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Ordena tu mente para ordenar tu vida de María Ibáñez y Jesús Jiménez

Posted by Raul Barral Tamayo en martes, 7 de febrero, 2023


© María Ibáñez Goicoechea, 2021
© Jesús Jiménez Cascallana, 2021.
Editorial: La Esfera de los Libros.

Para poner en orden tu vida es importante que sepas ordenar tu mente. ¿Y qué significa ordenar la mente? Significa, principalmente, desterrar las formas erróneas de pensar, así como lo hábitos perjudiciales para el buen discurrir. Creer ideas equivocadas, dejarse arrastrar por el entorno, tener la ilusión de que se controla todo y que uno puede parar el pensamiento cuando quiera, los prejuicios o la crítica mental son sólo algunas de las confusiones mentales que se tratan en este libro.

Los autores, que ya publicaron con éxito Aprende a resolver lo que te hace sufrir, nos enseñan a pensar con inteligencia para poner orden –y concierto- en nuestro día a día, y así resolver las causas de la confusión y el sufrimiento que nos produce no poder solucionar los problemas. ¡Piensa bien y acertarás!

María Ibáñez Goicoechea y Jesús Jiménez Cascallana son un matrimonio de comunicadores especialistas en psicología (psicoterapeuta y psicólogo), escritores y conferenciantes. Tras años de profunda investigación de la psique y el comportamiento humanos en diferentes partes del mundo, abren en 1998 el centro de Psicología e Introspección en Madrid y, en la actualidad, cuentan con otro en Huesca. También entonces inician la labor de difundir los frutos de sus investigaciones a través de conferencias, libros, artículos, vídeos, intervenciones en radio y televisión en España e Hispanoamérica. Su principal interés es ofrecer una respuesta a los conflictos personales y sociales basada en la comprensión de sus causas y la solución del sufrimiento. Exponen cómo debe hacerse este aprendizaje en un lenguaje claro, primando la comunicación y la comprensión, y de forma práctica y directa.

Algunas de las cosillas que aprendí leyendo este libro que no tienen porque ser ni ciertas ni falsas ni todo lo contrario:

  • El estado depresivo que ella padecía era el efecto, el síntoma, la consecuencia de temores, conflictos olvidados, reprimidos durante años, y que ahora surgían a su consciente.
  • Si el pensamiento provoca inconvenientes, malestar o sufrimiento es debido a que algo está desordenado, a que hay errores que están produciendo ese desorden y hay que explorar cuáles son dichos errores, en profundidad, para resolverlos.
  • La causa de que el pensamiento no esté bajo la voluntad de una persona se encuentra en los conflictos psicológicos sin resolver. Es la manifestación, el efecto o el síntoma de algo que deberían entender y resolver. Sin embargo, lo habitual es luchar para que los síntomas desaparezcan, lograr que el pensamiento se calme.
  • Buscando seguridad, la inmensa mayoría de las personas han dejado que el pensamiento automático, casi inconsciente, dirija su vida y se han identificado absolutamente con él.
  • Un exceso de racionalidad produce tanto sufrimiento como un exceso de emocionalidad.
  • Cuando las emociones son controladas o reprimidas a través del pensamiento, la vida suele ir volviéndose cada vez más insulsa y gris, menos intensa. Se pierde alegría, espontaneidad, esperanza, ilusión.
  • El pensamiento es muy útil en el terreno práctico, pero es un desastre si se utiliza para esquivar los conflictos o reprimir las emociones.
  • Hay muchos pensamientos que se han «automatizado» y se han vuelto inconscientes.Es muy útil y necesario distinguir entre pensamiento e idea (o concepto). Las ideas o conceptos son las conclusiones a las que han ido llegando sobre los los diferentes aspectos y circunstancias de la vida, de lo que les rodea y de sí mismos. Son sentencias, conclusiones que van a condicionar la forma de pensar, de analizar lo que sucede en su vida. Cuanto más basadas en el temor sean estas conclusiones, más arraigadas y rígidas se volverán sus mentes, y más fácil será que les limiten, que les hagan distorsionar la realidad y les causen sufrimiento.
  • Si resuelve las causas que sostienen la idea de que «ser padre es muy difícil», esa conclusión ya no le dirige, no le produce temor ni le condiciona, y entonces esa persona es libre de ser padre o no.
