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El sutil arte de que (casi todo) te importe una mierda de Mark Manson

Posted by Raul Barral Tamayo en martes, 25 de octubre, 2022


Título original: The Subtle Art of Not Giving a Fuck. An Alternative Approach to Happiness and Success.
© Mark Manson, 2016
© De la traducción del inglés, Anna Roig
Editorial: HarperCollins.

En esta guía de autoayuda, el bestseller internacional que está definiendo a toda una generación, el bloguero superestrella Mark Manson nos demuestra que la clave para ser personas más seguras y felices es manejar de mejor forma la adversidad. ¡A la mierda con la positividad!

Durante los últimos años, Mark Manson (en su popular blog) se ha afanado en corregir nuestras delirantes expectativas sobre nosotros mismos y el mundo. Ahora nos ofrece su toda su intrépida sabiduría en este libro pionero.

Manson nos recuerda que los seres humanos somos falibles y limitados: «no todos podemos ser extraordinarios: hay ganadores y perdedores en la sociedad, y esto no siempre es justo o es tu culpa». Manson nos aconseja que reconozcamos nuestras limitaciones y las aceptemos. Esto es, según él, el verdadero origen del empoderamiento. Una vez que abrazamos nuestros temores, faltas e incertidumbres, una vez que dejamos de huir y evadir y empezamos a confrontar las verdades dolorosas, podemos comenzar a encontrar el valor, la perseverancia, la honestidad, la responsabilidad, la curiosidad y el perdón que buscamos.

Manson nos ofrece un momento de urgente sinceridad, ese cuando alguien te sujeta por los hombros y te mira a los ojos para tener una charla honesta, pero llena de historias entretenidas y de humor profano, despiadado. Este manifiesto es una refrescante bofetada en nuestra cara, para que podamos empezar a llevar vidas más satisfechas y con los pies en la tierra.

Mark Manson es un bloguero con más de dos millones de seguidores. Vive en la ciudad de Nueva York.

Algunas de las cosillas que aprendí leyendo este libro que no tienen porque ser ni ciertas ni falsas ni todo lo contrario:

  • En la tumba de Bukowki su epitafio consigna: «No lo intentes».
  • Esta es la razón real del éxito de Charles Bukowski: sentirse cómodo con ser un fracasado. A él le importaba una mierda el éxito. La fama y el éxito no lo hicieron una mejor persona. Tampoco resultó que convertirse en una mejor persona lo hiciera famoso y exitoso.
  • Nuestra cultura se halla obsesivamente orientada a expectativas positivas, pero poco realistas: sé más feliz. Sé más sano. Sé el mejor, mejor que los demás. Sé más inteligente, más rápido, más rico, más sexi, más popular, más productivo, más envidiado y más admirado.
  • Los consejos de vida convencionales en realidad se centran en lo que careces, apuntan exactamente a lo que percibes como tus deficiencias personales, tus fracasos, y después los acentúa.
  • Aprendes las mejores maneras de hacer dinero porque sientes que aún no tienes suficiente.
  • De manera irónica, esta fijación en lo positivo solo sirve para recordarnos una y otra vez lo que no somos, lo que nos falta, lo que debimos ser, pero nunca llegamos a convertirnos. Al fin y al cabo, una persona feliz de verdad no siente la necesidad de pararse frente a un espejo y recitar hasta el cansancio que es feliz: simplemente lo es.
  • El mundo está de manera constante metiéndote en la cabeza que el camino para una vida mejor es más, más y más: compra más, posee más, haz más, ten más sexo, sé más. Te hallas permanentemente bombardeado, todo el tiempo, con mensajes de que todo debe importarte.
  • La clave para una buena vida no es que te importen muchas cosas; es que te importen menos, para que en realidad te importe lo que es verdadero, inmediato y trascendente.
  • En la época de mi abuelo, si te sentías mal contigo mismo pensabas: «Caray, hoy me siento como excremento de vaca … Pero bueno, supongo que así es la vida. A seguir paleando la paja».
  • Nuestra crisis ya no es material; es existencial, es espiritual. Tenemos tantas porquerías materiales y tantas oportunidades que ya no distinguimos qué debe importarnos una mierda ni qué vale la pena.
  • El deseo de una experiencia más positiva es, en sí misma, una experiencia negativa. Y, paradójicamente, la aceptación de la experiencia negativa es, en sí misma, una experiencia positiva.
  • Lo que el filósofo Alan Watts se refería como «La Ley de la Retrocesión», que presenta la idea de que cuanto más persigas sentirte bien todo el tiempo, más insatisfecho estarás; pues perseguir algo solo refuerza el hecho de que careces de ello.
  • Albert Camus, filósofo existencialista: «Nunca serás feliz si continúas buscando en qué consiste la felicidad. Nunca vivirás si estás buscando el significado de la vida». Puesto de una manera más sencilla: No lo intentes.
