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Cómo hacer que te pasen cosas buenas de Marian Rojas Estapé

Posted by Raul Barral Tamayo en martes, 25 de junio, 2024


© Marian Rojas Estapé, 2018
Editorial: Editorial Planeta.

¿Sabes que tus emociones y pensamientos tienen un impacto directo en tu organismo, en tu percepción de la realidad e incluso en tus propios genes?

¿Eres consciente de que tu manera de gestionar los conflictos te puede predisponer a sufrir ansiedad o depresión, las enfermedades más frecuentes del siglo XXI?

Para la doctora Marian Rojas Estapé la felicidad consiste en vivir instalado de forma sana en el presente, habiendo superado las heridas del pasado y mirando con ilusión al futuro. Muchos de los trastornos que padecemos provienen de la incapacidad para gestionar nuestro presente. La felicidad no es lo que nos pasa, sino cómo interpretamos lo que nos pasa.

En Cómo hacer que te pasen cosas buenas entenderás la importancia de aprender a enfocar tu atención y descubrirás pautas para combatir los miedos, las angustias y cómo canalizar las emociones negativas que te llegan a bloquear física y mentalmente.

La doctora Marian Rojas Estapé es psiquiatra, licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad de Navarra. Trabaja en el Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas, en Madrid. Su labor profesional se centra principalmente en el tratamiento de personas con ansiedad, depresión, trastornos de personalidad, trastornos de conducta y en terapias familiares.

Es profesora invitada de la escuela de negocios IPADE en México. Ha colaborado en varios proyectos de cooperación y voluntariado fuera de España.

Desde el año 2007 imparte conferencias tanto en España como en el extranjero sobre estrés y felicidad, educación, pantalla y redes sociales así como depresión y enfermedades somáticas.

En el último año ha comenzado un proyecto, ilussio, sobre emociones, motivación y felicidad en el mundo empresarial.

Ideas principales:

  • La sobreestimulación dificulta la toma de decisiones.
  • La predisposición, la actitud previa ante cualquier situación determina cómo respondemos a ella.
  • El primer paso para intentar ser felices es conocer qué le pedimos a la vida.
  • La sociedad sufre un gran vacío espiritual que se intenta suplir con una búsqueda frenética de sensaciones tales como satisfacciones corporales, sexo, comidas, alcohol, etc.
  • Al final, la felicidad tiene mucho que ver con la manera en que yo me observo, analizo y juzgo, y con lo que yo esperaba de mí y de mi vida.
  • El equilibrio es aprender a mantener cierta paz interior, ecuanimidad y armonía a pesar de los mil avatares de la vida.
  • Esfuérzate siempre en interesarte por la vida de los demás.
  • La mayor parte de los acuerdos se generan entre personas que crean un vínculo de cordialidad y amabilidad.
  • Si tienes la posibilidad, no pierdas la oportunidad de hacer algo por los demás.
  • No hablar mal de nadie produce una enorme paz.
  • Cuenta historias. A la gente le gustan las historias.
  • Intenta ser amable, es más importante de lo que puedas imaginar.
  • Los recuerdos tienen un poder curativo incluso mayor que las experiencias positivas en sí mismas.
  • Somos los que sentimos, pensamos y amamos.
  • El perdón libera de cargas y ayuda a seguir adelante aunque la causa sea terrible.
  • Si una persona vive constantemente alerta, genera una interpretación de la realidad peor de lo que es.
  • No abarques demasiado. Aprende a renunciar. Vive el momento presente.
  • Busca lo positivo en cada situación. Cualquier circunstancia puede valorarse en clave de problema o en clave de solución.

Algunas de las cosillas que aprendí leyendo este libro que no tienen porque ser ni ciertas ni falsas ni todo lo contrario:

  • Lao-Tsé: «Un viaje de mil millas comienza con el primer paso».
  • Únicamente hay que dejarse llevar, observar e intervenir si surge una buena oportunidad.
  • Las oportunidades están cerca, pero hay que salir a buscarlas. En mi opinión pocas frases han hecho más daño que la de «vendrá cuando menos te lo esperas». Nadie va a venir a buscarnos a casa para proponernos el proyecto de nuestra vida. Hay que ir a su encuentro.
  • Una de las cosas que genera más angustia es la incapacidad de saber qué es aquello a lo que debo dedicarme o dónde elegir. Decidir se plantea como un reto imposible. Vivimos en un mundo lleno de oportunidades, nunca hemos tenido tanto al alcance con tan poco.
  • La sobreestimulación dificulta la toma de decisiones.
  • Los millenials viven empapados de emociones y sentimientos que les llevan a necesitar una gratificación constante para avanzar. Para motivarles (en lo educativo, emocional, afectivo, profesional y económico) con frecuencia se precisan estímulos cada vez más fuertes, más intensos.
  • La forma con la que nos enfrentamos a la vida tiene un gran impacto en lo que nos sucede. La predisposición, la actitud previa ante cualquier situación determina cómo respondemos a ella.
  • Las enfermedades físicas tienen, en muchos casos, una relación directa con las emociones, y siempre podemos intentar encauzar el efecto que una enfermedad física produce en nuestro estado de ánimo.
  • El éxito es el gran mentiroso. El fracaso enseña lo que el éxito oculta, dice mi gran maestro de la vida, mi padre.
  • El primer paso para intentar ser felices es conocer qué le pedimos a la vida.
  • La sociedad sufre un gran vacío espiritual que se intenta suplir con una búsqueda frenética de sensaciones tales como satisfacciones corporales, sexo, comidas, alcohol, etc. Existe una necesidad insaciable de experimentar emociones y sensaciones nuevas cada vez más intensas.
  • Aristóteles, Ética a Nicómaco: «seamos con nuestras vidas como arqueros que tienen un blanco». Hoy en día no existen blancos donde apuntar, se han extinguido los arqueros y las flechas vuelan caóticas en todas las direcciones.
  • Al final, la felicidad tiene mucho que ver con la manera en que yo me observo, analizo y juzgo, y con lo que yo esperaba de mí y de mi vida; es decir, en una frase, la felicidad se encuentra en el equilibrio entre mis aspiraciones personales, afectivas, profesionales y lo que he ido poco a poco logrando. Esto tiene como resultado: una autoestima adecuada, una valoración adecuada de uno mismo.
  • Una persona en paz, que tiene cierto equilibrio interior y que disfruta de las cosas pequeñas de la vida, normalmente tendrá un nivel de autoestima adecuado.
  • Miguel de Unamuno: «Me honra, majestad, recibir esta cruz que tanto merezco».
  • La vida es un constante volver a empezar, un camino donde uno atraviesa situaciones alegres o incluso instantes de felicidad, pero también momento difíciles. Para ser feliz hay que ser capaz de rehacerse en lo posible de los traumas y dificultades. La razón es sencilla: no existe una biografía sin heridas. Las derrotas y cómo encajarlas son lo más decisivo en cualquier trayectoria.
  • El concepto de resiliencia fue puesto en boga por el médico francés Boris Cyrulnik.
  • En la Universidad Cyrulnik ha trabajado con enfermos de Alzheimer; muchos de ellos han olvidado las palabras pero no los afectos, la música, los gestos o las muestras de cariño.
  • Un acontecimiento traumático destruye la identidad y la convicción sobre uno con respecto a los demás y al mundo.
  • Cyrulnik estableció que para que suframos un trauma se ha de cumplir la teoría del doble golpe. El primer golpe sería el evento perturbador propiamente dicho; pero para que este se asiente en la vida ha de sobrevenir un segundo golpe que proviene de ciertos comportamientos del entorno que, a grandes rasgos, puede implicar rechazo o abandono, estigmatización, asco, menosprecio o humillación, siendo la incomprensión un fenómeno común a todos ellos.
  • Los pilares de la resiliencia según Boris Cyrulnik son tres:
    • El personal. Contar con herramientas interiores desde el nacimiento; el apego seguro.
    • El contexto familiar y social. El tipo de apoyo que otorgan los cuidadores, padres y figuras de apego.
    • El contexto social. Contar con el apoyo social y legal en esos momentos, el apoyo de la comunidad, mitiga el trauma y fortalece a la víctima.
  • Cyrulnik: «Imagínese que un niño ha tenido un problema, que ha recibido un golpe, y cuando le cuenta el problema a sus padres, a estos se les escapa un gesto de disgusto, un reproche. en ese momento han transformado su sufrimiento en un trauma».
  • Ser feliz es ser capaz de superar las derrotas y levantarse después.
  • Sentarse en el pasado nos convierte en personas agrias, rencorosas, incapaces de olvidar el daño cometido o la emoción sufrida.
