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Cómo funciona la música de David Byrne – Apuntes Breves

Posted by Raul Barral Tamayo en martes, 6 de enero, 2015


Título original: How Music Works.
© 2012, Todo Mundo, Ltd.
© 2014, Marc Viaplana Canudas, por la traducción
Editorial: Reservoir books.

Este libro es la apasionante celebración de un tema al que David Byrne ha dedicado su vida: la música.

Divulgativo, literario y documentado, Cómo funciona la música combina apasionantes nociones sobre la historia de la tecnología musical, anécdotas autobiográficas sobre su etapa en Talking Heads, un repaso a las corrientes musicales del siglo xx y un interesante análisis sobre el presente y el futuro de la industria musical. David Byrne muestra cómo la música ha sido siempre resultado de circunstancias culturales y de la creatividad individual.

En un momento en el que muchos anuncian el fin de la industria musical, un texto tan riguroso y optimista como este es francamente necesario.

Músico escocés, David Byrne es conocido principalmente por su pertenencia a la banda de música pop Talking Heads, de gran éxito durante los años 80 del siglo XX. Además de conseguir numerosos discos de oro y hits en los número uno de las listas de ventas, Byrne ha colaborado con numerosos grupos de música electrónica

Algunas de las cosillas que aprendí leyendo este libro que no tienen porque ser ni ciertas ni falsas ni todo lo contrario:

  • La música puede ayudarnos a superar momentos difíciles de la vida, cambiando no solo cómo nos sentimos por dentro, sino también cómo sentimos todo lo que nos rodea. Es muy poderosa.
  • La misma música en un contexto diferente puede cambiar no solo la manera en que el oyente la percibe, sino que puede también darle un significado enteramente nuevo.
  • La música ha existido desde que la gente empezó a juntarse en comunidades. No va a desaparecer, pero sus usos y significados evolucionan.
  • Inconscientemente e instintivamente, creamos para encajar en formatos preexistentes. Por supuesto, la pasión puede seguir estando presente.
  • La música de percusión funciona bien al aire libre, donde el público puede bailar y deambular a la vez.
  • Suponer que en música existe algo así como «progreso» y que hoy día es mejor de lo que era es típico del exceso de autoestima de quienes viven en el presente. Es un mito. La creatividad no «mejora».
  • Se da por sentado que Wagner estaba principalmente forzando los límites de la arquitectura de ópera preexistente, no inventando algo partiendo de cero.
  • El lugar de más prestigio no es siempre el mejor para tu música.
  • Hasta que la amplificación y los micrófonos se hicieron de uso común, hubo que adaptar a la situación los instrumentos que se tocaban y para los que se componía. La configuración de las bandas, así como las partituras que los compositores escribían, evolucionaron para ser oídas.
  • La música country, el blues, la música latina y el rock and roll fueron todas ellas (originalmente) formas de música para bailar, y tenían también que sonar lo bastante fuerte para hacerse oír por encima del parloteo.
  • Hacia 1900, según el crítico musical Alex Ross, al público de música clásica ya no se le permitía gritar, comer o charlar durante una interpretación. Ross insinúa que eso era una manera de apartar al populacho de las nuevas salas de conciertos y de ópera. La música seria, según esta manera de pensar, solo se absorbe y consume por encima del cuello. Las partes por debajo del cuello son social y moralmente sospechosas.
  • En 1878, con el advenimiento de la música grabada, la naturaleza de los lugares donde se escuchaba música cambió.
  • Del músico intérprete se esperaba entonces que compusiera y creara para dos espacios muy diferentes: el local de conciertos y el aparato capaz de reproducir una grabación o de recibir una transmisión. El público que escuchaba una canción y le gustaba quería naturalmente escuchar la misma canción en el club o en la sala de conciertos. Las dos exigencias me parecen injustas.
  • La conexión entre la música grabada y el músico o intérprete en directo ya es cosa del pasado.
  • Con los auriculares puestos puedes oír y apreciar detalles y sutilezas extremas, y la ausencia de la incontrolable reverberación inherente a escuchar música en una habitación significa que el material rítmico sobrevive completamente intacto; no se ensucia ni se convierte en un mazacote sonoro, como suele pasar en un auditorio de música clásica.
  • Recientemente, la música empezó a ser creada mecánica o digitalmente, mediante la edición y la suma de capas de sonidos, muestras, notas y bits transportados y acumulados físicamente o en el mundo virtual de un ordenador. Esto da más poder de decisión (no se necesita una banda, financiación de una compañía de discos, o siquiera un estudio de grabación), pero estos artistas se encuentran a menudo (aunque no siempre) perdidos en lo que se refiere a dotes para el espectáculo.
  • Algunos no deberían ni siquiera acercarse a un escenario, pues su talento se acaba en el ordenador portátil o en las letras, pero otros acaban encontrando el camino. Esperar que sean buenos en ambas cosas es de alguna manera injusto.
  • Sonar compacto no significa realmente tocar todos exactamente el mismo ritmo, sino tocar todos conjuntados.
  • Un buen cantante usa a menudo la «cuadrícula» del ritmo como algo con lo que jugar, sin marcar nunca el compás exacto, sino empujándolo y estirándolo, de maneras que lo percibimos, si está bien hecho, como algo emocional. A veces suena mejor que una versión métricamente perfecta.
  • Las canciones e incluso los conciertos de Talking Heads tenían que ver mayormente con la introspección, la angustia y la perplejidad ante el mundo en el que nos encontrábamos.
  • Como intérprete, esto puede resultar frustrante. No queremos estancarnos tocando nuestro éxitos toda la vida, pero tocar solo material nuevo, desconocido, puede ahuyentar al público.
  • Una máxima decía algo así como que había que hacerle saber al público que ibas a hacer algo especial antes de hacerlo. Si no avisas, la mitad del público se lo perderá. La aplicación de esa regla se puede ver en el cine y en prácticamente cualquier otro lugar.
  • Noémie Lafrance empezó con un ejercicio que nunca olvidaré. Consistía en cuatro sencillas reglas:
    1. Improvisa moviéndote con la música y encuentra una frase de ocho pasos. (En danza, una frase es una corta serie de pasos que se puede repetir.)
    2. Cuando encuentres una frase que te gusta, repítela.
    3. Cuando veas a alguien una frase más potente que la tuya, cópiala.
    4. Cuando todo el mundo haga la misma frase, el ejercicio se acaba.
