuerpo y el espíritu serenos; estamos a salvo, libres de cualquier daño, libres de ira, aflicciones, miedo y ansiedad.
  • Pregúntate a ti mismo: ¿A quién puedo hacer sonreir esta mañana? En esto consiste el arte de crear felicidad.
  • Nuestras ideas sobre la felicidad nos aprisionan. Olvidamos que son simples ideas. Nuestra idea sobre la felicidad puede, en realidad, impedirnos ser felices. Cuando estamos atrapados en una particular idea de lo que es la felicidad, somos incapaces de distinguir las oportunidades en que la alegría se halla ante nosotros.
  • La felicidad no es un asunto individual, tiene la naturaleza de la interesencialidad. Cuando eres capaz de hacer sonreír a un amigo, su felicidad también te alimenta.
  • Amar a alguien significa proporcionarle alegría y felicidad de formas muy concretas.
  • Cuando por fin seas capaz de amar a tu enemigo, quizá te sientas como un gran hérode, pero advertirás que, en realidad, amar a esa persona es amarte a ti mismo.
  • Si eres un monje o una monja, debes recordar tu voto de dedicar tu vida a practicar el dharma para aportar alegría y felicidad a todos los seres.
  • Cada mañana renuevas tu propósito de avanzar por el camino para no extraviarte. Cada noche, antes de acostarte, debes dedicar algunos minutos a revisar el día: «¿He vivido el día de hoy en dirección a mis ideales?».
  • Cuando somos indiferentes, no disfrutamos con nada, no sentimos interés por nada, ni deseamos luchar por nada. No experimentamos amor ni comprensión, y la vida carece de alegría o significado. Somos incapaces de sentir el sufrimiento o la felicidad de los demás. Si descubres que estás sumido en un estado de indiferencia, pide ayuda a tus amigos.
  • A pesar de todo su sufrimiento, la vida está llena de maravillas.
  • La indiferencia y la falta de amor nos hacen sufrir, pero el apego nos causa mucho más sufrimiento.
  • Empiezas con pasión, pero al vivir con la otra persona aprendes a resolver las dificultades y tu amor se vuelve más profundo.
  • Si amas realmente a alguien, debes estar plenamente presente para él o ella. El hijo sabía que el mejor regalo que su padre podía ofrecerle era su presencia real.
  • En el auténtico amor no hay lugar para el orgullo.
  • El objeto primordial de la meditación budista es restablecer la comunicación con uno mismo. Raras veces estamos realmente allí. Huimos de nosotros mismos porque tememos regresar a casa y afrontar el mieod y el sufrimiento del niño herido de nuestro interior durante tanto tiempo ignorado.
  • Cuando no podemos comunicarnos enfermamos, sufrimos y volcamos nuestro sufrimiento en otras personas.
  • La falta de comprensión es la base que da pie a la formación de cualquier tipo de nudo interno. A nuestra mente le resulta difícil aceptar que tiene sentimientos negativos de ira, miedo y arrepentimiento, así que encuentra formas de sepultarlos en áreas remotas de nuestra conciencia.
  • En Asia decimos que hay tres fuentes de energía: la sexual, la respiración y el espíritu (jing, qi y shen).
  • Los monjes y las monjas no mantienen relaciones sexuales porque desean dedicar toda su energía a avanzar en la práctica de la meditación.
  • El sentimiento de soledad es universal. Existe a menudo muy poca comunicación entre nosotros y los demás, incluso entre la propia familia.
  • La unión de dos cuerpos sólo puede ser positiva cuando hay comprensión y comunión a nivel del corazón y del espíritu. Incluso entre marido y mujer, sin o existe esta clase de comunión, la simple unión de dos cuerpos sólo contribuirá a aumentar la separación.
  • El auténtico amor implica el sentido de responsabilidad, de aceptar a la otra persona tal como es, con todas sus cualidades y defectos. Si sólo nos gusta lo mejor de ella, esto no es amor. Debemos aceptar sus defectos y, con paciencia y comprensión, dedicar nuestra energía a ayudarla a transformarlos.