  • Al relajar el cuerpo tras una temporada de esfuerzo se produce una bajada generalizada de nuestras defensas que favorece que se contraigan catarros, gripes u otras enfermedades.
  • Las batallas las ganan los soldados cansados; las guerras, los maestros de la fortaleza interior.
  • El tiempo no cura todas las heridas, pero sí aparta lo más doloroso del centro de mira.
  • El sufrimiento es escuela de fortaleza.
  • El equilibrio es aprender a mantener cierta paz interior, ecuanimidad y armonía a pesar de los mil avatares de la vida.
  • Tras el golpe, hay que retomar las riendas de la propia vida para alcanzar el proyecto de vida que uno tenga trazado. Ser señores de nuestra historia personal. Quien no tiene ese proyecto, quien no conoce en qué se quiere convertir, y que no encuentre sentido a su vida, no puede ser feliz.
  • Lo sencillo es actuar en las distancias cortas, vivir limitándonos a reaccionar a los anárquicos impulsos externos que nos afecten, dejándonos llevar; lo deseable aunque complejo es diseñar la vida con objetivos a largo plazo, de modo que, aunque algo nos desvíe, podamos redirigirnos hacia nuestra meta.
  • Se ha demostrado que, si un paciente acude con confianza al médico, la sensación de dolor disminuye.
  • A veces bastan una sonrisa, un comentario positivo o una frase esperanzadora sobre el desarrollo de la enfermedad.
  • El dolor posee un valor humano y espiritual. No es raro encontrar personas que tras una existencia superficial y conformista han sido transformadas al sufrir un duro revés.
  • El sufrimiento nos ayuda a reflexionar. Nos lleva al fondo de muchas cuestiones que nunca nos habríamos planteado. El dolor, cuando aparece, nos empuja a clarificar el sentido de nuestra vida, de nuestras convicciones más profundas. Las máscaras y apariencias se diluyen y surge nuestro verdadero yo.
  • El dolor ayuda a aceptar las propias limitaciones. Compartir nuestras limitaciones con los demás puede ser el primer paso hacia la sencillez y la superación de las calamidades sufridas. La conciencia de las propias limitaciones refuerza nuestra solidaridad, la empatía con el dolor ajeno y, en última instancia, el amor por los demás.
  • El sufrimiento, por tanto, transforma el corazón. Tras una etapa difícil, con el dolor como protagonista, uno se acerca al alma de otras personas. Es capaz de empatizar y de entender mejor a los que le rodean. Cuando alguien se siente amado, su vida cambia, se ilumina y transmite esa luz.
  • El sufrimiento puede ser la vía de entrada a la felicidad.
  • Solo existe un antídoto al sufrimiento, al dolor y a la enfermedad: el amor.
  • Platón: «No hay hombre tan cobarde a quien el amor no haga valiente y transforme en héroe».
  • En el fondo de cada uno existen maravillas y tesoros que se revelan cuando alguien quiere de verdad.
  • El ser humano necesita amar. El amor es la gran cuestión de la vida.
  • La solidaridad y el voluntariado, el darse a los demás, son factores protectores de la mente y del cuerpo. Sentirse querido y acompañado es una de las claves para ser feliz.
  • Si al convivir con ciertas personas percibes constantemente un ambiente hostil y tirante que te hace estar alerta, ello puede llevarte a enfermar o sufrir profundamente. Estas personas son para ti «vampiros emocionales» porque tiran de forma afectiva de ti hacia abajo.
  • Las buenas relaciones nos hacen más felices y más saludables. Las conexiones sociales nos benefician y la soledad mata. Dicho así resulta fuerte, pero es cierto: la soledad mata.
  • Esfuérzate siempre en interesarte por la vida de los demás.
  • Haz un esfuerzo por recordar datos importantes. Las personas que logran recordar información de otros generan un vínculo mucho más fuerte en menor tiempo. A todos nos gusta que se acuerden sin ser invasivos de lo nuestro; y para ello hay que hacer un esfuerzo.
  • La mayor parte de los acuerdos se generan entre personas que crean un vínculo de cordialidad y amabilidad.
  • Personaliza. Busca lo que a cada uno le puede gustar. No emplees el mismo discurso o mensaje con todos los que te rodean.
  • Evita juzgar. Tendemos a juzgar, analizar y encasillar a las personas en cuanto las conocemos. Para juzgar con equidad hay que ser muy empático y recabar previamente mucha información de la que no solemos disponer.
  • Hay que aceptar a los demás como son, aunque sean distintos y lo que veamos no nos encaje. Ello no significa que ignoremos la realidad.
  • Resulta saludable tener una mente plural, rica, abierta a admitir que existen personas que no se ajustan del todo a nuestros criterios. Hay que evitar cerrarse de forma abrupta a todo lo distinto. Todo el mundo tiene algo que aportarnos.
  • Los límites son necesarios, que la gente nos respete en nuestras ideas o creencias es clave, pero sin rozar la dureza o agresividad.
  • No existe un buen líder que no sea buena persona.