  • ¿Te has dado cuenta de que a veces, cuando algo deja de importarte tanto, sale mejor? ¿Has notado cómo, a veces, cuando empieza a importarte una mierda, todo parece alinearse?
  • Que algo te importe una mierda trabaja al revés. Si perseguir lo positivo es negativo, entonces perseguir lo negativo genera lo positivo. Los fracasos en los negocios son los que, al final, nos proporcionan un mejor entendimiento de lo que es necesario para tener éxito. Afrontar tus inseguridades, paradójicamente, te hace más carismático y más confiado frente a los demás.
  • Cualquier intento de escapar de lo negativo, de evitarlo, aplastarlo o silenciarlo solo resulta contraproducente. Evitar el sufrimiento es una forma de sufrimiento. Evitar los problemas es un problema. La negación del fracaso es un fracaso.
  • Si logras que el dolor te importe una mierda, nada podrá detenerte.
  • Que las cosas te importen una mierda es afrontar, cara a cara, tus más difíciles y atemorizantes retos y, aun así, actuar.
  • Si vas por la vida dándole importancia a todo y a todos, sin hacerlo conscientemente o por elección, acabarás jodido.
  • Cómo elegir lo que vale para ti y lo que no te importa, con base en tus finamente pulidos valores personales. Esto es en extremo difícil: lograrlo requiere una vida de práctica y disciplina. Y fracasarás varias veces. Pero quizás es el esfuerzo más valioso que uno puede realizar en su vida. Es tal vez el único esfuerzo que posee valor en la vida.
  • Cuanto todo te importa demasiado siempre te sentirás con derecho a estar cómodo y feliz en cualquier circunstancia; sentirás que todo debe ser exactamente y de la maldita forma en la que tú lo quieres. Esto es una enfermedad. Y te comerá vivo. Verás cada adversidad como una injusticia, cada reto como un fracaso, cada inconveniente como una ofensa personal, cada diferencia de opinión como una traición. Quedarás confinado a tu pequeño y ridículo infierno.
  • ¿Qué significa que te importe una mierda?
    • Significa ser diferente; significa sentirse cómodo por ser diferente.
    • Para que te importe una mierda la adversidad, primero debe importarte algo más importante que la adversidad.
    • Te des cuenta o no, siempre estás eligiendo qué es importante para ti.
  • Una verdad escurridiza sobre la vida. No existe eso de que todo te importe una mierda. Algo debe importarte. Es parte de nuestra naturaleza el que algo nos mueva y, por lo tanto, nos importe. La pregunta entonces es: ¿qué debe importarme? ¿Qué decidimos que nos importe? ¿Y cómo puede importarnos una mierda lo que, a fin de cuentas, no importa?
  • Reserva importancia para lo que de verdad posee valor. Amigos. Familia. Propósitos.
  • Si te encuentras constantemente dándole importancia a todas las trivialidades que te molestan existe la gran probabilidad de que en tu vida no esté sucediendo nada que merezca darle importancia.
  • La madurez es lo que ocurre cuando uno aprende a darle valor a lo que en realidad importa.
  • Este libro te ayudará a pensar con más claridad sobre lo que eliges que sea importante en tu vida y lo que decides que no lo sea.
  • Aceptar, con serenidad, la idea de que cierto sufrimiento es inevitable; que no importa lo que hagas, la vida incluye fracasos, pérdidas, arrepentimientos e incluso muerte.
  • Cuando finalmente te sientes cómodo con toda la suciedad que la vida te lanzará, entonces te vuelves invencible en una forma espiritual.
  • Las más grandes verdades de la vida son las que nos desagrada escuchar.
  • Sufrimos por la simple razón de que el sufrimiento es biológicamente útil. Es el agente preferido de la naturaleza para inspirar el cambio. La criatura que esa medianamente insatisfecha y que es insegura, es la que hará el trabajo más innovador y sobrevivirá. Esta constante insatisfacción ha mantenido a la especie luchando y evolucionando, construyendo y conquistando.
  • La felicidad se consigue al resolver problemas. Si estás evadiendo tus problemas o sientes que no tienes ninguno, entonces te harás tú mismo miserable. Si sientes que afrontas problemas que no puedes resolver, igualmente serás miserable.
  • La verdadera felicidad solo ocurre cuando encuentras los problemas que disfrutas teniendo y resolviendo.
  • Las víctimas buscan culpar a otros de sus problemas o culpar a las circunstancias externas. Esto les podrá hacer sentirse bien a corto plazo, pero conduce a una vida de ira, desamparo y desesperación.
  • Las emociones son simplemente señales biológicas diseñadas para mostrarte la dirección hacia el cambio beneficioso.
  • Si te sientes mal es porque tu cerebro te dice que hay un problema del que no eres consciente o no has resuelto. En otras palabras, las emociones negativas son una llamada a la acción.