  • Para poder resolver una dificultad, hay que ser conscientes de la idea o ideas erróneas que sostienen dicha dificultad y que, generalmente, producen algún temor.
  • No hay ninguna idea que pueda abarcar todos los matices de la realidad.
  • Es muy importante descubrir qué ideas erróneas tenemos y comprender la falsedad de ellas.
  • Uno de los obstáculos para alcanzar a comprender las causas reales de los problemas es que se suelen abordar con una intención concreta: acabar con lo que hace sufrir y estar bien. Esta intención va a conducir hacia una salida rápida y poco o nada efectiva. Si la intención no es la correcta, el resultado será equivocado.
  • Cuando uno sufre, lo primero es aprender a no querer escapar del sufrimiento. Pero no para aceptarlo, ni gestionarlo, ni sublimarlo, ni controlarlo, ni trabajarlo, sino para poder explorarlo y entender las causas de dicho malestar, tanto en el plano racional como en el emocional.
  • Si tiene dolores de cabeza, puede tomar alguna medicación, pero no se conforme con eso, descubra qué le sucede para poder resolverlo.
  • Otro impedimento es el deseo de tener éxito en lo que emprenden, de modo que no importa cómo, hay que hacerlo bien, hay que triunfar, o lo que es lo mismo, hay mucho miedo a fracasar. Pero en lugar de centrarse en resolver el temor, el miedo a fracasar, se orientan en la dirección contraria, el éxito, y así el miedo a fallar dirige sus vidas y les dirige a logros superficiales.
  • Los pensamientos causan reacciones emocionales. Determinados pensamientos puede producir unas determinadas emociones.
  • Es un error muy común creer que los buenos sentimientos se pueden provocar voluntariamente. No se puede hacer. Como cuando alguien se ríe sin ganas.
  • Hay una serie de «sentires» originados por el condicionamiento mental, es decir, que surgen de las ideas previas y el pensamiento. A esto lo llamaremos emociones. Y hay otra serie de «sentires» que nos lo puede producir el pensamiento ni la acción, que son los que realmente hacen sentirse bien y no tienen efectos secundarios negativos. A éstos los llamaremos sentimientos.
  • Las emociones son todas ellas efectos del condicionamiento mental, del pensamiento, y a la larga van a fomentar el sufrimiento. Son emociones la ira, el miedo, la tristeza, la euforia, la culpa, la vergüenza, la envidia, el rechazo, el odio, el deseo, la sensación de superioridad y de inferioridad, la angustia …
  • Es erróneo afirmar que las emociones son útiles, que cada emoción tiene una función y es necesaria.
  • Las emociones son expresiones de los conflictos psicológicos. Son habituales, pero no son necesarias ni ayudan. Serán útiles en la medida en que nos las rechacen y las utilicen para llegar a comprender el origen del malestar, y así poder resolverlo. Evidentemente, tampoco hay que reprimirlas ni luchar contra ellas.
  • Los sentimientos surgen cuando hay orden mental. Van surgiendo a medida que la persona está más o menos en paz consigo misma y con su entorno.
  • Son sentimientos la alegría, el amor, la serenidad, la gratitud, la bondad, el afecto, la compasión, la paz interior, la felicidad …
  • Las emociones son efectos del desorden mental, siempre algo a resolver, y los sentimientos son el fruto del orden, los efectos positivos de estar en paz y comprender la realidad.
  • El desorden mental es tan común que muchos lo tratan como natural o normal, como si los seres humanos fueran así por naturaleza.
  • Los conflictos psicológicos sin resolver son una combinación de ideas erróneas, creencias falsas arraigadas, en muchas ocasiones inconscientes.
  • Si alguien suele reaccionar con ira, por ejemplo, debe entender que esa ir se sustenta en temores, que a su vez dependen de ideas erróneas.
  • Cuando hay atención no hay proceso del pensar, no hay obstáculos al entendimiento de lo que se observa.
  • Siempre hay camino para ser honesto sin ofender a los demás.
  • El silencio mental sucede cuando uno tiene interés y curiosidad por comprender sus propios conflictos y los va resolviendo. Es una consecuencia, no un objetivo a alcanzar.
  • Otra idea errónea habitual es creer que si no se es consciente del pensamiento es que no se está pensando. Sí hay un proceso cognitivo, un proceso de pensamiento, pero se ha automatizado y ha dejado de ser consciente.