  • Uno es lo que hace, no lo que dice. Habla la conducta. Hablan por sí mismos los hechos de ese sujeto.
  • He comprobado a lo largo de mi vida que existe un elemento que poca gente rechaza: los Sugus. Quizá te sonrías, pero en mi consulta desaparece un bol a diario.
  • ¿Quieres un caramelo? Nadie nunca me dijo que no. Este tipo que yo tenía delante, que me acusaba la peor de las impresiones, con mirada sucia y sin escrúpulos, esbozaba una sonrisa y asentía con la cabeza. Ese pequeño, mínimo, ínfimo detalle, me abría una posibilidad de entrar en el lugar de forma menos fría y hostil.
  • Si no existe una manera fácil para conectar, emplea un toque de humor. Muy poca gente rechaza poder sonreír si se lo pones en bandeja. La risa es la distancia más corta entre dos personas.
  • La risa y la sonrisa tienen la capacidad de alterar la química del torrente sanguíneo, protegiendo así de algunas enfermedades e infecciones.
  • Cantar en grupo es beneficioso para la salud mental.
  • Si tienes la posibilidad, no pierdas la oportunidad de hacer algo por los demás. Da sin pedir a cambio; lógicamente sin caer en el buenismo.
  • No tengas miedo de sentirte vulnerable ante otro o de pedir ayuda.
  • Habla bien de los demás, no critiques. Hay que proponerse seriamente que en las conversaciones en que uno intervenga no se generen críticas o juicios negativos.
  • Todas las personas del mundo, a pesar de su maldad o mala actitud, tienen algo bueno que rescatar.
  • No hablar mal de nadie produce una enorme paz, incluso cuando nos lo pongan en bandeja.
  • Cuenta historias. A la gente le gustan las historias. A veces aportar imaginación, un poco de ilusión y magia en la forma en la que nos expresamos puede generar un buen ambiente. Los humanos siempre las han buscado, las buscan y las buscarán.
  • Con práctica, humor y buena voluntad, puedes mejorar si te lo propones.
  • En este libro vamos a insistir mucho en la importancia que tienen las palabras en nuestra mente. No dejamos indiferente a nuestro organismo con las palabras que empleamos: en las conversaciones interiores y en el lenguaje con los que nos rodean.
  • Intentar ser una persona vitamina, alguien que aporta, que ayuda, que resulta alegre y optimista en un momento de turbulencia.
  • Busca que tus metas tengan una finalidad buena; cuando tus objetivos tienen un valor positivo, atraes cosas positivas. Si tus formas, tus maneras de adentrarte en los demás, tienen un toque tóxico, atraerás lo negativo.
  • Intenta ser amable, es más importante de lo que puedas imaginar.
  • Si uno no sabe medir el grado de amabilidad que desprende, puede acabar convirtiéndose en víctima de alguien que te use o manipule.
  • Prueba a ser amable; durante las próximas semanas escoge alguna persona que te cueste más e intenta generar un vínculo más agradable. Busca las personas con las que pasas muchas horas al día e intenta que la relación sea más cercana.
  • Pregunto con frecuencia a mis pacientes: ¿Qué haces por los demás? Pon más atención a tus relaciones, desde tu familia a tus amigos, o compañeros de trabajo, hasta incluso vecinos.
  • Ortega y Gasset: «Las ideas se tienen; en las creencias se está».
  • Viktor Frankl observó que cuando alguien poseía recuerdos a los que agarrarse o ideales, esa persona tenía la capacidad de sobrevivir física y psicológicamente a cualquier tipo de trauma.
  • La persona con ideas radicales no solo no es capaz de entender y respetar las convicciones de otros, sino que llega a justificar cualquier vulneración de los derechos ajenos si ello le acerca al fin pretendido.
  • Voltaire: «hay momentos en la vida cuyo recuerdo es suficiente para borrar años de sufrimiento».
  • Viktor Frankl observó que las personas cuyas vidas tenían un sentido toleraron mejor el sufrimiento de Auschwitz.
  • Las personas que encuentran una finalidad, un objetivo, un sentido a su vida, tienen más razones para ser felices.
  • Recordar escenas placenteras tiene un fuerte impacto en el cerebro: el hecho de recordar momentos especiales de nuestro pasado tiene la capacidad de producir las mismas sustancias y activar las mismas zonas cerebrales que se activaron cuando eso pasó en realidad.
  • Los recuerdos tienen un poder curativo incluso mayor que las experiencias positivas en sí mismas.
  • Tu mente y tu cuerpo no distinguen lo que es real de lo que es imaginario. Cuando pensamos en cosas que nos preocupan, esos pensamientos tienen un impacto similar a la situación real. Cada vez que imaginamos algo que nos agobia, se activa en el organismo el mismo sistema de alerta, y se libera el cortisol que sería necesario para hacer frente a esa amenaza.
  • Una persona bajo estrés continuo sufre principalmente dos problemas: por una parte, el crecimiento y la regeneración sana del cuerpo se detienen y, por otra, el sistema inmunológico se ve inhibido.