  • Las emociones son simples señalizaciones, sugerencias que nuestra neurobiología nos proporciona; no son mandamientos. Por ese motivo no siempre deberíamos confiar en nuestras emociones. De hecho, creo que deberíamos crear el hábito de cuestionarlas.
  • Están aquellos que se sobreidentifican con sus emociones. Todo está justificado solo porque lo sintieron. ¿Sabes quienes basan sus vidas enteras en las emociones? Los niños de tres años.
  • Nuestras emociones nunca duran. Lo que sea que nos hace felices hoy, no nos hará felices mañana, porque nuestra biología siempre necesita algo más.
  • Lo que crea nuestras experiencias positivas definirá nuestras experiencias negativas.
  • Una pregunta que la mayoría de la gente nunca considera es: ¿qué dolor deseas en la vida?, ¿por qué estás dispuesto a luchar? Porque eso parece influir más en cómo resultarán nuestras existencias.
  • La felicidad requiere lucha, porque nace y crece de los problemas.
  • La solución se basa en la aceptación y en el involucramiento activo con la experiencia negativa, no de evadirse ni de buscar salvarse de ella.
  • Lo que me llevó mucho tiempo descubrir es que no me agradaba mucho escalar. Solo me gustaba imaginarme en la cima. Quería la recompensa, pero no el esfuerzo. Quería el resultado, pero no el proceso. Estaba enamorado, pero no con la lucha, sino con la victoria.
  • Lo que eres se define por lo que estás dispuesto a luchar.
  • La dicha está, justamente, en la escalada.
  • Tú no eres especial.
  • Si tenemos problemas que no se pueden resolver, nuestro inconsciente cree que somos singularmente especiales o bien singularmente defectuosos; que no nos parecemos a nadie y que las reglas funcionan distinto con nosotros. En otras palabras, nos creemos con derecho a todo.
  • Cuanto más profundo es el dolor, más indefensos nos sentimos frente a nuestros problemas, y para compensar ese dolor nos creemos con más derecho a todo. Este sentimiento se da en alguna de dos formas:
    1. Soy increíble y los demás son unos perdedores, así que merezco un trato especial.
    2. Soy un perdedor y el resto del mundo es increíble, así que merezco un trato especial.
  • La verdad es que no existe tal cosa como los problemas personales. Si tienes un problema, existen muchas probabilidades de que millones de personas lo hayan tenido en el pasado, lo estén padeciendo ahora y lo vayan a sufrir en el futuro. Solo significa que tú no eres especial.
  • Para ser de verdad bueno en algo, debes dedicarle toneladas de tiempo y energía; y como tenemos un tiempo y una energía limitados, en realidad pocos nos volvemos excepcionales en más de una cosa, si es que lo logramos.
  • Todos somos (en la mayoría de los casos) gente del montón. Y son los extremos los que acaparan toda la atención.
  • La vasta mayoría de la vida no es extraordinaria; de hecho, es bastante normalita.
  • La tendencia a sentirse con derecho a todo recorre a toda la sociedad y creo que está ligada al excepcionalismo generado por los medios masivos.
  • En la actualidad se ha aceptado como parte de nuestra cultura creer que todos estamos destinados a hacer algo extraordinario.
  • Ser «del montón» se ha convertido en el nuevo estándar de fracaso. Lo peor que puedes hacer es estar en el medio de la manada.
  • Las raras personas que sí se vuelven de verdad excepcionales en algo lo hacen no porque crean que son excepcionales. Por el contrario, se tornan asombrosas porque están obsesionadas con la mejoría. Dicha obsesión nace de la creencia infalible de que no son, de hecho, grandes en absoluto.
  • La pregunta que nos debemos plantear no es «¿cómo dejo de sufrir?», sino «¿por qué estoy sufriendo, con qué propósito?».
  • Los valores determinan todo lo que somos y hacemos.
  • Somos monos. Solo somos un grupo de monos finamente vestidos. Y porque somos monos, de manera instintiva nos medimos a nosotros mismos con otros y vivimos para el estatus.
  • El placer es estupendo, pero es un valor terrible como para que tu vida gire alrededor de él.
  • El placer es la forma más superficial de satisfacción vital y por ello es la más fácil de obtener y la más fácil de perder.
  • Los estudios demuestran que siempre que uno es capaz de satisfacer las necesidades físicas básicas, la correlación entre la felicidad y el éxito mundano rápidamente alcanza el cero.
  • Las personas que basan su valor personal en tener siempre la razón, no se permiten aprender de sus errores; les falta habilidad para comprender nuevas perspectivas y coincidir con otros; se cierran a información nueva e importante.
  • A pesar de que algo tiene de bueno el «verle el lado positivo a todo», la verdad es que a veces la vida es una mierda y lo más sano que puedes hacer es admitirlo.
  • Freud: «Algún día, en retrospectiva, los años de esfuerzo te parecerán los más hermosos».