  • El problema es que también se automatizan muchas respuestas perjudiciales.
  • La única manera de disfrutar de los muchos beneficios del silencio mental es prestar atención a lo que surge, aprendiendo a no temer a nada que pueda emerger.
  • Se puede, y es muy beneficioso, percibir la realidad sin pensar.
  • El estado habitual de la mayoría de las personas es prestar atención a lo que a uno le interesa sin dejar de pensar (juzgar, rechazar, desear, especular, interpretar) sobre eso a lo que prestan atención. Es el efecto de la búsqueda de seguridad, de la huida del temor, que se va apoderando de la conciencia y va haciendo la vida cada vez más monótona y rutinaria. Luego se persiguen placeres y emociones para tratar de paliar ese aburrimiento.
  • La zona de confort, de confortabilidad tiene en realidad poco, pues es más parecido a una jaula mental donde no se notan los conflictos, pero tampoco se resuelven.
  • Mientras tengan miedo a lo que puede surgir de dentro de ustedes, buscarán la repetición como modo de seguridad, y esta repetición ocurre inicialmente en el pensamiento, trasladándose desde ahí a la vida cotidiana.
  • En las tradiciones lo que se valora es la repetición, no el contenido, la satisfacción que produce lo ya conocido, la seguridad de los recuerdos.
  • La percepción y el entendimiento de la realidad se van ensanchando a medida que se presta atención, sin ejercer un estricto control sobre lo que sucede, observarlo con interés e ir desvelando lo que previamente no se entendía. Percibiendo y actuando, sin repetición. Cuando se vive así, no se tiene nunca la sensación de estar haciendo lo mismo.
  • Hay que aprender a no quedarse atrapado en el dramatismo o el victimismo, tampoco hacerse el fuerte, sino aprender a afrontar el dolor y resolverlo, y aprender a protegerse si es necesario, con firmeza.
  • Una vez que una persona aprende a no buscar seguridad en una ideología o en un líder, puede explorar los diferentes puntos de vista y explicaciones, y así aprender a discernir qué hay de verdadero y qué hay de falso en ellos, con independencia de quien lo diga o la orientación ideológica a la que pertenezca.
  • El problema no es tener razón o creer que se tiene razón, sino la rigidez y el autoritarismo a la hora de exponer sus valoraciones u opiniones. Si una persona afirma algo erróneo, sin ofender a nadie, después puede cambiar fácilmente de opinión si lo considera más acertado.
  • Hay una fuerte tendencia psicológica a adoptar o imitar las acciones e ideas de los demás, adaptándose a lo establecido por la mayoría.
  • Es necesario que revisen los motivos por los que se dejan persuadir por los que consideran «líderes». ¿Es por inseguridad en su propio criterio? ¿Por miedo a no saber? ¿Por sentirse dentro der una mayoría o por miedo a estar en minoría? ¿Es porque no se ven capaces de discernir lo correcto y lo incorrecto?
  • En términos psicológicos, lo que es perjudicial lo es para todas las personas y lo que es beneficioso también lo es para todos.
  • Si es una situación es muy difícil de afrontar, la esperanza debe estar puesta en la capacidad de aprender para encontrar una solución, aunque sea a largo plazo.
  • Las ilusiones surgen de los deseos, que a su vez nacen de los temores. Cuanto más fuertes sean las ilusiones y los deseos, mayores serán las distorsiones de la realidad y mayores serán las frustraciones y el sufrimiento.
  • El nivel de frustración será proporcional a las ilusiones que haya generado.
  • La solución es aprender a no generar ilusiones y afrontar los temores de las que surgen.
  • El camino para resolver cualquier cosa que perjudica a la mente no es cambiarla, sino entenderla.
  • Lejos de volverse apáticos o aburridos, las personas que aprenden a no ilusionarse, sin reprimirse, suelen manifestar que se sienten más estables emocionalmente y disfrutan mucho más de las cosas que hacen, de modo que no necesitan la ilusión para sentirse bien.
  • El miedo a sufrir ya es sufrimiento.
  • Una persona verdaderamente inteligente no suele dar consejos, sino que tiende a explicar y argumentar sus puntos de vista para ayudar al otro a que tome sus propias decisiones.
  • Las creencias, conclusiones, decisiones y comportamientos son responsabilidad de cada uno, y cada uno se beneficiará o perjudicará por ello.