  • La manera en que uno ve las cosas, y las expectativas que uno pone en una actuación, o en cualquier forma de arte, están por completo determinadas por la sala.
  • No quiero que solo ocurra una vez, en el estudio de grabación, y luego empaquetar ese momento, como recuerdo. Quiero revivirlo, tal como se puede hacer sobre el escenario, una y otra vez. Es maravilloso y sorprendente que la catarsis ocurra de manera fiable y repetidamente, pero lo hace.
  • Como cantante puedes ser transparente y mostrarte como eres en el escenario, en ese momento, y a la vez ser la persona de cuya historia habla la canción. No hay muchas otras formas de actuación que permitan esto.
  • Los primeros cilindros de fonógrafo de Edison no eran demasiado fiables, y la calidad de la grabación no era muy buena. Edison nunca sugirió que se usaran para grabar música. Estaban más bien pensados para ser máquinas de dictado.
  • El psicólogo H. Stith Bennett cree que con el tiempo hemos desarrollado lo que él llama una «percepción grabadora», lo cual significa que asimilamos cómo suena el mundo basándonos en cómo suenan las grabaciones.
  • Ya no esperamos que los discos contemporáneos traten de capturar una actuación en directo específica.
  • Todos sabemos lo extraño que resulta oír una grabación de nuestra propia voz.
  • Ningún micrófono es exactamente como el oído humano, pero esto no se suele mencionar.
  • Ocurrió lo que, hasta cierto punto, John Philip Sousa temía: cuando ahora pensamos en una canción o pieza musical, pensamos en el sonido de las grabaciones, y la ejecución en directo de esa misma pieza es considerada una interpretación de la versión grabada.
  • Cuando ves a alguien en directo, eres un poco menos crítico con los tropiezos de ritmo y afinación.
  • Escuchar la grabación de una actuación en directo que uno ha presenciado y de la cual ha gozado puede resultar decepcionante.
  • Para Ignacio Varchausky, cuando los viejos músicos ya no estén, las tradiciones (y la técnica) se perderán si su conocimiento no es transmitido directamente. La historia y la cultura no se pueden preservar mediante la tecnología sola.
  • La música nos dice cosas de un modo que otras formas de arte no pueden hacernos sentir. Nos cuenta cómo ve el mundo otra gente y nos lo cuenta de una manera no descriptiva. Encarna la manera en que la gente piensa y siente: entramos en otros mundos y aunque nuestra percepción de esos mundos no sea cien por cien precisa, descubrirlos puede dar lugar a una experiencia completamente reveladora.
  • La música grabada se puede desligar de su contexto, para bien o para mal. Se convierte en su propio contexto.
  • El uso de la edición y el empalme significaa que una «grabación» ya no representaba necesariamente una única actuación. La versión para emitir podría incluso ser el resultado de empalmar actuaciones realizadas en lugares diferentes.
  • la primera guitarra Les Paul fue apodada «el tronco», porque a eso se parecía: la caja de resonancia de la guitarra corriente había sido eliminada completamente.
  • Los sintetizadores que aparecieron en los años setenta y principios de los ochenta estaban, como el theremín, desligados de toda cultura o tradición musical.
  • En 1948, con la introducción de los discos de larga duración (elepés), las compañías de discos alentaban a los artistas a grabar música específicamente para el nuevo formato, puesto que los nuevos discos podían venderse más caros y generar más beneficios por unidad que los singles de 45 rpm
  • En 1963, una compañía holandesa llamada Philips desarrolló la cinta de casete. Originalmente, dado que la calidad de las grabaciones no era muy alta, las cintas solo se usaban en dictáfonos, pero en 1970 esto cambió y empezaron a ser usadas para la música.
  • Géneros de música enteros prosperaron gracias al casete. Fue una época de música turbia. La calidad se iba deslizando por una pendiente resbaladiza, pero se compensaba por la libertad y la autonomía que la nueva tecnología proporcionaba.
  • Siempre hay una contrapartida. Cuando la música se divulga y voces regionales distintas encuentran una difusión más amplia, ciertos grupos o cantantes empiezan a dominar, y estilos regionales peculiares acaban siendo acallados, relegados, abandonados y a menudo olvidados.
  • Las bajas frecuencias se sientent tanto como se oyen. Notamos los graves en el pecho y en las entrañas; la música nos mueve físicamente el cuerpo.
  • En 1962, Bell Labs descubrió cómo digitalizar el sonido, para, en la práctica, muestrear una onda sonora y cortarla en diminutos pedazos que podían separarse en ceros y unos. Cuando pudieron hacer esto a un precio no prohibitivo y de una manera en que la voz humana siguiera siendo reconocible, aplicaron inmediatamente esa tecnología para hacer más eficaces sus líneas de larga distancia.
  • La digitalización del sonido posibilitó la grabación digital y productos de consumo. Poco tiempo después, la capacidad y la velocidad de los ordenadores domésticos ya permitía grabar, archivar y procesar música. Todo esto derivó del deseo de Bell Labs de mejorar la eficacia de sus líneas de teléfono.
  • Corrieron rumores de que la duración del CD estaba determinada por la de la Novena Sinfonía de Beethoven, porque esta era la pieza musical favorita de Norio Ohga, entonces presidente de Sony.