  • Cinco valores disruptivos que considero los más beneficiosos que uno puede adoptar:
    1. Aceptar la responsabilidad por cada cosa que sucede en tu vida, sin importar de quién es la culpa.
    2. La incertidumbre: el reconocimiento de tu propia ignorancia y el cultivo de la duda constante en tus propias creencias.
    3. El fracaso: la disposición de descubrir tus propios fallos y errores de modo que puedan ser mejorados.
    4. El rechazo: la habilidad de escuchar y de decir «no», de manera que definas con claridad lo que aceptarás y lo que rechazarás en tu vida.
    5. La contemplación de la propia mortalidad; mantener una atención constante sobre la propia muerte es quizá la única cosa capaz de ayudarnos a mantener nuestros otros valores en la perspectiva apropiada.
  • A veces, la única diferencia entre un problema doloroso o sentirte con poder es la percepción de que nosotros lo escogimos, que somos responsables de ello.
  • Cuando sentimos que elegimos nuestros problemas, nos sentimos con poder. Cuando pensamos que los problemas nos cayeron en contra de nuestra voluntad, nos sentimos victimizados y miserables.
  • Hay un simple detalle del que se deriva toda mejora personal y todo crecimiento: la comprensión de que somos, individualmente, responsables de todo en nuestras vidas, sin importar las circunstancias externas.
  • No siempre controlamos lo que nos sucede, pero siempre controlamos cómo interpretamos lo que nos sucede y cómo respondemos a ello.
  • Nos guste o no, siempre adoptamos un papel activo en lo que ocurre dentro de nosotros y a nosotros. Siempre estamos interpretando el significado de cada momento y de cada situación. Siempre elegimos los valores sobre los que nos desenvolvemos y los parámetros con los que evaluamos todo lo que nos sucede. A menudo, un mismo evento puede ser bueno o malo, dependiendo del parámetro que elijamos usar.
  • Las verdaderas preguntas son: ¿a qué elegimos darle importancia? ¿Sobre qué valores estamos eligiendo basar nuestras acciones? ¿Qué parámetros elegimos para evaluar nuestra vida? ¿Son estas buenas elecciones, bueno valores y buenos parámetros?
  • Cuanto más elijamos aceptar la responsabilidad de nuestras vidas, más poder tendremos sobre ellas. Aceptar la responsabilidad de nuestros problemas es el primer paso para resolverlos.
  • También hay problemas que no son nuestra culpa y aun así somos responsables de ellos.
  • Nunca nadie es responsable de tu situación más que tú. Mucha gente puede tener la culpa de tu infelicidad, pero nadie jamás será responsable de tu infelicidad más que tú. Lo anterior obedece a que tú siempre puedes elegir cómo percibes las cosas, cómo reaccionas antes las cosas, cómo valoras las cosas. Siempre puedes elegir el parámetro con el que evaluarás tus experiencias.
  • Deliberadamente me dispuse a conocer gente nueva. Aproveché una oportunidad de estudiar fuera y trabajé como voluntario.
  • A todos nos encanta asumir la responsabilidad del éxito y la felicidad. Pero asumir la responsabilidad de nuestros problemas es mucho más importante, ahí es donde se inicia la verdadera mejora de vida.
  • Culpar a los demás es hacerte daño a ti mismo.
  • A todos nos reparten cartas. A algunos nos tocan mejores cartas que a otros. Y si bien es fácil obsesionarnos con las cartas que tenemos y sentir que nos tocó una pésima mano, el juego real consiste en las elecciones que hacemos con esas cartas, los riesgos que decidimos tomar y las consecuencias con las que elegimos vivir. La gente que de manera consciente toma las mejores decisiones en las situaciones que se les presentan son aquellas que por lo general salen adelante en la vida. Y no es necesariamente la gente con las mejores cartas.
  • Nadie pasa por la vida sin coleccionar algunas cicatrices en el camino.
  • La falacia de la responsabilidad/culpa le permite a la gente endosarle a los demás la responsabilidad de resolver sus problemas. Esta habilidad de deshacerse de la responsabilidad a través de la culpa le otorga a las personas un bienestar efímero y la sensación de creerse con derecho a todo.
  • El «victimismo chic» está de moda por todos lados hoy, entre los ricos y los pobres. De hecho, puede que esta sea la primera vez en la historia de la humanidad en la que cada grupo demográfico se ha sentido injustamente victimizado de manera simultánea. Todos van montados en la indignación moral que eso trae consigo. En este momento, cualquiera que se sienta ofendido por cualquier circunstancia, todos se sienten oprimidos de alguna manera y piensan que en cierto modo merecen estar muy molestos y obtener un cierto grado de atención.
  • El mayor problema del victimismo chic es que acapara y resta atención a las verdaderas víctimas. Cuantas más personas se proclaman como víctimas a la menor provocación, más difícil es ver quiénes son las verdaderas víctimas.