  • Tanto si tu relación está legalizada o no por la ley, será más fuerte y duradera si se lleva a cabo en presencia de una sangha, de amigos que te quieren y desean apoyarte con espíritu de comprensión y de amor.
  • Debemos practicar de forma que cualquier cosa que hagamos por los demás les haga felices. El deseo de amar no es suficiente. Si la gente no se comprende entre sí, es imposible que se ame.
  • Vive tu vida diaria de modo que sientas la presencia de la comunidad en ti todo el tiempo. El mundo requiere que seas consciente, que sepas lo que está sucediendo.
  • Si eres capaz de vivir profundamente un solo momento de tu vida, puedes aprender a vivir de igual forma los demás momentos de tu vida.
  • Todo el mundo sabe que culpar a los demás y discutir nunca sirve de nada, pero lo olvidamos.
  • Vivir en compañía es todo un arte. Aunque tengas muy buena voluntad, puedes hacer muy infeliz a la otra persona. Tener buena voluntad no basta. Necesitamos conocer el arte de hacer feliz a la otra persona. El arte es la esencia de la vida. La esencia del a rte es ser consciente.
  • El amor materno es el primero que saboreamos, da origen a todos los demás sentimientos de amor. Nuestra madre es el primer maestro que nos enseña a amar, el tema más importante de la vida. Sin mi madre, nunca habría sabido amar.
  • La madre es la b ase de todo amor, y muchas tradiciones religiosas reconocen este hecho profesando un profundo respeto a la figura maternal.
  • La madre es una ilimitada fuente de amor, un inagotable tesoro. Pero, desgraciadamente, a veces lo olvidamos. Una madre es el regalo más bello que la vida puede ofrecernos. Sólo cuando se ha ido nos damos cuenta que nunca hemos sido conscientes de tener una madre.
  • Si un regalo tan valioso como la presencia de tu madre no te satisface, aunque llegaras a ser el presidente de una gran compañía o el rey del universo, probablemente no te sentirías satisfecho. Sé que el Creador no es feliz porque surgió espontáneamente y no experimentó la suerte de tener una madre.
  • Si no tienes a nadie a quien amar, quizá se seque tu corazón.
  • Si eres capaz de respirar y sonreír cuando tu hermana te dice algo desagradable, esto es ya empezar a amar.
  • Si no practicamos la respiración consciente para deshacer los nudos del dolor de nuestro interior ¿qué podremos enseñar a los demás? Debemos comprender y practicar las enseñanzas en nuestra vida cotidiana.
  • Es crucial hablar afectuosamente. Nuestro propósito no es el de dañar a la comunidad, sino el de curarla. Hablamos con franqueza, pero sin pretender ser destructivos.
  • Es crucial escuchar compasivamente. Escuchamos con el deseo de aliviar el sufrimiento de la otra persona, no para juzgarla o discutir con ella.
  • Otra práctica que puedes hacer para que reine una atmósfera de paz en tu familia y en tus relaciones es el Tratado de Paz.
    • Con el fin de vivir juntos felizmente y durante mucho tiempo, con el fin de desarrollar y profundizar continuamente nuestro amor y nuestra comprensión, nosotros, los abajo firmantes, prometemos observar y practicar lo siguiente.
    • Yo, el que está enfadado, estoy de acuerdo en:
      • Evitar decir o hacer cualquier cosa que pueda provocar más daño o que recrudezca el enojo.
      • No reprimir mi enojo.
      • Hacer la práctica de respirar conscientemente y tomar refugio en la isla de uno mismo.
      • Con toda serenidad y en el plazo de las próximas veinticuatro horas, comunicarle a la persona que me ha hecho enfadar y sufrir, ya sea verbalmente o presentándole una Nota de Paz, que estoy enfadado.
      • Pedirle que nos v eamos a finales de semana (p. ej., el viernes por la noche) para discutir este problema más a fondo, ya sea verbalmente o por medio de una Nota de Paz.
    • La persona que ha hecho enfadar a la otra está de acuerdo en:
      • Respetar los sentimientos de la otra persona, no ridiculizarla y darle tiempo suficiente para que se serene.
      • No presionarla para discutirlo inmediatamente.
