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Funky business de Jonas Ridderstrale y Kjell Nordstrom – Apuntes

Posted by Raul Barral Tamayo en jueves, 27 de agosto, 2020


Título original: Funky Business.
Copyright © 1999 by the Authors and BookHouse Publishing Sweden
Editorial: Pearson Educación.

Desde Abba, Suecia no había generado ciudadanos tan impresionantes (!Roxette no cuenta!)

Hoy el talento es lo único que mueve el capital. En esta época no podemos hacer negocios como antes: necesitamos FUNKY BUSINESS.

Karl Marx tenía razón. Los trabajadores controlan los medios de producción; 1,3 kilos de cerebro tienen la llave del futuro de todos.

FUNKSTER Nº 1: Kjell Nordström trabaja en el Instituto Internacional de Negocios de la Escuela de Economía de Estocolmo. Kjell se ha especializado en internacionalización. Kjell es miembro de la junta directiva de la empresa noruega Stokke Fabrikker, la compañía de Internet sueca Spray Ventures y del agente de cambio digital norteamaricano Razorfish.

FUNKSTER Nº 2: Joan Riderrstrale encabeza la nueva generación de gurús de los negocios europeos. Jonas tiene un MBA y un doctorado de la Escuela de Economía de Estocolmo. Ha dirigido el Programa de Gestión Avanzada de la Escuela de Economía de Estocolmo y ha dado clases en cursos de gestión estratégica y de comercio internacional. Jonas es asesor, conferenciante y consultor de un buen número de empresas internacionales. En su tiempo libre, es coleccionista de arte y colabora con una de las galerías más funky de Suecia.

Algunas de las cosillas que aprendí leyendo este libro que no tienen porque ser ni ciertas ni falsas ni todo lo contrario:

  • Este no es un libro sobre el futuro. Éste es un libro sobre el funky mundo en el que ya vivimos. El futuro ya está aquí.
  • Este libro es el resultado de una terapia personal. Lo escribimos para descifrar quiénes somos, dónde estamos, qué está ocurriendo y por qué. El libro no se basa en una investigación académica tradicional.
  • Nuestra meta era descubrir alguna clase de estructura en un mundo aparentemente desorganizado.
  • Las ideas no surgen de la nada. Se comparten y se mejoran. Se prestan y, algunas veces, se roban.
  • Los trabajadores controlan los principales medios de producción. La primera parte de la revolución ha concluido.
  • Al cerebro no lo controlan accionistas, inversores o ningún otro ente.
  • El cerebro humano está desplazando a los medios de producción tradicionales: materia prima, trabajo duro y capital.
  • Un 70% del valor de un coche nuevo se basa en lo intangible.
  • El escritor Salan Rushdie sostiene que la mejor forma de derrocar a Saddam Hussein es inundar Irak de productos e ideas, en lugar de lanzar bombas y misiles.
  • Se calcula que el 90% de los científicos que han pisado la Tierra están vivos en estos momentos.
  • El conocimiento es el nuevo campo de batalla de los países, las empresas y las personas.
  • Al igual que ocurre con los virus mortales, una vez que la información sale a la luz, nada puede detenerla.
  • Los ricos nunca han sido tan ricos.
  • Nos guste o no, los cambios no se pueden encender y apagar. En el presente, fluyen sin control. Si trata de frenarlos, las aguas se dispersarán en todas direcciones. Si se duerme, lo ahogarán.
  • Vivimos en constante movimiento: una crisis perpetua.
  • En la aldea global, no podemos hacer las cosas solos. Necesitamos encontrar compañeros de trabajo en todo el mundo. Necesitamos a los mejores, no a los más cercanos.
  • La paridad tecnoeconómica indica que, en nuestros días, los prerrequisitos para iniciar un negocio son cada vez más homogéneos.
  • La antigua forma de lograr la unicidad era añadir unos cuantos extras al producto. Eso ya no funciona.
  • Las empresas, servicios y productos son cada vez más parecidos. A menudo, se precisaría un microscopio para advertir las diferencias.
  • Las cosas que se demandaban antes solían depender de pocos conocimientos y de mucha materia. Los nuevos valores tienen poca materia y mucho conocimiento detrás.
  • Todas las empresas modernas compiten en el ámbito del conocimiento, pero el saber es perecedero. Es como la leche, tiene fecha de caducidad. Si no lo empleamos para bien de nuestra empresa, el conocimiento se agria y pierde su valor.
  • Vivimos en la época del tiempo y del talento.
  • Ahora, somos dueños de los principales bienes de la sociedad: nuestros propios cerebros. Todos somos potencialmente libres para aprender, ir, hacer y ser lo que queramos. Podemos elegir. Podemos decidir, Depende de nosotros. Pero la libertad no es sólo algo que nos corresponde. Es preciso conquistarla. Y, hoy, el poder pasa por controlar el recursos más importante: la inteligencia.
  • Cuanto más nos diferenciemos, mejor nos irá.
  • El futuro es más de las preguntas que de las respuestas.
  • Picasso: «Los ordenadores son inútiles. Sólo saben dar respuestas».
  • Creemos que las tres fuerzas que nos impulsan hacia lo desconocido son los cambios tecnológicos, institucionales y del sistema de valores.
  • Axioma: la tecnología cambia y seguirá cambiando a una velocidad muy superior a la que los gobiernos emplean para sancionar leyes que la regulen.
  • La transparencia total tiende a descubrir y poner en evidencia a quienes no aportan ningún valor.
  • Las tecnologías de la información logran que los mercados sean un poco más eficientes cada día.
  • Las instituciones son el base de nuestro mundo. Tradicionalmente, la función de las instituciones era simplificar. Las instituciones fuertes y estables subsumen nuestra libertad. Eso reduce la incertidumbre. Somos libres, pero dentro de unos parámetros fijados por nuestras instituciones. Las instituciones estabilizan, dan un toque gris para rebajar los colores intensos.
  • El capitalismo y el cristianismo están muy relacionados. Nunca hubiéramos visto el capitalismo tal y como lo entendemos si la revolución protestante no hubiera instaurado una nueva ética. Martín Lutero afirmaba que debíamos rezar y trabajar, el famoso ora et labora latino. El trabajo era bueno en sí, un homenaje que eleva el espíritu y nos vuelve humildes.
  • Oriente se volcaba en su propio Lutero: Confucio. Lutero veneraba el trabajo, Confucio veneraba la sabiduría. En el Extremo Oriente, mucha gente empieza a ahorrar para la educación de sus hijos incluso antes de tener pareja. En Oriente, la sabiduría lo es todo.
  • La idea japonesa de la huelga es parar una hora durante la comida. Dado que la empresa es una familia, las metas del empleado y el dueño se solapan. Por lo tanto, hacer huelga en horas de trabajo sería contraproducente: estarían haciendo huelga contra sí mismos.
  • Vivimos en un mundo en el que compramos indulgencia asistiendo a conciertos solidarios o mandando unos billetes a Greenpeace.
  • Vemos televisión para averiguar quiénes somos, para tranquilizarnos y asegurarnos de que somos mejores mental, física o económicamente que los extraños personajes que aparecen en pantalla.
  • Querer evitar la incertidumbre forma parte de la naturaleza humana.
  • Creemos que la respuesta idela pasa por aceptar la complejidad, no por tratar de eliminarla. La complejidad es aterradora, pero también fascinante. Tenemos que tener el valor de enfrentarnos a ella.
  • Cuando uno se enfrenta a la duda, la vida suele ser mejor. Por el contrario, enfrentarse a la certeza suele ser irrelevante y deprimente.