  • La gente se vuelve adicta a sentirse ofendida todo el tiempo porque les provee un momento efímero de bienestar; creerse con derecho a todo y con una moral superior sienta bien.
  • Tim Kreider, caricaturista político, en su columna de opinión del New York Times: «El sentirse atropellado es como esas otras cosas que te hacen sentir bien, pero con el tiempo te devoran de adentro hacia fuera. Y es incluso más insidioso que muchos vicios, porque ni siquiera somos conscientes de que es un placer».
  • Parte de vivir en una democracia y en una sociedad libre es que todos tenemos que lidiar con puntos de vista y con gente que no necesariamente nos gusta.
  • Deberíamos acercarnos a las noticias y a los medios con una sana dosis de escepticismo, evitar generalizar y etiquetar a aquellos con los que no estamos de acuerdo. Debemos priorizar los valores de ser honesto, de fomentar la transparencia y de abrazar la duda sobre los valores de siempre tener razón, sentirnos bien y obtener venganza.
  • Tú ya estás eligiendo (cada momento del día) a qué le das importancia, así que el cambio es tan sencillo como elegir darle importancia a algo diferente. Es simple, pero es muy, muy difícil.
  • Desechar un valor en el que has confiado durante años te desorientará, como si ya no supieras lo que está bien y lo que está mal. Es difícil, pero es normal.
  • Muchas relaciones en tu vida se construyeron alrededor de los valores que has mantenido, así que en el momento en que los cambies, el cambio de tendencia se reflejará en todas tus relaciones y muchas explotarán en tu cara. Eso también es normal e incómodo.
  • Comprendí que a cada individuo le toca decidir qué es «suficiente» y que el amor puede ser lo que sea que le permitamos ser.
  • El crecimiento es un proceso iterativo infinito. Cuando aprendemos algo nuevo, no es que vayamos de «estar equivocados» a «estar en lo cierto». Más bien, vamos de estar equivocados a estar menos equivocados. Siempre estamos en el proceso de aproximarnos a la verdad y a la perfección sin nunca llegar a alcanzar ni la verdad ni la perfección.
  • No deberíamos buscar la respuesta «correcta» definitiva para nosotros, en vez de ello deberíamos tratar de ir deshaciéndonos poco a poco de nuestras equivocaciones actuales, de forma que estemos menos equivocados mañana.
  • No hay dogma correcto o ideología perfecta. Solo está lo que tu experiencia te ha mostrado que es bueno para ti, e incluso así, la experiencia está probablemente equivocada también.
  • Mucha gente se obsesiona tanto con hacer todo «correctamente» en su vida que acaba por no vivirla.
  • Hay certidumbres particulares a las que nos aferramos, certidumbres que nos da miedo cuestionar o dejar ir, valores que le han dado significado a nuestras vidas a lo largo de los años.
  • La certidumbre es el enemigo del crecimiento. Para que ocurra cualquier tipo de crecimiento, es necesario aceptar las imperfecciones inevitables de nuestros valores.
  • En vez de esperar estar en lo cierto todo el tiempo, deberíamos buscar en qué estamos equivocados todo el tiempo. Porque lo estamos.
  • Estar equivocado abre la posibilidad de cambiar. Ofrece la oportunidad de crecimiento.
  • No confíes en tu concepción de las experiencias positivas/negativas. Lo único que sabemos con certeza es si algo duele o no en ese momento. Y eso no vale mucho.
  • Así como miramos con horror la vida de la gente de hace 500 años, me imagino a las personas que dentro de otros 500 años se reirán de nosotros y de nuestras certezas actuales. Se reirán sobre cómo permitimos que el dinero y nuestro trabajo definan nuestras vidas.
  • Nuestros cerebros son máquinas de significado. Lo que entendemos como significado se genera por las asociaciones que nuestro cerebro crea entre dos o más experiencias.
  • El cerebro es imperfecto. Confundimos lo que vemos y escuchamos. Olvidamos las cosas o malinterpretamos eventos con mucha facilidad.
  • Una vez que creamos significado para nosotros mismos, nuestros cerebros están diseñados para aferrarse a dicho significado. Estamos predispuestos hacia el significado que nuestra mente ha creado y no queremos soltarlo. Incluso si descubrimos evidencias que contradicen el significado que creamos, a menudo lo ignoramos y continuamos creyendo lo que queremos.
  • Muchas de nuestras creencias están equivocadas. O para ser más exacto, todas nuestras creencias están equivocadas: solo algunas están menos equivocadas que otras. La mente humana es un revoltijo de inexactitud. Y aunque esto te resulte incómodo, es un concepto increíblemente importante que debemos aceptar.
  • Para que los individuos encuentren la justificación de dañar a otras personas, deben sentir una certidumbre inquebrantable en su derecho a hacer de todo, en sus propias creencias y en su mérito. Los racistas hacen cosas racistas porque están seguros de su superioridad genética. Los fanáticos religiosos se vuelan en pedazos y asesinan a decenas de personas porque están seguros de su propio lugar en el cielo como mártires. Los hombres violan y abusan de las mujeres por la certidumbre de que tienen derechos sobre los cuerpos femeninos.