  • El estrés crónico reduce la sensibilidad de las células inmunitarias al cortisol. Es decir, el sistema defensivo del organismo se desactiva y es incapaz de luchar contra una amenaza real. Frena la capacidad de regulación inflamatoria y, por lo tanto, el cuerpo es incapaz de defendernos contra los peligros.
  • Las personas que viven constantemente estresadas, alerta o con miedo, sufren un mayor deterioro de sus células y un envejecimiento precoz. Hoy sabemos que muchas enfermedades se activan y comienzan tras periodos de estrés crónicos donde las personas conviven con esas sensaciones.
  • La ansiedad permanente es la puerta deslizante hacia la depresión. Muchas depresiones provienen de vivir alerta durante largos periodos de tiempo.
  • Con altos niveles de cortisol uno tiende al aislamiento, no le apetece ver a sus amigos o familiares. Le cuesta iniciar una conversación y esquiva las actividades habituales. Por otra parte, se muestra inexpresivo en actos sociales, sin ganas de abrirse a otros.
  • La mente se va adaptando y reconfigurando dependiendo de factores, circunstancias y vivencias del día a día.
  • Un cerebro estresado es la consecuencia de vivir inundados de pensamientos tóxicos.
  • Somos los que sentimos, pensamos y amamos.
  • Un tercio de los pacientes no responden a los antidepresivos que están en el mercado.
  • Como psiquiatra suelo definir la felicidad como la capacidad de vivir instalado de manera sana en el presente, habiendo superado las heridas del pasado y mirando con ilusión el futuro.
  • Los que viven enganchados en el pasado son los depresivos, neuróticos y resentidos; los que viven angustiados por el futuro son los ansiosos. Depresión y ansiedad son las dos grandes enfermedades del siglo XXI.
  • El 90 por 100 de las cosas que nos preocupan nunca jamás suceden, pero el cuerpo y la mente las viven como si fueran reales.
  • Si le preguntas a alguien qué le preocupa, te contesta sobre el pasado o sobre el futuro, ¡nos hemos olvidado de vivir en el presente!
  • Al quedarnos estancados en el pasado estamos impedidos para avanzar en la vida.
  • La depresión es la enfermedad de la tristeza. En ella pueden converger una infinidad de síntomas negativos: pena, abatimiento, apatía, desgana, desilusión, falta de ganas de vivir, abulia y anergia (falta energía para realizar cualquier actividad), ideación suicida, problemas de sueño y de atención y concentración.
  • Nadie está a salvo de padecer una depresión.
  • Para descubrir una posible depresión en niños debemos estar atentos e interpretar con acierto sus cambios de conducta: deja de jugar, habla poco, está ensimismado, se aburre, llora con frecuencia, no se concentra y cae en el fracaso escolar. Los padres deben ser capaces de bucear en esos niños apagados que flotan a la deriva, pierden la ilusión o cambian su forma de ser.
  • «Comencé a acudir por las mañanas a la pequeña capilla cercana, y hablaba con ese hombre puesto en una cruz de madera, le pedía que me ayudara a perdonar para librarme de la angustia y de la rabia. Un día, mientras estaba sentada en el suelo me di cuenta de que ya no sentía odio ni enfado. He perdonado al extranjero. Desde ese día mi vida ha cambiado».
  • Cuando comprendes o entiendes las razones que impulsan a alguien a herirte (su biografía, su forma de ser, su envidia, sus conflictos internos …) consigues aliviar tu sufrimiento. Existe gente mala, por supuesto, pero la mayor parte de la gente que te hiere tiene sus razones. A veces ni ellos mismos las conocen, pero si las buscas, si indagas, puede sorprenderte el consuelo que recibes.
  • Todas las religiones y sistemas éticos tienen en el perdón uno de sus ejes básicos.
  • Olvidar es algo que lo que solamente el tiempo se ocupa, pero perdonar es un acto de la voluntad y solamente el que sufre está calificado para tomar la decisión.
  • Perdonar no significa aceptar que lo que la otra persona cometió fuera aceptable o comprensible.
  • El perdón es necesario porque el dolor que genera no merece estar anclado en tu mente. Perdonar es aliviar el dolor causado, evita el resentimiento y, por ello, abre a la víctima las puertas del futuro que, sin él, estarían inevitablemente cerradas.
  • La capacidad de perdonar es exclusiva de la víctima, no depende del arrepentimiento de quien provocó la ofensa.
  • El perdón libera de cargas y ayuda a seguir adelante aunque la causa sea terrible, aunque el que la provocó no se arrepienta. En mi experiencia clínica, siempre compensa.
  • Perdonar es ir al pasado y volver sano y salvo.
  • Es un ejercicio sano rebuscar en nuestro pasado reciente, en nuestra propia vida, el perdón de otros.
  • No es cuestión de eliminar el miedo, sino de saber que existe y aprender a gestionarlo de forma correcta.
  • Uno precisa tener miedo a ciertas cosas para no lanzarse a todo tipo de periplos y aventuras sin medida.