  • Los verdaderos líderes plantean retos a la gente. No controlan a los empleados. Los verdaderos líderes, los dejan libres.
  • Ésta es la época del más. Más donde elegir. Más consumo. Más diversión. Más miedo. Más incertidumbre. Más competencia. Más oportunidades. Hemos entrado en el mundo del exceso: en la edad de la abundancia.
  • El templo de nuestra época no es la Iglesia, sino la Televisión.
  • entrada original: https://raulbarraltamayo.wordpress.com/2020/08/27/funky-business-de-jonas-ridderstrale-y-kjell-nordstrom/
  • Pagar por atención es la evolución lógica de lo que está ocurriendo en estos momentos.
  • El tiempo es la nueva religión de nuestra época. Somos adictos a la velocidad. La nueva sociedad opera en tiempo real.
  • Bill Gates: «Estamos siempre a dieciocho mese del desastre». Si Microsoft está constantemente con un pie en el abismo, ¿qué esperanzas nos queda a los demás?
  • John Kenneth Galbraith: «Tenemos un sistema económico que, sea cual sea su ideología, es una parte sustancial, una economía planeada. La decisión de lo que debe producirse no nace del consumidor soberano … Procede de grandes empresas de producción que acaban por controlar el mercado al que se supone que han de servir».
  • Vamos hacia una sociedad el 2/3 o el 3/4, en la que una gran proporción de personas se quedan atrás.
  • Al entrar en una economía del exceso con mercados poco o nada conflictivos, corremos el riesgo (o tenemos la oportunidad) de que el ganador se lo lleve todo.
  • Cuando los cerebros, Internet y los beneficios crecientes se unen, los monopolios globales están acechando.
  • Las 300 multinacionales más importantes controlan el 25% de los elementos productivos de la Tierra.
  • Lo más impresionante de estos imperios es que se construyen en torno a una entidad legal vacía. Las empresas son marcos legales. Son conchas. Una empresa o un negocio constan de cuatro elementos distintos: capital, es decir, billetes y monedas, maquinaria y edificios, el caro y sucio hardware, personal, el software problemático, y una idea básica, el elemento más complicado de todos.
  • George Bernard Shaw: «Las empresas razonables se adaptan al mundo; las que no son razonables se empeñan en que el mundo se adapte a ellas». Por lo tanto, el progreso depende de las empresas no razonables.
  • En 1776, el economista Adam Smith apuntó que a medida que creciera el tamaño del mercado, aumentaría en igual medida el grado de especialización.
  • Las empresas funky no aspiran a serlo todo para todos. Por el contrario, tratan de ser algo para alguien.
  • Identificar el talento esencial no es tarea sencilla. Busque en su alma. ¿Qué hace realmente bien? ¿En qué destaca sobre el resto de la gente?
  • Nathan Myhrvold, de Microsoft, comenta que tenemos que comprender que en una sociedad basada en la información, la diferencia entre lo mediano y lo realmente bueno ya no tiene un ratio 1:2, como solía ser. Ahora el factor es 1:100 o incluso 1:1.000. Su jefe, Bill, comenta a menudo que si 20 de sus empleados dejasen Microsoft, al empresa se iría a la quiebra.
  • Sólo las empresas enfocadas florecerán.
  • El problema de la mayor parte de las organizaciones no es que tengan poco conocimientos, sino que no saben qué conocen.
  • La nueva lógica implica que cada empresa se limite a aquello para lo que es competente, pero utilice esas habilidades en más de una industria.
  • Los directivos de Virgin afirman que cerca del 90% de los casos que estudian son rentables, por lo menos en potencia, pero que si no encajan con los valores de la empresa, los rechazan.
  • En muchas empresas norteamericanas, los negocios que no tienen lugar en Estados Unidos se catalogan bajo el epígrafe ROW (Rest of the World). en la típica empresa multinacional japonesa, «extranjero» equivale a «diferente».
  • Ninguna de las empresas que hemos conocido ha tenido un enfoque totalmente internacional. Los estándares del país de origen se suelen aplicar de forma bastante uniforme.
  • Kevin Kelly, gurú de las tecnologías de la información: «La riqueza surge de la innovación, no de la optimización … La riqueza no se consigue perfeccionando lo que ya conocemos».
  • La innovación convierte a la empresa en una fábrica de sueños y de ideas que se basa en la imaginación, la inspiración, la ingenuidad y la iniciativa.
  • La innovación total implica replantearse hasta el más mínimo detalle de la forma en que opera la empresa. Requiere ignorar y escuchar a los clientes, así como promover la heterogeneidad y la homogeneidad internas.
  • Para trabajar más rápido no es preciso trabajar más, sino hacerlo el doble de rápido, o lo que es lo mismo: trabajar de forma más inteligente.
  • No se puede obligar a la gente a ser creativa a la fuerza. Para ser creativo es preciso un periodo de calma. Es necesario tener recursos y tiempo. Poder sentarse y reflexionar. Hace falta estar a solas. Tener tiempo para hacer pruebas. Tiempo para experimentar. Tiempo para mantener una conversación informal con otra persona.
  • Necesitamos personas completas, con mente y corazón, cuerpo y alma. Tal y como están las cosas, hoy en día, muchas empresas no utilizan el conocimiento: abusan de él.
  • Escuchar a los consumidores equivocados o escuchar sin pensar también puede tener consecuencias nefastas.
  • No podemos esperar que el consumidor piense en lo impensable. Ésa es nuestra función. La responsabilidad de innovar es siempre del proveedor.
  • Si quiere algo realmente interesante e innovador, ignore a sus clientes. La mayoría de los consumidores actúa como un espejo retrovisor. Son extremadamente conservadores y aburridos, carentes de imaginación y no conocen sus propias mentes. Si sus clientes le aportan nuevas ideas constantemente, contrátelos o búsquese otro trabajo.