  • Aunque el otro pueda tener muchos problemas y actitudes negativas, cada uno debe aprender a afrontar la situación comprendiendo sus propios errores, sin dejar caer toda la responsabilidad en la otra persona.
  • Hay que comprender que cuando uno sufre, negar la propia responsabilidad culpando a algo o a alguien es una reacción a diversos miedos, como por ejemplo el miedo a no saber cómo resolver lo que sienten, a que les hagan daño, a sentirse culpables o a ser culpados, a equivocarse, a que les vean torpes, a que les controlen y sentirse inferiores, a actuar de forma diferente a un grupo, a no ser capaces de tomar buenas decisiones, a ser rechazados o menospreciados, a mostrarse a los demás, a decir no, a sentirse derrotados …
  • Asumir la propia responsabilidad de su vida, sin aislarse de los demás, es una actitud psicológica que les hará más conscientes de ustedes mismos, rebajará mucho la frustración y la ira y ampliará su capacidad de comprender en profundidad. Todo ello conduce a buscar soluciones inteligentes a los conflictos.
  • El reforzamiento, en todas sus variantes, producirá una externalización de la motivación, con nefastas consecuencias. El buen resultado y el disfrute, las consecuencias positivas de hacer las cosas bien, son suficientes reforzadores. Por otro lado, el castigo no va a hacer que una persona aprenda, que entienda que el error le perjudica y cómo resolverlo.
  • Si una persona no comprende sus errores, no puede cambiar realmente.
  • Busca que tus hijos sean felices, que aprendan a ser responsables y buenas personas, que comprendan sus problemas y aprendan a resolverlos.
  • Las desgracias acaparan todos los titulares, y esto es así debido a que se cree que las malas noticias son más trascendentes. Las noticias con contenido positivo siempre van a aportar a la sociedad ejemplos de conductas que, de generalizarse, harían la vida más agradable para todos.
  • La mayoría de los «héroes», los personajes centrales de las películas, de las series y los videojuegos, en realidad presentan personalidades psicopáticas y antisociales, resolviendo todo a puñetazos o matando a otros. Con ello se potencia la admiración a los violentos, a los «ganadores» por la fuerza, no por la inteligencia y la bondad.
  • El mensaje de que siendo bueno te minusvalorarán, te irá mal en la vida, se propaga socialmente  se perpetúa.
  • Se debería evitar la visión de la violencia, porque incita a la violencia. La violencia es aún más dañina que el tabaco y, sin embargo, no solo no se retira, sino que va en aumento en los videojuegos, las series, las películas …
  • Es muy útil aprender a solicitar con afecto, con franqueza, lo que se espera, se prefiere o se necesita del otro, haciendo una propuesta o sugerencia a la otra persona.
  • Hay personas que no se limitan a insultarse o reprocharse cosas: directamente se odian, se desprecian a sí mismas. El efecto de este trato hacia sí mismos es devastador.
  • Con el reproche o el insulto no se aprende, no hay reflexión ni interés por comprender.
  • Cuando descubran un error, no deben criticarse, ni juzgarse, ni maltratarse. Tampoco justificarlo ni minimizarlo. Lo más inteligente es que reconozcan la equivocación y centren su interés en analizar lo que ha ocurrido, dónde estuvo el fallo, cuáles fueron los motivos … y cómo podrían hacerlo mejor la siguiente vez.
  • Para dejar de ser crítico mentalmente con los demás, para dejar de vengarse mentalmente y no desear mal a otra persona, hay que frenar con paciencia esos pensamientos, ir corrigiéndolos internamente, reflexionando consigo mismo y, al mismo tiempo, hay que aprender a afrontar y resolver el mido.
  • En el caso de situaciones traumáticas es habitual no recordar lo ocurrido o incluso olvidar completamente toda una etapa de la vida. Es un síntoma de que hay un sufrimiento reprimido, grande o pequeño, que sería beneficioso aprender a resolver en lugar de olvidar.
  • Un caso de particular de pensamientos que se trata de evitar son los intrusivos. Son pensamientos involuntarios a los que se tiene miedo, como imaginar que se agrede a un ser querido sin motivo.
  • Ambas estrategias, tanto pensar en positivo como en negativo, son equivocadas. No hay que buscar el lado positivo de las cosas, tampoco el negativo. Dejar de lado una parte de la realidad y centrarse en otra es un error que traerá complicaciones y sufrimiento. La manera más inteligente de actuar para poder resolver los problemas es comprender la realidad en su totalidad, tanto lo positivo como lo negativo.