  • Lo que caracteriza a la ansiedad es el miedo. Un miedo vago y difuso, en ocasiones sin origen claro, que deriva en angustia y en bloqueo emocional.
  • Cuando el cerebro percibe toda la realidad como amenazante esto es debido a que el sistema de alerta se ha hiperactivado. Estamos entonces ante el trastorno de ansiedad generalizada.
  • Muchas personas solo con tener la seguridad de llevar en el bolsillo esa medicación logran sobreponerse al ataque de pánico sin necesidad de tomársela, ya que van postergando la toma en la convicción de que en última instancia la pastilla le ayudará a superarlo, lo que consigue que finalmente puedan llegar a controlar esos ataques sin auxilio de fármacos.
  • Si una persona vive constantemente alerta, genera una interpretación de la realidad peor de lo que es. Responde ante lo que le sucede en su interior como si fueran amenazas reales. El cerebro se confunde al responder.
  • Cuando uno consigue mantener su atención enfocada en la respiración, en el presente, en el aquí y ahora, desechando cualquier pensamiento que le dirija hacia el pasado o le enfoque hacia el futuro, va logrando poco a poco, con cada respiración relajarse y recuperar la serenidad y la confianza perdidas.
  • El miedo se supera sintiéndolo y dando un paso adelante.
  • Intenta entender tus miedos, podrás enfrentarlos mejor y superarlos. Cuando entendemos algo, sabemos afrontarlo y el miedo disminuye.
  • La confianza en ti mismo, ilusionarte con conseguir tus objetivos, activa tu creatividad, tu capacidad de resolver problemas y percibir la vida con más ilusión.
  • Educa tu voz interior. ¡Que sirva para animarte y no para hundirte o influirte negativamente! Esquiva los pensamientos tóxicos que vienen para llevarte de nuevo a las crisis de angustia o para maximizar los miedos.
  • Tu realidad depende de cómo decidas percibirla. Si rechazas elegir agarrarte a lo bueno de tu vida (por pequeño que sea), estás dándote por vencido en la lucha más decisiva de tu existencia.
  • Si negamos o bloqueamos constantemente el sufrimiento, nuestra mente pierde la capacidad de saber afrontarlo y superarlo.
  • Toda emoción viene precedida de un pensamiento. La mente es la responsable de fabricar la emoción. El sentimiento es la reacción física a esa emoción. Sin cerebro, no hay emoción.
  • Estas sentencias sobre ti mismo funcionan en la práctica como barreras mentales que te impiden avanzar libremente en esos campos.
  • Las emociones que nos perjudican son debidas a un pensamiento (más o menos consciente). Y los pensamientos los podemos educar o reeducar.
  • Tras recibir una señal del exterior reaccionamos e interpretamos la realidad dependiendo de tres factores: nuestro sistema de creencias; nuestro estado de ánimo; nuestra capacidad de atención y percepción de la realidad.
  • La ausencia de descanso o un descanso deficiente nos convierte en seres susceptibles e irritables que no pueden responder de forma adecuada a los estímulos exteriores.
  • La ciencia del sueño lo que postula es que no depende tanto del número de horas que uno pasa en la cama, sino los ciclos del sueño realizados.
  • La actitud es la decisión con la que yo decido enfrentarme a la vida. Al ser una decisión, uno siempre se puede trabajar y mejorar en ello.
  • Marcel Proust: «El verdadero acto del descubrimiento no consiste en salir a buscar nuevas tierras, sino en aprender a ver la vieja tierra con nuevos ojos».
  • De lo que se trata es de darle al cerebro objetivos e ilusiones para estar abiertos a ellos si pasan a nuestro lado. El problema es que mucha gente desconoce lo que «ansía», incluso simplemente se deja llevar.
  • A la mayor parte de las personas que no le suceden cosas interesantes en su vida es por una razón muy sencilla: no saben qué quieren que les suceda.
  • Si deseas algo de verdad y lo imaginas con fuerza, puedes conseguirlo. Deja tu corazón volar, haz un plan de acción y ejecútalo. El plan es fundamental: sin plan ni objetivos a corto plazo, las cosas buenas no se logran. Usa tu imaginación. Sueña.
  • Uno atrae lo que le va sucediendo en la vida.
  • La sociedad de hoy precisa volver a mirar la realidad con detenimiento y curiosidad; si observas cualquier cosa con atención, al poco rato se convierte en algo interesante. Esto requiere pararse y ser capaces de escuchar el silencio. El silencio es la capacidad de mirar hacia dentro con paz, rompiendo con el barullo exterior.
  • Enrique Rojas: «Saber mirar es saber amar».
  • No te acostumbres nunca a la persona de la que te enamoraste. Que no te venza la rutina exige atención.
  • El optimista te mira a los ojos, habla de corazón a corazón; el pesimista mira el suelo, encoge los hombros y se olvida de comunicar con el corazón.
  • Esculpimos en tiempo real el cerebro según a qué atendemos y prestamos atención.
