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Todo lo que he aprendido de Luis Rojas Marcos – Apuntes

Posted by Raul Barral Tamayo en martes, 18 de agosto, 2020


© Luis Rojas Marcos, 2014
Editorial: Espasa Libros.

¿Sabías que el optimismo es el motor de la creatividad?, ¿que cuando pensamos en el placer la primera imagen que nos viene es el sexo?, ¿que la incertidumbre nos atemoriza más que un peligro concreto?, ¿que estamos diseñados para ser felices?, ¿que una alta autoestima no es necesariamente saludable?, ¿que el olvido es un regalo de la memoria?

El prestigioso psiquiatra Luis Rojas Marcos reúne en este libro las principales ideas y reflexiones que ha recogido a lo largo de su dilatada y exitosa carrera. Conceptos muy útiles para entender los grandes desafíos que la vida nos plantea.

Todo lo que he aprendido es el libro definitivo de Rojas Marcos, en el que a través de 303 ideas se resumen las claves para entendernos a nosotros mismos y facilitar nuestro bienestar.

Una obra indispensable para conocerse a sí mismo.

Luis Rojas Marcos nació en Sevilla en 1943. En 1968 emigró a Nueva York, donde reside desde entonces y se dedica a la medicina, la psiquiatría y la salud pública. En 1992 fue nombrado jefe de los Servicios de Salud Mental, Alcoholismo y Drogodependencias del municipio neoyorquino. Desde 1995 hasta 2002 dirigió el Sistema de Salud y Hospitales Públicos de Nueva York. En la actualidad es profesor de Psiquiatría de la Universidad de Nueva York y miembro de la Academia de Medicina de la misma ciudad. En 2005 fue nombrado por la legislatura del Estado de Nueva York miembro del Consejo de Medicina, el organismo oficial que regulala profesión médica; y en 2008 fue designado por la misma legislatura miembro del Consejo para Educación en Cuidados Paliativos. En España es patrono de la Fundación “la Caixa”, patrono de honor de la Fundación ADANA, y colabora con instituciones dedicadas a temas sociales y de salud.

Algunas de las cosillas que aprendí leyendo este libro que no tienen porque ser ni ciertas ni falsas ni todo lo contrario:

  • Son conceptos que me ayudaron y me ayudan a entenderme a mí mismo y a los demás. También me sirven para comprender las fuerzas psicológicas y sociales que motivan la voluntad de las personas y moldean los valores y las decisiones que tomamos.
  • Las conclusiones a las que llego tienen una carga importante de subjetividad, al estar moldeadas por mis prioridades y creencias.
  • Si quieres conocer a una persona, busca un lugar tranquilo, siéntate cómodamente con ella y, sin prisas, hazle la pregunta clave: «Háblame de ti».
  • Quienes se sumergen en actividades creativas e innovadoras protegen su estado de ánimo de las presiones y reveses del día a día.
  • Cuanto más sepas, más fácil te resultará identificar los talentos naturales que te interesa desarrollar y los rasgos de tu personalidad que te conviene eliminar.
  • La mejor manera de experimentar alegría, paz interior, ilusión y otras sensaciones positivas es, sencillamente, hacer algo por los demás.
  • Los beneficios del sexo para la salud son numerosos, incluyendo el refuerzo de la autoestima cuando las relaciones sexuales son satisfactorias.
  • Es un hecho irrefutable que las personas son pacíficas y bondadosas de nacimiento. La compasión y la generosidad brotan en el ser humano con una extraordinaria facilidad.
  • Fingir sentimientos y actitudes que no son reales consume mucha energía.
  • El temor a la agresión sin motivo aparente a manos de un extraño encabeza la lista de las peores pesadillas, porque este suceso rompe los esquemas más elementales de la confianza.
  • Las opiniones están moldeadas por los valores de la sociedad en que vivimos.
  • En tiempos inciertos necesitamos explicaciones fiables a los acontecimientos para llenar el angustioso vacío que nos produce no comprender lo que está sucediendo.
  • Un amargo hilo conductor de desesperanza, autodesprecio, agotamiento y soledad une a quienes se quitan la vida antes de llegar al fin natural de su existencia.
  • No existe mejor prueba de madurez y civilización de un pueblo que su capacidad para aceptar con firmeza y convicción la dignidad de todas las etapas del proceso vital.
  • Elimina de tu repertorio los pensamientos automáticos. Los pensamientos automáticos son impulsivos, absolutos y negativos; se basan en prejuicios agoreros y no en el análisis de las cosas. Son reflexiones erróneas y deprimentes por su naturaleza dogmática y derrotista.
  • No se puede confundir las noticias con la vida cotidiana y habitual.
  • Tener una buena opinión de ti es indispensable para tu felicidad. La autoestima es tan valiosa que la defendemos contra viento y marea, aunque tengamos que tergiversar los hechos desfavorables y optar por explicaciones beneficiosas, por ilusorias que sean.
  • La solidaridad humana posee un inmenso poder restaurador. Esto explica que las personas seamos tan asombrosamente resistentes a las adversidades.
  • Por sí solos, los medios no tienen poder para alterar la capacidad innata de diferenciar lo bueno de lo malo. Solo nos influencian cuando sus mensajes caen en el medio fértil de la ignorancia y el aturdimiento, o cubren la necesidad de excusas y evasión.
  • Montaigne: «El hombre es el único animal cuya desnudez ofende a sus propios compañeros, y el único que en sus actos naturales se retira y se esconde de los suyos».
  • Quienes toman la iniciativa en los desastres y ayudan a otros tienen más posibilidades de superar la situación, pues eluden el miedo y la confusión al concentrarse en la misión de socorrer.
  • Ayudar a otros en trances difíciles nos hace más resistentes al estrés y al agotamiento físico y emocional. Además, nos protege de la tendencia a aislarnos o ahogarnos en pensamientos agoreros.
  • La esperanza de un buen futuro siempre entierra al mal pasado.
  • El optimismo es el ingrediente principal del instinto humano de conservación.
  • Los mayores son los eslabones que unen a las generaciones.
  • Como dijo con acierto un maestro de la medicina, los seres humanos podemos vivir cuarenta días sin comida, tres días sin beber agua, siete minutos sin aire, pero solo unos segundos sin esperanza.
  • Estoy convencido de que la calidad de la vida es, en gran medida, la calidad de las relaciones.
  • Con solo una dosis moderada de prevención aumentamos sobradamente las probabilidades de disfrutar de una vida saludable y completa.
  • El ejercicio a cualquier edad facilita el riego sanguíneo del cerebro y retrasa los efectos del envejecimiento, los trastornos cardiovasculares, la diabetes y la demencia. Además, fortalece el sistema inmunológico, aumenta la resistencia al estrés y disminuye las probabilidades de sufrir depresión.
  • A lo largo de la historia y en todas las culturas los seres humanos hemos buscado sin cesar amar y ser amados.