  • Ponerse de antemano en lo pero surge del miedo al sufrimiento ante lo que pueda llegar a suceder.
  • Lo que sí resulta realmente beneficioso es tener una actitud de confianza frente a los problemas, es decir, confiar en que cualquier sufrimiento psicológico se puede resolver si se aprende lo que se necesita para ello.
  • Es muy habitual tildar de «egoísta» a una persona porque no hace lo que uno quiere, independientemente de que a dicha persona le pueda perjudicar hacer tal cosa.
  • Si las personas comprendieran mejor la realidad, no dudarían de su capacidad de salir adelante honestamente, que es la única manera de salir adelante sin perjudicarse, sin generarse secuelas psicológicas, y no tendrían que recurrir a la manipulación y el engaño.
  • Reconocer las habilidades de una persona es un acto de inteligencia.
  • Utilizar el pensamiento en imágenes para crear, planificar, recordar, entender algo, deducir, anticiparse .. es un empleo útil, beneficioso. Utilizar el pensamiento en imágenes para fantasear, para inventar situaciones placenteras, llevar una vida paralela a la real o pretender atraer con ello lo que se desea es perjudicial.
  • Fantasear es una especie de «droga psicológica».
  • Fantasear genera emociones que son reales pero basadas en un contexto ficticio, falso, lo cual conlleva varios efectos negativos, como desafectación y rechazo de la vida real, desánimo ante las circunstancias de la vida, pérdida de capacidad de resolver los problemas reales, resignación, confusión mental, cansancio.
  • Fantasear es un efecto de otros problemas psicológicos que están sin resolver (por ejemplo, la timidez, la competencia con los demás, la frustración, en anhelo de reconocimiento, etc).
  • En el imaginario colectivo de muchas personas se ha instalado la idea errónea de que hacer bien las cosas y llevar una vida sana es de tontos, y vivir «al límite» es lo glamuroso y admirable. La realidad es que vivir al límite es un síntoma de que se tienen problemas psicológicos y produce mucho sufrimiento, aunque se disimule.
  • La forma de poner en orden el pensamiento es comprendiéndolo.
  • Es necesario observar lo que se piensa y aprender a descubrir su tendencia mental, sus hábitos de pensamiento.
  • El pensamiento se va serenando con cada error que se comprende.
  • El verdadero proceso de reflexión debe conducir a un descubrimiento de algo nuevo, un descubrimiento no es una asociación nueva de dos cosas viejas.
  • En el proceso de la reflexión es muy importante no llegar a conclusiones. Esto es opuesto al descubrimiento, donde la persona percibe que «algo es así». Al no llegar a conclusiones ni creencias, al carecer de interés en tener razón, en demostrar, es mucho más fácil ir descartando los errores.
  • Nunca se debe dar por cierto algo que uno mismo no haya comprendido, aunque el que lo diga nos parezca un sabio.
  • Muchas de las personas que practican actividades de riesgo suelen hacerlo para sentirse valientes frente a sus miedos, temores que no resuelven de este modo.
  • Un ejemplo son las creencias de todas las religiones, que tienen aspectos que son lógicos y verdaderos, pero otros muchos no lo son. La mayoría de las personas no tratan de descubrir qué aspectos son verdaderos y cuáles son erróneos e ilógicos, sino que acepta todos los preceptos. O los rechazan todos y cambian de religión, o se vuelven ateos.
  • ¿Cada uno tiene su realidad? Falso. cada uno tiene su propia distorsión de la realidad. El mundo es el mismo para todos.
  • En realidad, el miedo pone en peligro. Resta seguridad e inteligencia y empuja a actuar de manera inadecuada.
  • ¿Se puede decidir no tener miedo? No, no se puede. Usted puede tomar esa decisión, pero le conducirá a reprimir el miedo, a posponerlo para más tarde, no dejará de tenerlo.
  • Lo que realmente les beneficiará no es rechazar el miedo, ni asumirlo, sino abordarlo con interés y curiosidad, porque, de momento, forma parte de sus vidas y les interesa estudiarlo, examinarlo, comprenderlo.
  • No se puede ser inmoral e inteligente. Se puede ser inmoral y astuto, lo cual puede reportarle beneficios temporales.