  • La gente mala nunca cree que es mala; por el contrario, cree que todos los demás son malos.
  • Viejo adagio: «El hombre que cree que sabe todo, no aprende nada». Cuanto más admitamos que no sabemos, más oportunidades tendremos de aprender.
  • Esta apertura a estar equivocado debe existir para que cualquier cambio real o cualquier crecimiento se materialice.
  • Hay una especie de confort que surge de saber cómo y dónde encajas en el mundo. Cualquier cosa que sacuda ese confort, causa miedo inherentemente.
  • Por eso la gente le tiene tanto miedo al éxito, por la misma razón por la que temen el fracaso: porque amenaza la percepción de quienes creen ser.
  • Hay muy poco que sea único o especial acerca de tus problemas. Por eso dejarlos ir es tan liberador.
  • Mi recomendación es: no seas especial, no seas único. Redefine tus parámetros de formas mundanas y amplias. Elige medirte a ti mismo no como una estrella naciente o como un genio aún no descubierto. Elige evaluarte a ti mismo no como una víctima terrible o como un triste fracaso. En vez de ello, mídete con identidades más mundanas: un estudiante, una pareja, un amigo, un creador.
  • Como regla general, todos somos los peores observadores de nosotros mismos. Cuando estamos enfadados o celosos o molestos, generalmente somos los últimos en darnos cuenta.
  • Aristóteles: «Ser capaz de considerar un pensamiento, sin aceptarlo, es la marca de una mente educada». Ser capaz de ver y evaluar diferentes valores sin necesariamente adoptarlos es quizá la habilidad central requerida para cambiar la propia vida de una manera significativa.
  • Yo trato de vivir con pocas reglas, pero una que he adoptado con el paso de los años es la siguiente: si se trata de que yo esté equivocado o que los demás se equivoquen, es mucho, mucho, mucho más probable que sea yo quien está equivocado.
  • Esa es la simple realidad: si parece que eres tú contra el mundo, probablemente seas solo tú contra ti mismo.
  • La mejora de cualquier habilidad se basa en miles de pequeños fracasos y la magnitud de tu éxito se sustenta en el número de veces que fracasaste en algo. Si alguien es mejor que tú en algo, entonces probable que lo sea porque ha fallado más veces que tú. Si alguien es peor que tú, entonces es probable que no haya pasado por todas las experiencias dolorosas de aprendizaje que has pasado tú.
  • En algún punto, muchos de nosotros nos encontramos en un lugar donde nos da miedo el fracaso, donde instintivamente evitamos el fracaso y nos quedamos solo con lo que está frente a nosotros o en lo que somos de verdad buenos. Eso nos confina y nos sofoca. Solo podemos ser verdaderamente exitosos en algo en lo que estamos dispuestos a fallar. Si no estamos dispuestos a fracasar, entonces no estamos dispuestos a lograr el éxito.
  • Cada nueva conversación, cada nueva relación trae retos y oportunidades para ser honesto con los demás sobre uno mismo. El valor es un proceso de por vida, que desafía la consecución.
  • Conforme Kazimierz Dabrowksi analizaba a los supervivientes, notó algo sorprendente como increíble. Un gran porcentaje creía que las experiencias de guerra que sufrieron, a pesar de ser dolorosas y muy traumáticas, los había convertido en gente mejor, más responsable y sí, incluso los hizo más felices. Después de la guerra se sentían más seguros, con más confianza en sí mismos, más agradecidos, y las trivialidades de la vida y sus pequeñas molestias ya no les perturbaban.
  • Dabrowksi discutí que el miedo, la ansiedad y la tristeza no necesariamente son siempre estados mentales indeseables o inútiles, por lo general son representativos del dolor necesario para el crecimiento psicológico. Negar ese dolor es negar nuestro propio potencial.
  • Si sigues persiguiendo bienestares efímeros para tapar el dolor, si continúas complaciéndote en sentirte con derecho a todo y en un pensamiento positivo irreal, si continúas atiborrándote de sustancias o actividades, entonces nunca generarás la motivacion requerida para cambiar.
  • El mundo tal y como es: un simple lugar donde dos personas pueden acercarse, nada más que por que sí, y charlar.
  • Aprende a soportar el dolor que has elegido. Cuando eliges un nuevo valor, optas por introducir una nueva forma de dolor en tu vida. Disfrútala. Saboréala. Dale la bienvenida con los brazos abiertos. Y luego actúa a pesar del sufrimiento.
  • La vida se trata de no saber y luego hacer algo de todas formas. Toda la vida es así. Nunca cambia.