  • Las personas que deciden moldear las facetas de su carácter que no les gusta tienen mayores probabilidades de conseguirlo si apoyan el cambio sobre alguna actitud positiva de su vida o de su forma de ser. Otra estrategia para aumentar las posibilidades de éxito es concentrar los esfuerzos en metas realistas.
  • Está demostrado que quienes practican el voluntariado, aunque solo sea una hora a la semana, sufren menos estrés, duermen mejor y tienen una autoestima más alta que los demás.
  • Una fórmula eficaz para alegrarnos la vida es adoptar una dieta regular de placeres sencillos, pequeños gustos y estímulos que nos hagan sonreír.
  • Nos recuperamos de las enfermedades y las desgracias, y volvemos a florecer en nuestra vida a pesar del sufrimiento y no gracias a él.
  • Una buena carcajada oxigena y alimenta una perspectiva jovial y despegada de la vida.
  • Las ocupaciones que nos estimulan física o intelectualmente, que nos permiten practicar nuestras aptitudes y talentos, y que exigen un grado de esfuerzo, siempre nos gratifican.
  • En ningún otro momento de la historia hemos vivido tanto, ni tan bien ni tan democráticamente como ahora. La verdad es que no existe una edad de oro que añorar.
  • Numerosos supervivientes de graves calamidades afirman que pudieron soportarlas gracias al sentido del humor.
  • La memoria no es un archivo perfecto ni un disco duro de ordenador donde conservamos los sucesos tal y como los vivimos. No solo reproduce las cosas que graba, sino que también las reconstruye. La memoria tiene el poder de renovar las experiencias que guarda con el fin de adaptarlas al guion de la vida y hacerlas compatibles con nuestros puntos de vista.
  • Las respuestas más frecuentes a la pregunta de cuáles son los motivos para vivir son el universal miedo a la muerte, el amor en sus diversas facetas, el deseo de no apenar o abandonar a seres queridos, una misión o un deber moral que quieren llevar a cabo y la determinación de no rendirse.
  • La inseguridad y la duda continuadas nos estresan tanto porque contradicen la idea de que controlamos razonablemente nuestro programa de vida.
  • Cuanto más incapaces nos sentimos de planificar el mañana y más incierto nos parece el porvenir, más espacio dejamos para que el estrés y la desconfianza nos abrumen y el miedo impregne la vida cotidiana.
  • El estrés benigno o de poca intensidad nos mantiene alerta, concentrados y competitivos.
  • Pese al reconocido poder de la subjetividad humana, la mayoría consideramos que nuestras opiniones son objetivas y acertadas. No se nos ocurre que todos somos ciegos a las distorsiones de la realidad y dados al autoengaño.
  • Las defensas psicológicas son estrategias mentales de supervivencia que permiten minimizar las decepciones impuestas por la vida. Gracias a ellas justificamos conductas inaceptables con excusas persuasivas, o neutralizamos una realidad demoledora con una fantasía reconfortante.
  • Sentir que gobernamos el programa de vida es algo profundamente arraigado en los seres humanos y es una pieza fundamental de nuestro equilibrio mental.
  • El humor nos ayuda a mantener una saludable distancia emocional de las desdichas e incoherencias de la vida, y a percibir la comicidad en nosotros mismos y en las circunstancias que nos amenazan.
  • Es más eficaz invertir en aumentar la visión positiva de las cosas que en eliminar las creencias pesimistas.
  • Cuidado: una alta autoestima no es necesariamente saludable.Cuando el gran aprecio por sí mismos se basa en el egocentrismo y la prepotencia, siempre tiene consecuencias destructivas.
  • La actitud más útil en situaciones de incertidumbre es esperar lo mejor y prepararnos para lo peor.
  • Las personas positivas luchan con valentía por cambiar las cosas que pueden y aceptan sin agobiarse las que son inalterables.
  • Sea cual sea el trauma que hayamos vivido, todos necesitamos transformar la experiencia en una historia para poder contárnosla a nosotros mismos y a los demás. Tanto si el relato que construimos se ajusta a los hechos como si se basa en fantasías, este proceso es inevitable.
  • Todos buscamos la aceptación de los demás.
  • entrada original: https://raulbarraltamayo.wordpress.com/2020/08/18/todo-lo-que-he-aprendido-de-luis-rojas-marcos/
  • Narrar y compartir las experiencias personales que nos conmueven es el primer paso en el camino de la superación.
  • Aunque no lo reconozcamos, nos sentimos mejor cuando hablamos de nosotros mismos en alto, porque esto nos ayuda a mantener los pies en la tierra, a tranquilizarnos y a entender situaciones complicadas. Describir los miedos y las amarguras con palabras reduce su intensidad emocional. Con el tiempo y la repetición, reciclamos las experiencias más amargas hasta convertirlas en narraciones comprensibles, tolerables y hasta entretenidas.