  • Para dominar la voluntad, hace falta ser maestros de nuestra atención.
  • Richard J. Davidson, doctor en neuropsicología: «La base de un cerebro sano es la bondad».
  • Vivimos en una sociedad que nos incita a bloquear y anular las emociones. Esto se debe a que parece que sentir o emocionarse es un signo de debilidad o de falta de fortaleza.
  • Reprimir una emoción equivale a no aceptarla. Se quedan encajadas y enquistadas en el subconsciente. Lo lógico es que afloren de una u otra forma en otro momento de nuestra vida, perturbando entonces profundamente nuestro equilibrio.
  • La realidad es que, la mayoría de las veces, los que juzgan, critican o hieren no lo hacen con maldad. Incluso ignoran el daño que causan a otros. Existen personas que disfrutan ofendiendo y agraviando a otros, pero son los menos.
  • Si no expresamos cómo nos sentimos, existe una gran probabilidad de que la persona que tengamos enfrente no sea consciente del daño que nos causa.
  • Las lágrimas son una fuente poderosa de liberación de angustia.
  • La única especie que llora por motivos emocionales es el ser humano.
  • Japón es por motivos culturales e históricos uno de los países del mundo con menor educación en el campo afectivo. No se les permite expresar emociones socialmente.
  • Suelo decir que la ansiedad es la fiebre de la mente y del alma, y nos avisa de que el entorno es hostil o de que estamos sometiendo al organismo a un exceso de actividades, emociones o situaciones con las que no puede lidiar.
  • Ignorar las señales es el primer paso hacia la debilidad y desequilibrio de nuestra salud.
  • Conocemos muchos casos de personas que dejan de hablar, de ver o incluso de caminar por causas emocionales.
  • Pautas sencillas para gestionar de forma correcta las emociones:
    • Conócete. Aprende a entender qué te perturba.
    • Identifica tus emociones. Pon nombre a lo que sientes.
    • Buscar ser asertivo. Di lo que piensas, sin herir. No silencies todas tus emociones, habla con alguien que te genere confianza.
    • No tengas miedo a convertirte en tu mejor versión.
    • Pon límites al efecto que los demás ejercen sobre ti. Aprende a identificar a la gente tóxica que tiene la capacidad de perturbarte profundamente en cualquier momento.
  • El modo en que pensamos y sentimos condiciona nuestra calidad y cantidad de vida.
  • Si algo le hace gracia, puede reír; si algo le pone triste, puede llorar; si está en una situación emotiva, una reunión con familiares o amigos, puede sentirse feliz, y no pasa nada.
  • Buscar constantemente apoyos y sustentos materiales que refuercen nuestra vida y que no se caigan o no puedan fallar nunca es una utopía. Ahí radica el error.
  • La vida es rica por sus matices, por ser incontrolable, y se resistirá a cualquier intento de control férreo por muy calculadores que seamos, generando en quien lo intente una gran angustia.
  • Cuando te bloquees o temas perder el control, cuando el estrés te invada, tu cabeza se agote o tu cuerpo no responda, respira, pon el corazón, repite a tu mente mensajes de paz y crecimiento y saldrás del bucle.
  • Un aspecto propio del perfeccionista es la rigidez a la hora de cambiar de un pensamiento a otro: piensan en una cosa y ya no son capaces de salir de ahí, y eso va generando pensamientos en bucle de difícil salida.
  • Un ejemplo propio de la rigidez cognitiva es la necesidad constante de que las cosas se hagan de la manera que uno quiere y cuando uno quiere. El perfeccionista le añade otro factor: tiene que estar hecho de la mejor manera posible.
  • John Steinbeck: «El arte del descanso es una parte del arte de trabajar».
  • El ser humano se define según la manera en la que organiza su día y, con ello, su vida.
  • Las grandes experiencias de la vida no se saborean en el ajetreo de las prisas y el reloj. La vida no es plena y gratificante si no hay paz y quietud en algunos instantes.
  • Vivimos convencidos de que la prisa y la aceleración producen mayores y mejores resultados en la vida. La inmediatez se ha convertido en un protagonista crucial de la vida. Todo, hoy y ahora. No se espera una semana para ver el siguiente capítulo de una serie y se reclaman los billetes de ten por llegar quince minutos tarde al destino.
  • El hombre actual parece que se tiene que excusar tras «una reunión» para poder tener un momento de ocio o de tranquilidad. No queda bien decir que uno está libre o desocupado.
  • No es corriendo y de forma apresurada como se llega al trasfondo y a la belleza de la vida.
  • No abarques demasiado. Aprende a renunciar. Vive el momento presente. Intenta saborear la naturaleza, la playa, el mar, la montaña, de vez en cuando. Te abrirás a grandes sensaciones que te llenarán de verdad. Eso sí, sin perder de vista tu proyecto personal. Planifica, ten puntos de referencia, pero disfrutando cada vez que llega un momento especial, deseado o emocionante.