      • Confirmar su petición para vernos, ya sea verbalmente o por medio de una nota, y hacerle saber que estaré allí.
      • Hacer la práctica de respirar conscientemente y tomar refugio en la isla de uno mismo para ser:
        • Que tengo simientes de crueldad y de ira, y también la costumbre de hacer infeliz a la otra persona.
        • Que me había equivocado al pensar que haciendo sufrir a la otra persona aliviaría mi propio sufrimiento.
        • Que al hacer sufrir a la otra persona, provoco mi propio sufrimiento.
      • Pedirle perdón tan pronto me haya dado cuenta de mi falta de tacto y atención, sin intentar justificarme y sin esperar hasta el viernes por la noche para hacerlo.
      • No decir: «No estoy enfadado. No importa. No estoy sufriendo. No hay nada por qué enfadarse, al menos esto no es suficiente para hacerme enfadar».
      • Hacer la práctica de respirar conscientemente y observar mi vida cotidiana profundamente, mientras estoy sentado, tendido, de pie o andando, para ser:
        • De qué forma a veces he manifestado mi falta de tacto.
        • Cómo he herido a la otra persona por culpa de mi propia y habitual energía.
        • Que la vigorosa simiente de ira en mí es la causa fundamental de mi ira.
        • Que el sufrimiento de la otra persona, que riega la simiente de mi ira, es la causa secundaria.
        • Que la otra persona sólo desea aliviar su sufrimiento.
        • Que mientras la otra persona sufra, yo no podré ser realmente feliz.
      • Pedirle perdón inmediatamente, sin esperar al viernes por la noche para hacerlo, tan pronto me haya dado cuenta de mi f alta de tacto y atención.
      • Posponer la cita del viernes si no me siento lo suficientemente sereno para encontrarme con la otra persona.
    • Prometemos, poniendo a Buda por testigo y bajo la consciente presencia de la Sangha, seguir estos Artículos y llevarlos a la práctica de todo corazón. Invocamos a las Tes Joyas para que nos protejan y nos otorguen claridad y confianza.
  • Debemos ser modestos y receptivos, para poder aprender juntos. Necesitamos una sangha, una comunidad que nos apoye, y necesitamos estar en estrecho contacto con nuestra sociedad para practicar correctamente los Ejercicios de la Concienciación.
  • La práctica de los Ejercicios de la Concienciación puede describirse como la práctica de amar.
  • Es difícil, por no decir imposible, practicar la vía de la comprensión y del amor sin una sangha, una comunidad de amigos que avanzan por la misma senda. Es tan desmesurada la tendencia de la sociedad a mostrarse olvidadiza que necesitamos el apoyo de los amigos para que nos ayuden a mantener contacto con nuestro más profundo deseo de amar y de ayudar a todos los seres.
  • Quizá pienses que la felicidad sólo es alcanzable en un futuro, pero si aprendes a no ir siempre apresurado, descubrirás que hay condiciones de sobra para que seas feliz en este mismo instante. El único momento en que nosotros podemnos estar vivos es en el momento presente.
  • En el pasado la gente vivía en clanes familiares. Nuestras casas estaban rodeadas de árboles y hamacas, y la gente tenía tiempo de relajarse junta. La familia nuclear es una invención reciente. Cuando los padres tienen algún problema, la atmósfera del hogar se vuelve tan densa que en él no hay donde huir o respirar. En la actualiadad, muchos niños crecen con los simientes del sufrimiento, y a menos que podamos cambiar la situación, las seguirán transmitiendo a sus hijos.
  • A quienes están alienados de sus familias, de su cultura o sociedad, a veces les resulta difícil practicar. Aunque mediten intensamente y durante muchos años, mientras sigan aislados, les costará mucho poder transformarse. Debemos establecer vínculos con los demás. La práctica budista debería ayudarnos a regresar a nuestro hogar y a aceptar lo mejor de nuestra cultura. Conectando de nuevo con nuestras raíces, podemos aprender a observar profundamente y a tener una comprensión compasiva. No sólo practicamos para nosotros. También lo hacemos para nuestros padres, nuestros antepasados, nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos.