  • Narrar lo que sentimos nos ayuda a transformar los miedos abstractos y las emociones confusas en pensamientos coherentes. Verbalizar las experiencias aterradoras disminuye su impacto emocional y las convierte en recuerdos manejables.
  • Quienes se sienten parte de un grupo superan los obstáculos mucho mejor que quienes se sienten desconectados de los demás.
  • Olvidar es tan importante como recordar. Sin olvido no hay paz de espíritu y la vida sería insufrible.
  • El problema con el uso repetido del «debería» es que no nos ayuda a cambiar. La imposición de una conducta idealizada a través de la crítica alimenta en nosotros la decepción, la desmoralización y mina la autoestima. Las exigencias perfeccionistas nos frustran, nos desaniman y hacen que nos sintamos incompetentes.
  • Las mejores fuentes de motivación son las metas que nos estimulan, nos abstraen y nos plantean un desafío que requiere poner a prueba nuestras aptitudes físicas, mentales y sociales sin sobrepasar nuestras posibilidades.
  • Nuestro cerebro no tolera la falta de explicaciones. De ahí la necesidad imperiosa de explicárnoslo todo. Necesitamos darle significado a las emociones y achacarlas a algo. Solo en raras ocasiones recurrimos a la ignorancia, al misterio o el azar para tranquilizarnos sin entenderlas.
  • A partir de los cuarenta años, la valoración subjetiva que hacemos de nuestra salud augura con bastante certeza los años que nos quedan de vida.
  • El denominador común de los enfermos que sanan por sí mismos es su alto nivel de esperanza de cura.
  • Equilibrar las metas que perseguimos con las probabilidades de conseguirlas demuestra nuestra eficacia ejecutiva.
  • La memoria configura nuestra sensación de continuidad, nuestra visión del mundo y los derroteros que tomamos en la vida.
  • En ocasiones, la memoria reconstruye recuerdos engañosos que pueden hacernos terribles faenas, tanto a nosotros como a otros. Hay personas que recuerdan haber vivido situaciones que en realidad nunca sucedieron.
  • Estoy de acuerdo con la novelita Maya Angelou cuando sostiene que las personas se olvidan de lo que decimos y de lo que hacemos, pero nunca se olvidan de cómo las hacemos sentirse.
  • Nadie abandona este mundo sin antes haber afrontado, por término medio, dos serias adversidades que ponen a prueba su equilibrio biológico y emocional, conmocionan su seguridad, sacuden su sentido de futuro e incluso amenazan su vida. En los asuntos humanos, vencer a la adversidad no es la excepción, sino la regla. y es que, ¡las ganas de vivir mueven montañas!
  • La ignorancia sobre nosotros mismos y el mundo que nos rodea, junto a la incapacidad para prever el futuro, hacen que achaquemos a la suerte muchos de los acontecimientos diarios.
  • Es una pena que los expertos de la mente le hayan prestado más atención a la psicosis que a la cordura, al miedo que a la confianza, a la fobia que al valor, a la melancolía que al entusiasmo.
  • La creencia de que cuantas más desgracias soportamos en la vida más resistentes nos hacemos no tiene fundamento.
  • La virtud del buen humor es que facilita las relaciones, promueve estados de ánimo positivos, nos alegra la vida y, de paso, también la alarga.
  • Hay personas que viven sumidas permanentemente en un estado de aprensión y de inquietud que no corresponde a ninguna amenaza real. La ansiedad crónica altera el equilibrio vital.
  • La risa induce al cerebro a segregar endorfinas que producen regocijo y la sensación de bienestar.
  • La madurez de una sociedad se refleja en su voluntad de proteger y cuidar a sus miembros. No obstante, la responsabilidad de salvaguardar la salud comienza en el propio ciudadano.
  • Todos tenemos un límite para el número de calamidades que podemos soportar sin perder nuestro equilibrio emocional.
  • Las semillas de la violencia se siembran en los primeros años de la vida, se cultivan y desarrollan durante la infancia y comienzan a dar sus frutos malignos en la adolescencia.
  • Todos los grandes logros fueron en algún momento catalogados de imposibles.
  • La actitud positiva ante la vida es resistente a una amplia variedad de infortunios e inconvenientes, siempre que no resulten dañinos para la autoestima y el bienestar cotidiano.
  • El sustituto moderno del Coliseo romano son las escenas de agresión entre personas representadas en el cine, la televisión o Internet. La violencia que cautiva hoy se caracteriza por estar llena de morbo y ser irreal. Por lo general, las personas normales no disfrutan de escenas auténticas de brutalidad o sadismo.
  • La mejor ayuda que la sociedad puede dar a los damnificados es aportar comprensión, respeto, recursos y estímulo para pasar del estado subjetivo de víctima al de superviviente. El objetivo es recuperar cuanto antes el control sobre su día a día y su futuro, y no existir estancados en el ayer, lo que les impide cerrar la herida.