  • A lo largo de la historia de la música grabada hemos tendido siempre a supeditar la calidad a la conveniencia.
  • Al ser la música cada vez menos una cosa (un cilindro, un casete, un disco) y más algo efímero, quizá empecemos a darle otra vez mayor valor a las actuaciones en directo.
  • Hacer música es como construir una máquina cuya función es sacar a la luz emociones, tanto en el intérprete como en el oyente.
  • Estudios recientes han demostrado que la gente ignora los hechos que contradicen lo que quiere creer.
  • Es una lástima que, justo cuando resulta más fácil para cualquiera hacer un disco tal como uno lo concibe, los medios tradicionales de vender y distribuir música sean menos viables.
  • Cada vez más, las grabaciones son el artículo de reclamo para vender mercancía y entradas de concierto y conseguir contratos.
  • En música no hay realmente una jerarquía: un buen músico de cualquier estilo dado no es mejor ni peor que un buen músico de otro.
  • Los músicos deberían ser vistos como parte de un espectro de estilos y enfoques, en lugar de ser clasificados según su aptitud.
  • No hay demasiados lenguajes para describir y transmitir música aparte de la notación tradicional, e incluso este método, aun siendo casi universalmente aceptado, sacrifica muchas cosas. La misma pieza de música puede sonar completamente diferente según con quién la toque.
  • Escribir letras que encajen en una melodía o métrica previas es algo que cualquiera que escribe rimas hace natural e intuitivamente.
  • Trato de no prejuzgar nada de lo que pasa por la cabeza durante la fase del proceso de composición: nunca sé si algo que suena estúpido al principio será, en un entorno lírico que puede surgir en cualquier momento, lo que haga que todo brille.
  • El músico que no atiende su negocio no tarda en quedarse sin negocio.
  • He ganado dinero y me han estafado (bueno, he firmado contratos horribles). He tenido libertad creativa y me han apremiado a crear éxitos. He lidiado con músicos chalados que se creían divos y he visto cómo discos geniales de fantásticos artistas pasaban sin pena ni gloria. Adoro la música. La adoraré siempre. Me ha salvado la vida.
  • El negocio de la música apenas tiene ya que ver con producir música.
  • Hoy día puede hacerse un álbum en el mismo ordenador portátil que usas para consultar tu correo electrónico.
  • Hace años, la mayoría de los artistas simplemente no tenían quince mil dólares (mínimo) para pagar tiempo de estudio, honorarios de técnicos de sonido y costes de mezclas y masterización.
  • Sigo utilizando estudios de verdad con bastante frecuencia, pero he llegado a la conclusión de que ya no es una absoluta necesidad.
  • La distribución digital es casi gratuita. Digitalmente, distribuir un millón de copias cuesta lo mismo que distribuir cien.
  • Igual que Pandora, Spotify paga a los dueños del copyright (una vez más, a las compañías de discos), que luego les echan unas migajas a los artistas. Tal como podéis imaginar, esas migajas no son gran cosa. La música en estos servicios no te pertenece: no puedes pasarles las canciones a tus hijos, y cuando dejes de pagar, o si Spotify quiebra, acabas no teniendo nada.
  • Una confluencia de factores externos ayudan a estimular que florezca el talento latente de una comunidad:
    1. Hace falta una sala adecuada, en tamaño y situación, donde presentar nuevo material.
    2. Los artistas tienen que poder tocar material propio.
    3. Los músicos que actúan no tienen que pagar entrada las noches que no tocan (y quizá también tienen cerveza gratis).
    4. Tiene que haber una sensación de desapego por la escena musical dominante.
    5. El alquiler tiene que ser barato… y mantenerse barato.
    6. Las bandas tienen que cobrar con equidad.
    7. Hay que fomentar la transparencia social.
    8. Si hace falta, debes poder ignorar a la banda que está tocando.
  • El capitalismo tiende a la creación de consumidores pasivos, y en muchos aspectos es una tendencia contraproducente.
  • En general, nos adoctrinan para que creamos que la música clásica y tal vez ciertos tipos de jazz poseen una especie de medicina moral, mientras que el hip-hop, la música de club y sin duda el heavy metal carecen de algo que se parezca una esencia moral positiva.
  • Quizá el programa de educación musical de más éxito en el mundo se originó en un aparcamiento de Venezuela en 1975. Se lla El Sistema y lo inició el economista y músico José Antonio Abreu con tan solo once chicos.
  • Abreu: «La pobreza materialo del chico es superada por la riqueza espiritual que proporciona la música».
  • Roger Graef: «La creación de arte puede atajar el ciclo de violencia y temor».
  • El asesor pedagógico sir Ken Robinson señala que todos los sistemas educativos del planeta fueron pensados para cubrir las necesidades de las industrializaciones del siglo XIX.
  • Enséñale a alguien tres acordes de guitarra, muéstrale cómo programar ritmos y tocar un teclado, y si no esperas virtuosismo inmediatamente, quizá te encuentres con algo impactante y conmovedor.
  • Todo el mundo sabe que puedes hacer una canción con casi nada, con conocimientos realmente limitados.
  • T.S. Eliot: «Tú eres la música, mientras la música dura».
  • La música es un cohesionador social pero puede separarlas también.

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