  • Una persona verdaderamente inteligente se da cuenta de que la honestidad es imprescindible para estar en paz con uno mismo y sentirse bien.
  • El conocimiento como acumulación de información y datos es útil en el terreno práctico, pero no transforma al individuo. Lo que hace cambiar a una persona es lo que entiende, pues al comprender se desvanecen los errores producidos por esa falta de comprensión, de entendimiento.
  • Si alguien cree que hace «libremente» algo que le perjudica, en realidad no es libre, significa que está dominado por sus errores, esclavizado por sus deseos, sus condicionamientos.
  • Para ser libre y poder elegir de verdad, hay que comprender bien qué es lo que beneficia y qué es lo que perjudica.
  • La libertad no es hacer lo que uno quiera, sino querer lo que le beneficia.
  • El tiempo por sí solo no arregla nada. El paso del tiempo puede ayudar a enterrar el malestar, pero no a resolverlo.
  • El pasado no resuelto, olvidado, tiene una fuerte conexión con el presente, porque sigue formando parte de su mente, de sus comportamientos, maneras de interpretar y vivir las diferentes experiencias.
  • Muchas personas tienden a creer que la sociedad funciona correctamente, salvo excepciones.
  • ¿La experiencia da sabiduría? Falso. Lo que produce sabiduría es comprender con claridad las diferentes situaciones de la vida cotidiana. Dependerá del aprendizaje, de las lecciones que extraiga sobre lo que acontece, que la experiencia se transforme en sabiduría o no.
  • La sabiduría es la consecuencia de entender la realidad tal y como es, sin engañarse, sin distorsionar. El factor fundamental para lograr no interpretar la realidad es la atención y la curiosidad. Y saber permanecer en la incertidumbre hasta comprender.
  • Cuando se aprende a compaginar lo que uno necesita con lo que necesitan los demás, es cuando se puede salir mejor adelante sin sufrir. Tener en cuenta a los otros, además de a ustedes mismos, ampliará su percepción e inteligencia y les conducirá a mejores decisiones.
  • Hay muchas cosas que hacen de la sociedad humana un entorno insalubre psicológicamente. Aspectos como el individualismo, la competición con los demás, la falta de empatía, aprovecharse de otros, menospreciarlos, etc.
  • Hace falta que los seres humanos evolucionen psicológicamente para darse cuenta de que si los demás no están bien, no habrá paz ni tranquilidad en el mundo, y mucho menos podrán ser del todo felices.
  • La mejor ayuda para la humanidad, además de que cada uno aporte lo que considere útil, es que enfoquen su interés en comprender en profundidad su lucha interna, las ideas que sustentan errores como el egocentrismo, el miedo a ser insignificante, el deseo de sentirse superior, el odio hacia el otro, la competitividad, la búsqueda del poder (sobre los demás), el ánimo de venganza … De poco sirve que luchen por la paz si fomentan el odio en su interior.
  • La solución no está en «ayudar», sino en colaborar, dar y recibir de muchas personas.
  • Cuando una persona está segura, no se siente fuerte, sino serena, tranquila, firme, alegre.
  • Cuando aboga por ser fuerte, lo que en realidad hace es aparentar seguridad, no mostrar emociones, no mostrar necesidades, imponerse, avasallar a los demás, salirse con la suya,dominar, con mayor o menor sutileza … Todo ello son síntomas de que internamente se siente inseguro y temeroso.
  • El placer no es bienestar. La persecución del placer es un síntoma de que hay algo que resolver para estar verdaderamente bien.
  • La inteligencia es la capacidad de comprender la realidad tal y como es.
  • Muchas veces las metas o los sueños son, en realidad, ilusiones que nacen de un temor.
  • La mejor manera de vivir es día a día, con interés por aprender de las cosas que le van sucediendo.
  • La solución a todo no está en el pensamiento. Las soluciones surgen al prestar atención, observar y comprender. Después se puede utilizar el pensamiento para explicar, definir, transmitir, relacionar la nueva comprensión con otras anteriores …
  • Individuos «desordenados» no pueden producir una sociedad armoniosa.
  • Directa o indirectamente, actualmente se cree que toda mejora se logra por la fuerza de voluntad, lo que es un gran error.
  • El silencio mental ocurre cuando hay atención y en la ausencia de conflictos, o cuando no deseen esquivarlos, y esto sucede cuando hay verdadero interés por comprender, no por lograr.

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