  • El cofundador de Facebook, Sean Parker, reconocía que su empresa había sido creada «para explotar una vulnerabilidad de la psicología del ser humano: la retroalimentación de la validación social».
  • Todo ser humano desde la infancia-adolescencia busca vías de escape para manejar sus altibajos, sus frustraciones y vacíos.
  • Estamos en la era del exceso de información y de la superabundancia de estimulación.
  • Las dos únicas cosas que realmente llenan al ser humano por completo son el amor (de pareja, amigos …) y la satisfacción profesional. Esos dos pilares de la vida se logran a base de esfuerzo, constancia y paciencia.
  • El éxito en la vida lo logran las personas que son capaces de concentrarse y enfocarse en lo que realmente desean, siendo capaces de perseverar en el propósito.
  • Una de las formas más efectivas para combatir el estrés, la ansiedad y la depresión es practicar ejercicio con regularidad.
  • La sola contemplación de la naturaleza ya conlleva efectos beneficiosos, como demostró Ernest O. More en 1981.
  • La clave para que nuestras personas tóxicas no nos afecten está en la actitud que tomamos hacia ellas. Hay que conseguir que no invadan nuestro mundo interior, evitar en lo posible que se entrometan en nuestra vida y jamás permitir que anulen nuestra capacidad para tomar decisiones.
  • Sin enfrentarte directamente, aprende a ponerte un «impermeable psicológico» por el que resbalen miradas de desdén, comentarios sarcásticos o críticas incisivas. Debes preguntarte: ¿quiero que esa persona tenga tanta importancia en mi vida?
  • Para evitar las preocupaciones hay que sustituir esos pensamientos por ocupaciones o ideas constructivas y positivas.
  • Van Gogh: «Si una voz interior te dice ¡no pintes!, pinta con fuerza y acallarás esa voz».
  • Busca lo positivo en cada situación. Cualquier circunstancia puede valorarse en clave de problema o en clave de solución.
  • Siempre digo que hay cuatro facetas en el proceso de autoconocimiento:
    • Lo que los demás perciben de mí: mi imagen.
    • Lo que creo que soy: el autoconcepto.
    • Lo que soy de verdad: mi esencia.
    • Lo que muestro en las redes-internet: mi e-imagen.
  • Cuando eres consciente de tus limitaciones, barreras, miedos, y comprendes de dónde surgen, estás avanzando a pasos agigantados en tu trabajo interior y en tu capacidad de gestionar las emociones.
  • Roger Federer: «Yo tenía dos opciones: potenciar mis cualidades o mejorar mis debilidades. Si hacía lo segundo me convertía en un tenista demasiado previsible. Al final, lo que paga las facturas son mis virtudes. No me veo haciendo lo que hacen algunos de pasar mil bolas con el revés e intentar no fallar para mejorarlo».
  • Todo líder requiere tres cualidades: tener un mensaje, saber comunicarlo y ser optimista al respecto.
  • La gente que marca, que arrastra, es la que irradia coherencia, paz y felicidad.
  • Tú eres el resultado de tus decisiones. Tus decisiones condicionan tu vida, no debes dejarte llevar.
  • Louis Pasteur: «La suerte favorece únicamente a la mente preparada».
  • Salir a la calle, el ejercicio y la lectura son potentes antidepresivos y ansiolíticos.
  • Tu mejor versión sobresale cuando te enfocas en tus capacidades expuestas con orden, disciplina, constancia y trabajo. Debes aprender a dejarte la piel, cada día … según las capacidades que tengas.
  • Uno de los indicadores más claros de madurez de la personalidad es tener una voluntad recta. Y al revés, uno de los síntomas más evidentes de inmadurez de la personalidad es tener una voluntad débil, frágil, quebradiza, que pronto abandona la lucha por llegar a la meta propuesta.
  • Séneca: «No existe viento favorable para quien no sabe adónde va». El que no tiene plan es esclavo de lo inmediato. Reacciona según impulsos, emociones o sentimientos, por lo que es tremendamente manipulable.
  • Pocas cosas han hecho tanto daño como la frase «llegará cuando menos te lo esperes». Esto nos lleva a una actitud pasiva, a la espera, muy peligrosa … quizá no llegue nada.
  • ¡No tengas miedo a ilusionarte, a imaginar algo grande, trazar un plan y llevarlo a cabo! Tener un plan conlleva la satisfacción personal de ser capaz de paladear los diferentes logros o hitos que se van alcanzando. Ahí, en esos pequeños pasos, radica la verdadera felicidad. ¡No en obsesionarse con una meta! Es fundamental saber reconducir los planes según las circunstancias …, si no uno puede acabar profundamente frustrado ante el fracaso.
  • Anónimo: «Hay que dedicarle más tiempo a las cosas que nos hacen realmente felices».
  • Como bien dice Murray Butler, hay tres clases de personas: «los que hacen que las cosas pasen, los que miran las cosas que pasa y los que se preguntan qué ha pasado». ¿Quién eres tú?
  • Nunca es tarde para empezar de nuevo.

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