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Hasta aquí hemos llegado de Enrique Meneses – Apuntes Breves

Posted by Raul Barral Tamayo en lunes, 19 de septiembre, 2011


Hasta aquí hemos llegado es el apasionante relato autobiográfico de uno de los pioneros del fotoperiodismo español, maestro de fotógrafos y periodistas.

Enrique Meneses (Madrid, 1929) ha vivido en Francia, Portugal, Egipto y Estados Unidos, y ha viajado por la India, Oriente Medio, África negra, Cuba, etc…

Testigo de excepción de los acontecimientos más importantes de la segunda mitad del siglo veinte, ha convivido con los rebeldes de Fidel Castro en Sierra Maestra, ha pernoctado con los manifestantes de la marcha sobre Washington que lideró Martin Luther King; fotografió la Guerra de los Seis Días entre Egipto e Israel, el entierro del presidente Kennedy, la boda de los reyes de España; entrevistó al Dalai Lama, a Nasser, a Abdel-Krim; ha sido Chief-Bureau de Paris-Match para Oriente Medio…

A su regreso a España, a mediados de los sesenta, monta Fotopress con Prensa Española y posteriormente crea para TVE el programa A toda plana. Más adelante forma parte del equipo de Los Reporteros, y luego produce Robinson en África, además de dirigir la edición española de Playboy. Autor de numerosos libros en que narra su experiencia profesional, en la actualidad es colaborador de Periodista Digital, donde mantiene su propia «blog».

Algunas de las cosillas que aprendí leyendo este libro que no tienen porque ser ni ciertas ni falsas ni todo lo contrario:

  • Muchas veces he reflexionado sobre lo brutales que pueden resultar algunas explicaciones que los adultos damos a los niños pequeños.
  • Cuando tengas razón, no mires el número de tus enemigos ni su calidad. El problema es discernir el grado de razón que podemos tener.
  • Es una constante en todas las guerras y las revoluciones. Los hombres son más optimistas que las mujeres.
  • De las vejaciones de la infancia, sólo se acuerdan los vejados. Nunca los vejadores.
  • La vida de un ser humano suele hacer así, a base de impactos sobre una conciencia virgen. Caa uno hace una heridita.
  • las «limpiezas étnicas» siguen tan de moda como en 1938 y siguientes años. El mundo no escarmienta y se repite. Yugoslavia es sólo un ejemplo.
  • Una de mis pasiones, desde temprana edad fue Egipto.
  • A los hombres, la guerra les llega antes al cerebro. Viven los prolegómenos con más intesidad.
  • Cuando oigo declaraciones de contemporáneos quejándose de la falta de libertad sexual, yo no sé dónde estaban ellos. Nosotros no dábamos abasto.
  • No era la clásica modelo de entonces, carente de pecho, andrógina que le gustaba a Vogue.
  • Danielle Hunnebelle: «Cuando se es desconocido, en esta profesión, no se pide dinero a una publicación. Se roba si es necesario y se financia uno mismo. El que no lo hace es que no tiene vocación».
  • Toda derrota se puede convertir en victoria si uno se empeña en ello.
  • La vida es un encadenamiento de acontecimientos en los que ningún eslabón sobra porque es el origen de otro.
  • Nunca se sabe si esa equivocación que se nos aparece como grave no es el principio de algo positivo en nuestra existencia.
  • En África, he encontrado constantemente las mismas preocupaciones: las constantes del amor, la ambición, el reto, la soledad, la vejez, el odio, la indiferencia, la codicia, el cansancio, son otros tantos pilares que sostienen la urdimbre humana. Se ama de una manera o de otra, pero se ama.
  • Recomiendo al hombre occidental que escuche la voz sabia y reposada de los primitivos porque esa es la voz de nuestra sangre que no dejado de fluir por las venas de la Humanidad desde el principio de los tiempos. No hay sangre amarilla, blanca o negra. Toda sangre es roja.
  • Cuando las autoridades de ciertos países expulsan a un periodista extranjero, no saben que será sustituido por otro aunque tenga otra nacionalidad y diferentes credenciales.
  • Detener la información en la segunda mitad del siglo veinte era como querer retener el agua con las manos.
  • Creo que en ningún lugar del mundo me he preocupado por la dirección de los bomberos o de la maternidad y, si he conocido dónde se ubicaba la policía, ha sido en contra de mi voluntad.
  • He tenido por costumbre profesional el no discutir las órdenes de mis superiores aunque su ignorancia fuese supina y especialmente por esa razón.
  • Siempre he tenido la capacidad de reacción necesaria ante la adversidad.
  • El principal problema para ascender a la Sierra Maestra era la escasez de guías.
  • A lo largo de mi vida, he tenido y tengo un gran respeto por las prostitutas. Nunca fuí un buen cliente pero creo que procuré ser un buen amigo. Si aprendí la sexualidad con ellas, supe también de ellas su capacidad de entrega. Pocas son las que se lanzan en esa vida por vicio. Hay desamores, niños que educar, descuido de una misma detrás de cada una de sus vidas.
  • Siempre me quedó el orgullo de haber inagurado Radio Rebelde con una transmisión en lengua francesa.
  • En esta profesión, los entusiasmos de los jefes se enfrían rápidamente.
  • Periodista americano: «Tienes que acompañar los golpes con movimientos pendulares de tu cabeza. Al mismo tiempo debes preocuparte por resolver algún problema, algo que te obligue a concentrarte en ello».
  • En los grandes medios de comunicación uno vale lo que hace hoy, no lo que hizo ayer.
  • Siempre he odiado la expresión «Quiero un reportaje con garra», incluso cuando he sido redactor jefe o director de publicaciones.
  • El trabajo honesto y correcto me ha parecido más loable que el bing-bang de un irregular, aunque lo haya producido algunas veces.
  • La muchacha no era de lo más apetecible pero ya se sabe que «la nuit, tous les chats son gris».
  • Bajo el punto de vista profesional, he repetido en muchas ocasiones que hay que utilizar al máximo las neuronas. Aunque hoy tengan «google» a su disposición.
  • Las libanesas eran tan afrancesadas que era más fácil tener una aventura con ellas que con una muchacha de cualquier lugar de francia.
  • Muchacho, no estamos en Europa. Allí todo vale a la hora de competir. Aquí no se hacen putadas.
  • Siempre he sentido una gran ternura por quienes empezaban en esta profesión.
  • Las fronteras son psicológicas y, ante ellas, se tiene el mismo miedo que cuando se aprende a nadar.
  • El peor enemigo del hombre es el miedo a la indiferencia.
  • Cuando uno come, bebe, bromea con unos extraños, éstos dejan de serlo para convertirse en parte de nosotros mismos.
  • No he visto a nadie que fuese mejor relaciones públicas de sí mismo que Dalí.
  • La vida en EE.UU. se veía muy facilitada por el pragmatismo que caracteriza a los americanos.
  • Siempre me propuse, desde joven, «ser fuerte con los fuertes y débil ante los débiles».
  • En la Marcha sobre Washington tuve oportunidad de comprobar que el racismo me repele hasta hacerme vomitar.
  • En julio de 1993, he regresado de Sarajevo convencido de que la Hidra del racismo siempre tiene una cabeza más que se debe cortar si queremos librarnos de la intolerancia y la xenofobia.
  • Ha habido un periodismo que sólo confiaba en la imaginación y decisión de sus hombres.
  • ¿Por qué creyeron una docena de colegas en que yo no me beneficiaría de los rollos que me entregaban en tan significada ocasión? Sinceramente, porque antes de periodistas, eramos caballeros.
  • Para mí, una secuencia media debe de tener 30 segundos. La capacidad de filmación, una vez remontada la cámara, eran exactamente de 30 segundos. Eso le da agilidad y ritmo a la narración filmada.
