La hora de los sensatos de Leopoldo Abadía – Apuntes Breves

Primero nos explicó la crisis y ahora nos da las claves para superarla. Leopoldo Abadía nos propone, en su nuevo libro, las mejores soluciones para salir de la crisis, y lo hace desde un punto de vista optimista, positivo y sensato.

Un texto fácil, ameno y cargado detalles de la vida cotidiana con el que todos nos identificaremos. Abadía demuestra en La hora de los sensatos que no hay que ser un gurú de la economía para entender que el sentido común es clave para salir adelante.

Después de La crisis ninja, el libro español de no ficción más vendido en el año 2009 (150.000 ejemplares), Leopoldo Abadía lanza, con su personal tono cercano y desenfadado, una mirada reflexiva y crítica, no sólo de la economía, sino también del mundo de la política y de la sociedad.

Algunas de las cosillas que aprendí leyendo este libro que no tienen porque ser ni ciertas ni falsas ni todo lo contrario:

• Casi todas las entidades financieras del mundo tienen la culpa de lo que ha pasado y de lo que está pasando.
• Los sinvergënzas se han lanzado a trabajar en serio, y ayudados por los estúpidos que les han comprado los productos, han conseguido liar a los ingenuos.
• Antes de ser derechas o de izquierdas o de lo que sea, somos PERSONAS, y las personas nos preocupan más o menos las mismas cosas.
• La gente tiene las ideas relativamente claras, con mucha frecuencia.
• Estoy cansado de tanto derecho y tanta gaita. Quiero que a los chavales se les eduque, primero en sus obligaciones y luego en sus derechos.
• En la Constitución española hay más artícuos dedicados a los derechos que a obligaciones.
• Si nuestra sociedad se sostiene, es porque muchos pencan.
• La política es luchar por conseguir el bien común, es el arte de conseguir sacar lo mejor que la gente lleva dentro, que es mucho, es el arte de decir las verdades pase lo que pase, es el arte de animar a las personas de la nación, es el arte de exigir a las personas, es ser modelo de exigencia,  no es más que un encargo temporal que las personas que constituyen la sociedad dan a otras para que administren la cosa pública.
• Quien se cree que todo se arregla con medidas técnicas, lo que los cursis llamarían mecanicistas, es que es un incompetente.
• Todo son personas.
• Ahora hay que pedir perdón por todo.
• A la gente normal les quiero exigir que maduren y que se den cuenta de que son mayores de edad, con el futuro en SUS manos y no en las del gobernante o aspirante.
• Yo prometo/exijo a las personas de esta nación, por este orden:  esfuerzo, mucho esfuerzo; sudor, mucho sudor; algo de sangre; alguna lágrima que otra.
• De esta crisis, gorda, gorda, la peor de hace no sé cuantos años, y de las que vengan en el futuro, que vendrán, sólo nos sacrán las empresas.
• De esta crisis, que es crisis de Decencia, sólo nos sacrán personas que sean decentes.
• La formación básica se da en casa, en la familia, y luego se remata en el colegio y se remata más en la universidad.
• Cuando digo formarse, digo FORMARSE, no deformarse. Porque hay algunos colegios y algunas universidades por el mundo cuyo objetivo parece no ser la formación, sino sacar una serie de personajetes que no sirven para nada en la vida, excepto para molestar.
• Dirigir un proceso es un proceso que tiene siete pasos: saber dónde estamos; saber adónde queremos ir; determinar qué hay que hacer para pasar de donde estamos a donde queremos ir; determinar quién lo va a hacer; determinar cuánto dinero nos va a costar; determinar de dónde vamos a sacar ese dinero; hacerlo.
• Si te dicen que un negocio va bien, pregunta cuánto dinero tienen en efectivo. Si te dicen que no tienen, es que el negocio va mal.
• El empresario, con frecuencia, duerme mal. Porque sabe que se juega su patrimonio, sabe que hay bastantes familias que dependen de que él acierte y sabe que las cosas están como para no pensar que ya ha llegado el éxito definitivo.
• Hay que ayudar al empresario.
• Si el dinero no llega al empresario y a las familias algo habrá que hacer.
• Que los bancos ganen dinero, pero que no lo enseñen demasiado.
• Al Gobierno le interesa que todas las empresa vayan bien.
• No sé cómo tiene que ser la reforma laboral, pero sí sé que ha de reunir las siguientes condiciones: que los empresarios no tengan miedo a contratar personas; que las personas contratadas puedan trabajar en paz sin miedo a despidos egoístas; que estas personas se formen continuamente; que estas personas estén bien pagadas; que estas personas tengan una jubilación digna, sin miedo al futuro.
• Cuando a uno le consideran una autoridad en algo, lo fundamental es saber lo que uno sabe y lo que uno no sabe.
• Una de mis mayores sorpresas en esta temporada de farándula que llevo es la cantidad de virtudes humanas que he descubierto en gente a la que sólo conocía por los programas del corazón.
• Quiero tener un país en el que cuarenta millones de personas: no se insulten; se escuchen; dejen que el otro acabe de hablar para intervenir; no luzcan sus defectos presumiendo de ellos y despreciando al que no los tiene; no digan hoy, blanco, mañana, negro y al otro, gris botella; se responsabilicen de todo lo que hagan; se enteren de que las cosas les irán bien si ellos trabajan como locos y no si el Estado les da un subsidio; se dan cuenta de la estupidez que representan las manifestaciones exigiendo trabajo.
• Siempre, siempre, siempre, la responsabilidad es del pueblo. Mejor dicho: de cada individuo del pueblo.

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Libros relacionados:

• La Crisis Ninja y otros misterios de la economía actual de Leopoldo Abadía.
• El crash del 2010 de Santiago Niño Becerra.

La verdad, bastante bastante pobre, pero bueno, da gusto leer a un hombre tan simpático, más que leer el libro si le has oído hablar alguna vez es como si estuvieras escuchando una conversación en la que él está hablando y tu estás de oyente, puedes oírle literalmente.

raul