  • Debemos vivir nuestra existencia cotidiana de tal manera que cada minuto sea un Empezar de Nuevo. Si todo el mundo lo practica, habrá esperanzas de futuro.
  • Formar una sangha es el arte más importante que debemos aprender. Aunque seamos muy hábiles meditando y estemos versados en los sutras, si no sabemos cómo edificar una sangha, no podremos ayudar a los demás. Debemos construir una sangha feliz, con comunicación.
  • Cada uno de nosotros necesita una sangha. Si todavía no tenemos una buena sangha, deberíamos dedicar nuestro tiempo y nuestra energía a formarla.
  • Para formar una sangha, debes empezar por encontrar algún amigo a quien le guste meditar sentado o andando, recitar los preceptos, practicar la meditación del té, o conversar, en tu compañía. Con el tiempo, otras personas desearán también unirse a vosotros, y tu pequeño grupo podrá encontrarse cada semana o cada mes en casa de alguien. Algunos sanghas incluso encuentran un terreno y van a vivir al campo para iniciar un centro de retiro. Lo principal es organizarse de tal forma que todo el mundo disfrute. Nunca encontrarás una sangha perfecta.
  • Nadie puede existir sólo por sí mismo. En el cosmos todo participa de esta interesencialidad con todo lo demás.
  • Tú eres la continuación de tus padres. Eres tus padres. Por lo tanto, no tiene ningún sentido estar enojado con tu padre o tu madre.
  • Todo cuanto necesitas para curarte puedes encontrarlo en tu interior. En ti llevas la vida, la sangre, la experiencia, la sabiduría, la felicidad y el dolor de todos tus antepasados.
  • Cuando transformas tu propio sufrimiento, cuando realizas tus sueños, das fin al sufrimiento de tus antepasados y culminas sus sueños y los de tus descendientes.
  • La cultura vietnamita ha conservado durante siglos un dicho que afirma: «Donde quiera que los nietos estén, los abuelos también están allí».
  • hay personas que están enojadas con sus padres porque éstos nunca fueron capaces de manifestarles su amor. Pero ese amor está todavía presente en el bagaje de su conciencia. No hay ningún padre que no ame a sus hijos, aunque las apariencias externas hagan creer que los odian, los rechazan o incluso que intentan matarlos. El amor que en ellos se esconde ha sido transmitido de generación en generación.
  • Seguir odiando y rechazando a tus padres es una actividad inútil. Quizá tus padres se encontraron en las mismas y difíciles circunstancias, y se descargaron en ti gritándote, censurándote, rechazándote y haciéndote  desdichado. Aun en este caso, no puedes negar ser su continuación o haber recibido de ellos alguna clase de alimento o protección.
  • Creer que estamos solos y aislados es una ilusión que causa gran sufrimiento.
  • Al mirar los ojos de tu maestro, sabes que eres su continuación. Quizá tu maestro tenga defectos, pero no por ello deja de serlo, y lleva en su interior la sabiduría de numerosas generaciones.
  • Si en ti contienes la energía de la paz, la comprensión y el amor, es gracias a tus antepasados espirituales. Una vez te des cuenta de ello, todo tu ser se llenará con su energía.
  • El budismo ayudó a civilizar el pueblo vietnamita. como se refleja claramente durante las dinastías Li y Tran, en las cuales el espíritu del budismo motivó a toda clase de personas.
  • No podemos hallar la felicidad si sólo poseemos una familia biológica. Todos necesitamos dos familias, la biológica y la espiritual. Cuando tienes problemas con tu familia biológica, tu familia espiritual puede ayudarte; cuando tu familia espiritiaul tiene dificultades, tu familia biológica puede reconfortarte. Si careces de una de ellas, te sentirás como un huérfano, por eso una persona inteligente tiene dos.
  • Francia no pertenece sólo a la gente de origen francés. En realidad es imposible encontrar a una persona cuyo origen sea puramente francés porque este país está constituido por una variedad de elementos que no son franceses. Marie Curie, considerada una científica francesa, era de origen polcao. El cantante Yves Montand procedía de Italia. Nuestros pueblos, países y antepasados proceden de numerosas y distintas razas y raíces.