  • Como buena anglosajona, calculó el mes que debía quedar embarazada para no tragarse un verano «con el bombo».
  • Miguel de la Quarda-Salcedo, su fuerza y su valentía las ha puesto siempre al servicio de sus ambiciones de Gloria.
  • En España podemos pelear a muerte por una exclusiva. Fuera, jamás, y menos entre compatriotas y amigos.
  • Éramos buenos sencillamente porque nos entregábamos a nuestro trabajo sin ninguna reserva. Nuestra profesión era la más bella del mundo y si había que caer en el empeño, sólo esa muerte tenía sentido para nosotros. Morir en la cama, creo que a todos nosotros nos parecía como la más insensata de las muertes. No pensábamos en ella pero sí decíamos: «Si éste es el último momento, que tenga dignidad».
  • Cada tema que me tocó realizar era un enriquecimiento personal que podía ser el único para cualquier que ejerciera una profesión más tranquila.
  • El recién llegado, si es profesional, capta esquemas de situaciones que rellena con mil gestos, frases, expresiones o escenas cotidianas que dan cuerpo al conjunto.
  • Algo que me repetía mi madre cuando yo mostraba «mis superiores» conocimientos de estudiante de bachillerato: «hijo, yo no pongo huevos, pero sé cuando están frescos».
  • Se critica mucho a los EE.UU. y, en bastante ocasiones, con razón, pero en lo que se refiere a las reservas indias, se hace desde la ignorancia. Para estudiar en las mejores universidades sólo necesitaban tener deseo de hacerlo y rendimiento escolar. Hoy en día, el negocio de los casinos en las reservas situadas en los Estados que prohíben el juego, está haciendo indios multimillonarios sacando el dinero a los blancos.
  • Dios sabe que estoy con ellos, con los indios y los negros, pero no hasta el punto de estar ciego y creer que todos sus problemas vienen del hombre blanco. Si no fuese por los blancos, las culturas orales de los indios hubiesen desaparecido.
  • Los periodistas de entonces bailábamos el chotis en medio ladrillo pero, más o menos, sobrevivíamos.
  • No soy de esos periodistas que analizan lo que sucede en otros países en función del interés del nuestro.
  • hearst es la empresa periodística más poderosa de EE.UU. y quizá del mundo. William Randolf Hearst fue el modelo que sirvió a Orson Welles para su Ciudadano Kane.
  • El Comic y las fotonovelas han sacado a millones de españoles, italianos, franceses y latinoamericanos de lo que se denomina «analfabetismo funcional».
  • La fotonovela era el cine de los pobres pero cine al fin y al cabo.
  • Playboy jamás representaba a dos personas desnudas en contacto una con otra.
  • La omnipresente admiración beata que sienten muchos latinoamericanos por todo lo que procede de los EE.UU., produce, con frecuencia, vergüenza ajena.
  • Nunca terminaremos con estos acosos si todos los hombre no salimos en defensa de todas las mujeres que son asediadas por esta mugre.
  • Bárbara siempre decía que las rosas eran claveles que habían resultado «algo putillas».
  • Era nuestra pedagogía personal, inventada por nosotros como también habíamos inventado el arte de romper nuestras disputas. Nos habíamos prometido que, al despertar uno tenía que mover el dedo meñique en forma de saludo, acompañado de una sonrisa. El que no respondía a este gesto, había perdido la razón en la discusión de la víspera. Siempre nos dió resultado.
  • El principio es que la pareja busque un gesto ridículo para empezar un nuevo día. Una pelea no puede durar más que el tiempo que dura la noche.
  • Otro elemento importante de la educación de los hijos es el respeto al reloj tanto para las comidas como para irse a la cama.
  • Playboy exigía a las modelos una conducta moral irreprochable, que desde el momento en que eran playmate de un mes cualquiera, tenían sus estudios universitarios pagados por Playboy Inc. y ocupaban más tarde puestos ejecutivos en el imperio Hefner.
  • EE.UU. se ha creado con dos tipos de europeos que la configuran desde su fundación hasta nuestros días. Los puritanos que huían de lo que consideraban falta de libertad religiosa y los peleones vástagos de familias pobres acostumbradas a abrirse paso en la vida a puñetazos. La aparente contradicción de estos dos grupos ha producido una amalgama de rompe-normas y beatos que personifican el americano de hoy.
  • No hay nada más conservador que un quiosquero.
  • Toda actividad humana permite practicarla en la tranquilidad del convento, del taller, del laboratorio o del cabotaje pero algunos no lo entienden de esta manera y adquieren la categoría de aventureros por su espíritu de dominación de nuestros propios miedos.
  • España fue grande cuando vivió sus grandes aventuras: la Reconquista, América, Italia, Flandes, Filipinas. Decayó cuando se encerró en sí misma.
  • He querido estar donde se hacía la historia para sentirla en mis carnes.
  • No me arrepiento de nada de lo que hice pero sí de lo que pude hacer y no hice.
  • Nunca he querido ser confundido con un turista. Son dos formas de viajar. Unos para ver monumentos o paisajes y otros para como se hace la Historia delante de nuestros ojos.
  • Pese a las advertencias de Annick, seguí fumando mis dos cajetillas de Ducados al día.
  • Si hubiese dejado el tabaco aquel día, no habría alcanzado el grado de EPOC actual.
  • Muchas veces, los responsables de nuestros propios males, al igual que de nuestros éxitos, somos nosotros mismos y nuestra prepotencia.
  • No hay nada más estúpido que marcarse faroles ante nuestra conciencia o voluntad. Se paga muy caro.
  • Sólo creo en una aristocracia, en la del cerebro y la del corazón, y en que ésta sea puesta siempre al servicio de los más necesitados y los débiles.
  • Siempre he tenido presente, a lo largo de mi vida, que después de la lluvia vuelve a salir el sol.
  • André Malraux: «la vida no vale nada pero nada vale una vida».

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Una respuesta to “Hasta aquí hemos llegado de Enrique Meneses – Apuntes Breves”

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