  • Hay atrocidades que nos cambiar para siempre, pues no podemos explicarlas, ni integrarlas, ni dejarlas atrás. El estancamiento en experiencias violentas imborrables daña nuestra flexibilidad.
  • Los enamorados que alimentan expectativas fantasiosas de paraísos de pasión perpetua, absoluta comprensión y apoyo incondicional están destinados a la decepción. Las parejas más seguras son las que reconocen que para mantenerse unidas es indispensable el esfuerzo cotidiano.
  • El problema de demonizar a grupos inocentes es que empapa a la sociedad de paranoia, odio e inseguridad.
  • La felicidad y al desdicha están hechas para ser compartidas.
  • El tratamiento más eficaz del trauma emocional es dar salida a las emociones relatando y compartiendo los recuerdos de la experiencia.
  • Como la antropóloga Margaret Mead ha dicho, la primera relación busca el sexo, la segunda, los hijos y la tercera, la compañía.
  • Restablecer la sensación de seguridad física y de control sobre la propia vida es indispensable para poder superar una situación traumática.
  • Los afligidos por la adversidad que optan por sacar el «pasaporte de víctima temporal» se recuperan antes que quienes se aferran a la nacionalidad de «víctima perpetua».
  • La identidad de víctima permanente es traicionera, pues a menudo nos seduce con derechos o prebendas especiales, pero también nos roba la confianza que necesitamos para superar el trauma. La obsesión con los malvados que quebrantaron las vidas nos impide cerrar la herida y liberarnos.
  • El papel estelar y el intenso protagonismo que adquieren algunos colectivos de agraviados pueden retrasar la rehabilitación psicológica de sus miembros más vulnerables.
  • El perdón no hace que se olvide la agresión, pero ayuda a entenderla desde una perspectiva menos personal. Facilita la paz interior, nos estimula a mirar ilusionados al horizonte y a disfrutar de una existencia que la fragilidad ha hecho más valiosa.
  • La desmoralización, la desidia y la inadaptación que afligen a muchos jóvenes de hoy tienen como denominador común el hambre de padre.
  • La competitividad saludable con uno mismo y con los demás es un potente incentivo para optimizar las relaciones, el trabajo y el tiempo de ocio.
  • La psicoterapia fomenta la introspección, la racionalidad, la disciplina y el análisis honesto de las ideas, las emociones y los deseos. Nos impulsa a aceptar la responsabilidad y el control de nuestra vida; fomenta la seguridad, la autoestima y, sobre todo, nos guía a la hora de encontrar explicaciones y formas de atajar los conflictos.
  • Decir que estamos estresados ha aventajado en popularidad a decir que estamos nerviosos, angustiados o agotados.
  • Viejo proverbio: «Lloraba porque no tenía zapatos, hasta que me encontré con un hombre que no tenía pies».
  • Los enfermos mentales son, con bastante más frecuencia, más víctimas de la violencia que autores de ella.
  • En mis años de práctica he comprobado que los mensajes más reconfortantes para las personas que se enfrentan a las enfermedades proceden de sus propias voces internas.
  • Si sentimos que las decisiones cuentan, lucharemos con más fuerza contra los males que nos afligen que si pensamos que nada de lo que hagamos importa.
  • En el fondo, lo que la mayoría buscamos es la aceptación y aprobación de los demás.
  • Es curioso que las enfermedades nos preocupen más de lo que nos alegra la buena salud.
  • Basta con tres sesiones de ejercicio vigoroso a la semana de unos treinta minutos, o veinte minutos de actividad moderada a lo largo del día. No hay mejor pastilla contra el estrés que una buena sudada. La falta de uso de cualquier órgano o parte del cuerpo da lugar a su deterioro y atrofia.
  • Cuanto mayor sea la necesidad de tener en propiedad absoluta a la persona que amamos, más altas son las probabilidades de que nos invadan las sospechas de traición y el terror al abandono.
  • El mayor obstáculo para atajar el problema de la droga es la ambivalencia de la sociedad hacia los drogadictos. Unas veces se les contempla como delincuentes o depredadores de sus semejantes, y tras, como enfermos o víctimas de los males sociales.
  • Una vez adultos, los hijos indeseados caen con más frecuencia en el alcoholismo y la depresión.
  • Por lo general, nos sentimos más contentos, más generosos y más sociables en los días luminosos que en los oscuros, sobre todo cuando no hace mucho calor o humedad.
  • El derecho a morir con dignidad por voluntad propia es la justa aplicación a los ciudadanos de los avances tecnológicos de que disponen las instituciones sanitarias actuales.
  • Las mujeres unen en lugar de separar, y sitúan las necesidades tangibles de la persona por encima de los conceptos abstractos.