  • Si es usted realmente innovador, podrá permitirse deshacerse de ciertos clientes. Una empresa típica pierde dinero con, por lo menos, el 50% de sus clientes. El problema es que muchas empresas no saben quiénes son esos clientes.
  • Personalice su oferta y, luego, personalícela aún más.
  • En un mundo que no deja de fragmentarse, los nichos son cada vez más pequeños. Estamos entrando en la sociedad de la personalización.
  • Oscar Wilde: «La coherencia es el último refugio de quienes carecen de imaginación».
  • Para asegurarnos el éxito, es preciso que la complejidad del entorno se refleje en la composición de la empresa.
  • La mayoría vivimos y trabajamos en empresas creadas por y para un 5% de la población: los hombres blancos de mediana edad. Esto no es sólo un problema de igualdad, se trata de la calidad de la toma de decisiones y de la selección de la oferta comercial.
  • No espere demasiadas innovaciones de una empresa en la que el 90% de los empleados son del mismo sexo, tienen una edad parecida, una educación equiparable, visten de forma similar y juegan todos al golf.
  • C. G. Jung: «Necesito el nosotros para ser plenamente yo».
  • ¿Cómo conseguir que los demás compartan sus valores? La respuesta más rápida: busque a quienes ya lo hacen.
  • Lenin tenía razón. Busque a los revolucionarios. No intente cambiar a la gente.
  • El sucio secreto del capitalismo de mercado en todas sus formas es que las empresas que han alcanzado el éxito lo han hecho matando el espíritu de libre mercado. Han creado monopolios, por lo menos durante un tiempo. La competencia se gana no compitiendo. El éxito se deriva del hecho de ser diferente. Y, luego, estar dispuesto a seguir cambiando.
  • El placer y el ocio son la nueva realidad. Se espera una gratificación inmediata.
  • No creemos que apagar incendios sea la función de un líder. Tampoco lo es ordenar el caos. Si elimina al líder, el resultado no será una empresa abocada al caos, buscando desesperada un liderazgo firme. Si elimina el liderazgo, lo que aparece es el imperio de la repetición y la reproducción. La empresa se extriñe y es incapaz de autorenovarse.
  • No somos buenos para la creación. Nuestra sociedad no está pensada para ser creativa.
  • En el sistema empresarial, el error se castiga. Pero eso no sólo impide que la gente se equivoque, hace que no intente nada. El resultado es la creación de sistemas que rechazan la innovación en lugar de potenciarla.
  • El fracaso es el motor del progreso humano. De no ser por todos los locos que intentan lo imposible, una y mil veces, seguiríamos viviendo en cuevas.
  • Las personas están más dispuestas a asumir riesgos si son voluntarios, controlables, comprensibles y se distribuyen de forma equitativa.
  • La distinción entre aprender, trabajar y vivir ha desaparecido: todo es lo mismo.
  • Los valores no se pueden inventar. Se tienen o no se tienen.
  • La función principal del liderazgo es atraer y mantener a gente interesante: gestionar el flujo de atención. Dar sentido e identidad a una tribu determinada.
  • El poder consiste (siempre ha sido así) en proporcionar sueños a la gente. Sueños que les emocionen, les interesen y les hagan reaccionar.
  • Le sugerimos que hable de nichos de mercado y no mencione los monopolios, aunque el significado es el mismo.
  • Ser diferente es la clave. Por eso las empresas dependen tanto de la gente con ideas únicas.
  • La verdadera competitividad debe construirse en torno a algo que todos sabemos que existe, pero de lo que se habla poco en las empresas. Las compañías deben basar sus monopolios temporales en las emociones y la imaginación. Competencia emocional.
  • Lo que venden las empresas y lo que compran los clientes son dos cosas diferentes.
  • En una economía emocional, es preferible molestar al 90% de la gente y captar la atención y el interés del 10% restante, que quedar bien con todo el mundo.
  • En el nuevo mundo, lo correcto, lo medio y el casi no sirven para nada. La gente quiere cosas extraordinarias, espectaculares, funky.
  • Existen cuatro formas de comunicar con cualquier clase de persona: apelar a la razón, el afecto, la intuición y el deseo. La razón es una cuestión lógica, el afecto tiene que ver con el amor, la intuición es una segunda mirada, y el deseo corresponde a la sensualidad. Cada vez que nos comunicamos con alguien utilizamos una mezcla de esos cuatro componentes.
  • El problema es que en la era del afecto, el éxito depende cada vez menos de la capacidad de razonar.
  • La única forma de conseguir verdaderos beneficios es atraer la parte emocional de los consumidores y de los empleados apelando a sus sentimientos e imaginación, y no centrarse en la parte racional.
  • La forma de lograr instalarse en el mercado es dejar la cabeza y centrarse en el resto del cuerpo, en el corazón, el estómago, el abdomen de la gente, para conseguir su afecto, su intuición y su deseo.
  • Uno de los mejores barómetros del rendimiento de una empresa es el promedio de veces que se ríe un empleado cada día.
  • El futuro pertenece a los atrevidos, a los que se arriesgan, rompen reglas y crean otras nuevas. El futuro pertenece a los que aprovechan la posibilidad de crearlo.
  • Ser muy bueno ya no es suficiente. Satisfacer al cliente ya no es suficiente. Para alcanzar el éxito, es preciso sorprender a los individuos. Tenemos que atraerlos y lograr que no puedan prescindir de nuestros productos. La atención lo es todo.

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2 respuestas to “Funky business de Jonas Ridderstrale y Kjell Nordstrom – Apuntes”

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