  • El señor Packwood, mi maestro de matemáticas: «Si estás atascado en un problema, no te siente a pensar en él; comienza a trabajar en él. Incluso si no sabes lo que estás haciendo, el simple acto de trabajar en él al final propiciará que las buenas ideas surjan de tu mente».
  • No estés ahí sentado sin más. Haz algo. Las respuestas llegarán después.
  • Fue quizá lo más importante que he aprendido en mi vida. La acción no solo es efecto de la motivación; también es causa de ella.
  • Si te falta la motivación para conseguir un cambio importante en la vida, haz algo (de veras, lo que sea) y aprovecha la reacción a esa acción como una manera de empezar a motivarte.
  • Si seguimos el principio de «Haz algo», el fracaso parece poco importante. Cuando el estándar de éxito se convierte en simplemente actuar, nos impulsamos hacia adelante. Nos sentimos libres de fracasar y ese fracaso nos proyecta hacia adelante.
  • El principio de «Haz algo» no solamente nos permite superar el aplazamiento de las cosas, sino que es también el proceso por el que adoptamos nuevos valores.
  • La libertad te brinda la oportunidad de un significado mayor, pero en sí misma no hay nada necesariamente significativo sobre ella. La única forma de encontrar un significado y un sentido de importancia en la propia vida es a través del rechazo de alternativas, una reducción de la libertad, comprometerse a un solo lugar, a una creencia o a una persona. Como con la mayoría de los excesos en la vida, tienes que ahogarte en ellos para darte cuenta de que no te hacen feliz.
  • Hay cierta franqueza en la cultura rusa que por lo general no le agrada a los occidentales. Allá no se andan con falsas delicadezas ni telarañas verbales de cortesía. No le sonríen a los extraños ni fingen que les gusta algo que no. En Rusia, si algo es estúpido, dices que es estúpido. Si alguien es un cabrón, le dices que comporta como un cabrón. Si en realidad te gusta alguien y estás pasando un buen rato, le dices que te gusta y que te estás pasando un buen rato. No importa si esa persona es tu amiga, un extraño o alguien a quien conociste hace cinco minutos en la calle.
  • La honestidad es la forma más verdadera de la palabra.
  • Viajar es una fantástica herramienta de desarrollo personal, porque te libra de los valores de tu cultura y te muestra que otra sociedad puede vivir con valores completamente diferentes y aun así funcionar, y no odiarse entre sí.
  • Para construir confianza debes ser honesto. Eso significa que cuando las cosas van mal, lo expresas abiertamente y sin disculpas.
  • Nunca sabes, en el Oeste, si puedes confiar por completo en la persona con la que estás hablando. A veces, este caso incluso se da entre buenos amigos o familiares. Hay tanta presión en Occidente por agradar, que la gente con frecuencia reconfigura totalmente su personalidad, dependiendo de la persona con la que esté tratando.
  • A todos nos debe importar algo, para poder valorar algo. Y para valorar ese algo, debemos rechazar lo que es contrario. El rechazo es parte inherente y necesaria para mantener nuestros valores y, por ende, nuestra identidad. Nos define lo que elegimos rechazar. Y si no rechazamos nada (quizá por miedo a ser rechazados), en esencia no tenemos identidad.
  • Durante la mayor parte de la historia humana, el amor romántico no ha sido tan celebrado como lo es ahora. De hecho, hasta mediados del siglo XIX, el amor era visto como un impedimento psicológico innecesario y demasiado peligroso en contra de las cosas más importantes de la vida.
  • La gente que se cree con derecho a todo y que culpa a otros por sus propias emociones y acciones, lo hace porque cree que, si se presenta de manera constante como víctima, al final alguien vendrá y la salvará, y entonces recibirá el amor que siempre ha deseado.
  • Para las víctimas, la cosa más difícil en el mundo es hacerse responsables de sus problemas. Han pasado su vida creyendo que los demás son responsables de su destino.
  • La gente con límites sólidos no teme los berrinches, las discusiones o a salir lastimada. Las personas con límites débiles se muestran atemorizadas por las mismas cosas y constantemente moldearán su comportamiento para acomodar los altibajos de su montaña rusa emocional.
  • No se trata de que todo lo que le resulte importante a tu pareja te parezca importante a ti; se trata de que tu pareja sea importante para ti, independientemente de lo que es importante para él o ella. Eso es el amor incondicional, amigo.
  • Si dos personas cercanas no son capaces de ventilar sus diferencias abierta y explícitamente, entonces su relación gira en torno de la manipulación y la tergiversación, y lentamente se volverá tóxica.
  • No te sientes amado hasta que confías que el amor que te está expresando llega sin ninguna condición especiales o de carga asociada a él.
  • Si la gente es infiel es porque, para ella, hay algo más importante que su relación.
