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Sueños en el umbral de Fatema Mernissi – Apuntes Breves

Posted by Raul Barral Tamayo en miércoles, 1 de octubre, 2008


«Nací en 1940 en un harén de Fez, ciudad marroquí del siglo IX, 5000 kms al oeste de La Meca y 1000 kms al sur de Madrid, una de las peligrosas capitales de los cristianos …»

Así comienza la autora las memorias de su infancia, transcurrida en uno de los últimos harenes de Marruecos. Con el poder de encantamiento de las fábulas y la fuerza narrativa de las historias verídicas, el libro es un puente tendido entre dos culturas: la europea y la magrebí.

Esta mágica recreación de un mundo extinguido, en el que una niña se ve obligada a navegar entre fronteras para salvaguardar su futura integridad de mujer, adquiere universalidad en su exotismo gracias al hilo de plata con el que la autora teje los innumerables cuentos y anécdotas del patio en el que esta confinada.

En un libro que posee el poder evocativo de Las Mil y Una Noches, Mernissi escribe sobre las estrategias de la seducción y el harén como metáfora de nuestras vidas. Unas memorias provocativas, habitadas por mujeres individualistas, divertidas, sabias y maravillosas que recompensan a su lector con el placer de la inteligencia y la frescura.

Algunas de las cosillas que aprendí leyendo este libro que no tienen porque ser ni ciertas ni falsas ni todo lo contrario:

  • Por alguna razón, decía mi padre, cuando Alá creó el mundo separó a los hombres de las mujeres y colocó un mar entre musulmanes y cristianos.
  • Los problemas empiezan cuando no se respeta la frontera sagrada o hudud (cristianos al igual que las mujeres).
  • Las mujeres soñaban con la frontera continuamente. Su obsesión era el mundo del otro lado del umbral.
  • Ser musulmán era respetar la hudud. Y para un niño respetar la hudud era obedecer. La hudud era todo aquello que la maestra prohibía.
  • El número de familiares que vivía con nosotros en un momento determinado variaba según la cantidad de problemas que tuviesen.
  • La puerta de nuestra casa era hudud, porque hacía falta permiso para entrar y para salir; incluso acercarse a la puerta era todo un trámite.
  • En un harén las preguntas nos e hacen necesariamente para recibir respuestas. Uno pregunta sólo para comprender qué le ocurre.
  • Según la ley musulmana las mujeres no pueden gobernar un país.
  • El harén significa desventura, porque una mujer se veía obligada a compartir su marido con muchas otras.
  • Los nacionalistas, que luchaban contra los franceses, habían prometido crear un nuevo Marruecos, en el que habría igualdad para todos. Las mujeres tendrían el mismo derecho a la educación que los hombres y también a disfrutar de la monogamia.
  • Muchas de las coesposas habían sido compradas en mercados de esclavos.
  • Los adultos no contestaban voluntariamente a la pregunta de qué es exactamente un harén.
  • Un harén impide que los hombres y las mujeres se vean, de modo que cada cual cumple con sus deberes.
  • Todos los hombres respetables se ocupaban de que sus mujeres no tuvieran que salir a la calle, siempre tan peligrosa e insegura.
  • Harén era una ligera variación de la palabra «haram», lo prohibido, lo proscrito. Que era lo contrario de «halal», lo permitido.
  • Donde hay seres humanos, hay «qa’ida», o normal invisible. Si la respetas, no te pasará nada. Por desgracia, la «qa’ida» casi siempre está en contra de las mujeres.
  • Cada viernes, en la mezquita, los grupos mejor representados eran los cinco que, durante siglos, habían sido los garantes del lugar económico e intelectual que Fez ocupaba en Marruecos: ulemas, jerifes, tujjar, fellahin y artesanos.
  • Ulemas, hombres sabios que consagraban su vida a la ciencia.
  • Jerifes, descendientes del Profeta, desempeñaban papeles simbólicos prominentes en las ceremonias.
  • Fellahin, por un lado campesinos, pobres y sin tierras, y por otro, los terratenientes, ricos y sofisticados promotores agrícolas.
  • Los artesanos producían prácticamente todo lo necesario en Marruecos.
  • ¡Nunca te cubras la cabeza! Me gritó mi madre. ¡Yo lucho contra el velo y tú vas y te pones uno!
  • ¡No te he dicho que te rebeles contra mí! Debes rebelarte contra todos los demás, pero a tu madre has de seguir obedeciéndola.
  • No debes rebelarte estúpidamente. Primero tienes que considerar detenidamente la situación y analizarlo todo. Y rebelarte sólo cuando estés segura de que existe alguna posibilidad de ganar.
  • Si las mujeres visten como los hombres, será peor que el caos. Será «fana», el fin del mundo.
  • Todas las personas tienen cosas maravillosas ocultas en su interior. La única diferencia era que algunas conseguían compartir esas cosas maravillosas y otras no.
  • Quienes no exploraban ni compartían los preciosos dones de su interior, se sentían toda la vida desdichados, tristes.
  • Cualquier cosa que sepas hacer bien puede cambiar tu vida.
  • Una mujer tenía que hacer dos cosas para conseguir el amor de un hombre. Una era magia. La segunda era un proceso complicado que siempre resultaba: tenía que embellecerse.
  • Una mujer que masca chicle en realidad está haciendo un gesto revolucionario. No por el hecho mismo de mascar chicle, sino porque el chicle no está prescrito por el código.

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Curioso libro aunque la descripción de la editorial con la que comienza esta entrada es bastante exagerada :), tiene sus curiosidades pero es flojillo, se trata más de las memorias de su infancia que de otra parte de su vida donde las reflexiones tienden a profundizar.

Como se puede de los apuntes extraídos Alá parece que dijo muchas gilipolleces, solo hay que preguntarse en lo propio, en lo que nos concierne más íntimamente,  porque reconocer las propias gilipolleces de uno es bastante más complicado, es más fácil ver la paja en el ojo ajeno como se suele decir.

raul

2 respuestas to “Sueños en el umbral de Fatema Mernissi – Apuntes Breves”

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