  • Elaborar y grabar en la memoria los proyectos es fundamental para la tranquilidad y el equilibrio mental.
  • Las buenas personas se divierten con actos malévalos, los sueñan o se os imaginan, mientras que las malas los ejecutan de verdad.
  • La memoria a veces guarda el significado erróneo que le damos a las cosas, lo que nos condiciona profundamente. La base de muchos temores, prejuicios y manías irracionales se forma de significados equivocados condicionados.
  • Los vínculos de afecto y apoyo son un potente incentivo para luchar contra la adversidad.
  • Pienso que la sentencia a morir es inmoral, cruel y deshumaniza a la sociedad. Su aplicación está infectada de arbitrariedad, discriminación, racismo y fundamentalismos absurdos.
  • Demasiados hombres y mujeres dedican gran parte de su vida a satisfacer, con una vehemencia escalofriante, su «sed de venganza», aun a costa de enormes privaciones. Algunos incluso dan la vida en este empeño.
  • Lo mismo que los inversores evitan colocar todo su capital en un único negocio, no debemos depender de una sola fuente para alimentar la satisfacción con la vida.
  • Una estrategia muy eficaz para proteger la dicha es diversificar las parcelas de las que extraemos momentos felices.
  • Cualquier que lea sosegadamente la historia de la humanidad no tendrá más remedio que reconocer que cada día somos más pacíficos, bondadosos y solidarios.
  • La mayoría de los proyectos y metas importantes requieren tomar decisiones sin garantía de éxito y actuar resueltamente y con audacia.
  • T. S. Eliot: «Solo quienes se arriesgan a ir demasiado lejos tienen la posibilidad de averiguar lo lejos que se puede llegar».
  • Dibujar, pintar, esculpir, escribir, cantar, bailar o tocar un instrumento musical nos abstrae, nos hace disfrutar y nos libera de las presiones cotidianas.
  • Albert Einstein: «La lógica te llevará de la A a la Z; la imaginación te llevará a todas partes»:
  • Aunque ni a los médicos ni a la industria farmacéutica les guste hablar de ello, no es ningún secreto que bastantes medicinas funcionan solamente por su impacto psicológico o el llamado efecto placebo.
  • En mi gremio no tardamos mucho en percatarnos de que los pacientes convencidos de que el remedio que prescribimos aliviará su mal son los que tienen mayores probabilidades de curarse.
  • Aconsejo mantener un Diario de Agradecimientos donde anotar, al final de cada día, si hemos sentido gratitud por algo y si se la hemos expresado, bien sea a otros, a la naturaleza o a un poder superior. La gratitud que no se expresa pierde valor, como el regalo que envolvemos pero nunca entregamos.
  • Practicar el agradecimiento alegra la vida y alimenta el pensamiento positivo. Además, agudiza la capacidad para percibir y evaluar nuestras limitaciones y las dificultades que se nos presentan.
  • Un problema muy extendido es la reticencia de los profesionales de la medicina a calmar el dolor de los enfermos. Esta resistencia a paliar el dolor procede de la tendencia a descartar las experiencias subjetivas de los pacientes, a creer, erróneamente, que el dolor es un elemento necesario en el proceso de curación, y a temer, sin base científica, que el uso de narcóticos después de una operación produce drogadicción.
  • Cualquier que haya luchado por alcanzar metas difíciles sabe muy bien que los factores decisivos para conseguirlas son la voluntad, el pensamiento positivo y la energía mental.
  • Los consejos de Simone de Beauvoir: «Dedicarnos a personas o causas, sumergirnos en el trabajo social, político, intelectual o artístico. Desear pasiones intensas que nos impidan cerranos en nosotros mismos. Apreciar a los demás a través del amor, de la amistad, de la compasión … Y vivir una vida de entrega y de proyectos que nos mantenga activos en un camino con significado, incluso cuando nuestras ilusiones y el fervor por vivir se hayan marchitado».
  • La conexión afectiva propiciada por la sonrisa es una calle de dos vías: el gesto provoca ternura y respuestas afectuosas en quienes lo observan y estas respuestas, a su vez, repercuten positivamente en la persona que sonríe.
  • Sentir que el destino del viaje vital está en nuestras manos nos motiva, pensar que el control está fuera de nosotros nos paraliza.
  • Yo no veo inconveniente en aumentar el rendimiento intelectual en personas saludables que lo deseen a través de sustancias estimulantes, siempre que estas no produzcan efectos secundarios nocivos. Pero esta es la verdadera cuestión: ¿es deseable para la sociedad que estudiantes y profesionales saludables, que puedan costeárselos, consuman fármacos para potenciar sus facultades en pruebas competitivas?

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raul

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