  • Más no siempre es mejor. De hecho, lo cierto es lo contrario: somos más felices con menos. Cuando nos sobrecargan con oportunidades y opciones, sufrimos lo que los psicólogos llaman la paradoja de la elección. Básicamente, cuantas más opciones nos den, menos satisfechos nos sentiremos con lo que escojamos, porque somos conscientes de todas las otras alternativas de las que estamos privándonos totalmente.
  • Si te pareces a quien yo fui alguna vez, evitarás escoger del todo; buscarás mantener tus opciones abiertas lo más posible. Evitarás el compromiso.
  • He descubierto algo verdaderamente disruptivo: que en el compromiso hay una libertad y una liberación.
  • El compromiso te brinda libertad porque ya no estás distraído por lo que no tiene importancia y ni por lo frívolo. Logra que tu toma de decisiones sea más fácil y elimina cualquier temor de estarte perdiendo algo mejor; sabiendo que lo que ya tienes es suficientemente bueno ¿para qué te desgastarías en perseguir más y más y más de nuevo?
  • Llegué a la conclusión de que si en realidad no hay razón para hacer nada, entonces tampoco hay razón para no hacer nada.
  • En una forma rara y enrevesada, la muerte es la luz bajo la que se evalúa la sombra de todo el significado de la vida. Sin la muerte, todo parecería intrascendente, toda experiencia se percibiría arbitraria, todos los parámetros y valores no tendrían ningún significado.
  • Los humanos son únicos en cuanto a que son los únicos animales que pueden conceptualizarse y pensar abstractamente sobre sí mismos.
  • Todo el significado en nuestras vidas está moldeado por este deseo innato de nunca morir realmente. La religión, la política, los deportes, el arte y la innovación tecnológica son el resultado de los proyectos de inmortalidad de la gente.
  • Nuestros proyectos de inmortalidad son nuestros valores. Son los barómetros de significado y valor en nuestra vida.
  • Ernest Becker dice que el miedo nos mueve a todos cuando le damos demasiada importancia a algo, porque otorgarle importancia a algo es lo único que nos distrae de nuestra realidad y de la inevitabilidad de nuestra propia muerte.
  • El hecho de que te importe una mierda todo es alcanzar un estado casi espiritual de aceptación de la impermanencia de la propia existencia.
  • Becker llegó a una sorprendente conclusión en su lecho de muerte: que los proyectos de inmortalidad de la gente eran el problema, no la solución; la gente debería cuestionar ese yo conceptual y sentirse más cómoda con la realidad de su propia muerte. Aunque sea mala, la muerte es inevitable.
  • Sólo cuando nos sentimos cómodos con el hecho de nuestra propia muerte, entonces podremos elegir nuestros valores con más libertad, sin las ataduras de esta búsqueda ilógica de inmortalidad; solo entonces podremos liberarnos de perspectivas dogmáticas peligrosas.
  • Los estoicos de la antigua Grecia y Roma recomendaban a las personas que tuvieran presente la muerte en todo momento, de modo que apreciaran más la vida y se mantuvieran humildes frente a las adversidades.
  • En varias formas del budismo, la práctica de la meditación a menudo se enseña como un medio para prepararse para la muerte, mientras te mantienes vivo.
  • Mark Twain: «El temor a la muerte deriva del temor a la vida. Un hombre que vive plenamente está preparado para morir en cualquier momento».
  • Es importante afrontar la realidad de nuestra propia mortalidad porque elimina por completo todos los valores frágiles, superficiales y mediocres de la vida.
  • La felicidad proviene de una sola fuente: que te importe algo más grande que tú mismo, creer que eres un componente que contribuye a una entidad superior, que tu vida es tan solo el proceso secundario de una producción ininteligible mucho mayor.
  • Estamos muy bien acomodados en términos materiales y, sin embargo, muy atormentados psicológicamente por problemas menores y superficiales.
  • Complacer en todo a las mentes modernas ha tenido por resultado una población que se siente merecedora de algo sin habérselo ganado, una población que siente que tiene el derecho a algo sin sacrificarse por ello. Y lo hacen no por que crean de verdad que son mejores que cualquier otra, lo hacen porque sienten que necesitan ser mejores para ser aceptadas en un mundo que solamente difunde lo extraordinario.
  • Bukowski: «Todos vamos a morir, todos nosotros. ¡Qué circo! Debería bastar con eso para amarnos los unos a los otros, pero no es así. Nos aterrorizan y aplastan las trivialidades de la vida; nos devora la nada».
  • La lección primaria es esta: no hay nada que temer. Nunca.
  • Esta aceptación de mi muerte, esta comprensión de mi propia fragilidad ha hecho todo más frágil, desarraigar mis adicciones, identificar y afrontar el sentirme con derecho a todo, asumir la responsabilidad de mis problemas; sufrir por mis miedos e incertidumbres, aceptar mis fracasos y los rechazos, todo ha sido más ligero gracias a la conciencia de mi propia muerte.

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raul

2 respuestas to “El sutil arte de que (casi todo) te importe una mierda de Mark Manson”

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