  • Naturalmente, estamos dispuestos a aceptar lo positivo de nuestra sociedad; pero también tenemos que aceptar lo negativo, como la violencia, el odio y el racismo, para poder transformarlos. Debemos vivir de una forma que contribuya a transformar estos elementos negativos.
  • La llave para que se abra tu corazón está en la comprensión, de ahí que esta meditación sea tan importante. Debes ser capaz de ver cómo la persona que te ha hecho sufrir ha sufrido y continúa sufriendo. Debes ver qué es lo que le ha llevado a su actual situación. La gente que sufre hace sufrir a la gente que la rodea. Esas personas han sufrido desde su niñez. Han sufrido injusticias y abusos. Una vez consigas verlo tu corazón se abrirá.
  • Cuando una persona tiene ideas equivocadas, sufre y hace sufrir a cuantos le rodean, incluyendo aquellos a quienes ama.
  • Comprendes que esa persona no ha aprendido a dominarse a sí misma y que, por lo tanto, te ha hecho sufrir a ti y a aquellos a quienes amas.
  • Cuando realmente ves el sufrimiento, las dificultades y las ideas equivocadas de una persona que te ha hecho sufrir, eres capaz de amarla y perdonarla. En ese momento tu corazón se llena con la corriente de amor y compasión. Tu corazón se renueva y suaviza, y tú eres el primero en beneficiarte de esa paz y alegría. Después, la forma en que vivas tu vida cotidiana tendrá la capacidad de transformar a la otra persona.
  • En Vietnam hay una t radición muy bella. Después de una b atalla en la que se ha d ado muerte a un general, se levanta un altar en su honor. Es una manera de decir: «Sin quererlo, nos vismo forzados a matarte. Ahora que te has ido, te dedicamos esta altar. Sabemos que sólo seguías las órdenes de tu propio rey. Quizá no querías invadirnos o luchar contra nosotros, del mismo modo que nosotros no queríamos matarte, pero no te quedó otra elección». Los vietnamitas han seguido esta costumbre durante siglos.
  • Una persona separada de su propia cultura y tradición es como un árbol arrancado de raíz. A esta clase de personas les resultará muy difícil ser felices.
  • Si a nuestra familia espiritual o biológica le falta vitalidad, la transformación no será posible. Para poder seguir llena de vitalidad, una tradición espiritual necesita ser cuidada y renovada.
  • Algunos de mis antepasados eran casi perfectos y otros distaban mucho de serlo, pero todos ellos son mis antepasados, y sé que es importante aceptarlos a todos. Yo t ambién tengo aspectos casi perfectos y, en cambio, otras de mis facetas distan mucho de serlo. Por eso puedo sentir paz y armonía con todos mis antepasados, incluso con los que no eran demasiado perfectos.
  • Cuando logremos ver y aceptar nuestras imperfecciones, nos será fácil aceptar las de nuestros antepasados, incluso las de nuestros padres.
  • Cuando visualizo a los que tienen problemas , que no escuchan mis consejos, que no cumplen los preceptos, que hacen infeliz a la sangha, veo que la sangha y yo tenemos que dedicar más tiempo, energía y atención a dichos discípulos.
  • Cuando consigues aceptar a todo el mundo, tu corazón se llena de paz y de amor.
  • Sé que algunos de vosotros no queréis tener nada que ver con nuestros padres o antepasados, porque sólo sentís cólera y odio hacia ellos. Queréis estar solos y no tener nada que ver con ellos. Pero esto es imposible. Si te observas profundamente, descubrirás que eres una continuación de ellos, que tienes casi todas sus perfecciones e imperfecciones. No eres una identidad aislada. Formas parte del río de la vida.
  • Sin raíces no podemos ser felices.
  • En la actualidad hay mucha gente alienada de su cultura y tradición, y sufre. Te ruego que vuelvas a ellas, que recuperes las raíces de tu cultura y tradición.
  • Por favor, aprende y practica el arte de vivir con plena consciencia, el a rte de ser feliz y de hacer felices a los demás. En esto consiste la meditación del amor. En esto consiste vivir profundamente el momento presente.

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12 respuestas to “Enseñanzas sobre el amor de Thich Nhat Hanh – Apuntes”

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