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El imperio de la vergüenza de Jean Ziegler – Apuntes Breves

Posted by Raul Barral Tamayo en lunes, 20 de junio, 2011


Desde el 11 de septiembre estamos viviendo un retorno a la feudalización que ha proporcionado a las grandes multinacionales más poder que el que históricamente han tenido emperadores, reyes y papas. Los nuevos déspotas expolian sistemáticamente a los pueblos menos desarrollados y se apoderan en exclusiva de los recursos necesarios para el bienestar de la humanidad.

Para lograr imponer este régimen de sumisión de los pueblos a los intereses de las grandes compañías privadas, existen dos armas que los nuevos señores feudales saben utilizar admirablemente: la deuda y el hambre. ¿Quiénes son estos cosmócratas que privatizan hasta el agua? En este libro revelador se rastrean sus métodos más sutiles, como patentar seres vivos, o imponer por la fuerza los cultivos transgénicos.

Además, esta formidable maquinaria diseñada para someter maltrata y difama a la ONU y a su secretario general, y ya no acepta ninguna de las limitaciones del derecho internacional, que se encuentra en estado agónico. Los señores de la guerra económica, no contentos con saquear el planeta, atacan a los Estados, cuestionan la soberanía popular, subvierten la democracia y destruyen las libertades de los hombres.

En todo el planeta se ha instalado sutilmente un imperio de la vergüenza y Jean Ziegler, que da muestras de un excepcional conocimiento del terreno que pisa, hace un llamamiento sin reservas contra éste. En la vergüenza se basó precisamente el impulso revolucionario de finales del siglo XVIII y, ahora, vuelve a haber una revolución en marcha: la insurrección de las conciencias, la insurrección del hambre.

Jena Ziegler ha sido profesor de Sociología en la Universidad de la Sorbona en París, y diputado federal del Parlamento suizo. Actualmente es Relator Especial de Naciones Unidas sobre el derecho a la alimentación.

Algunas de las cosillas que aprendí leyendo este libro que no tienen porque ser ni ciertas ni falsas ni todo lo contrario:

  • Benjamin Franklin: «Tras la declaración de independencia hay un poder considerable, eterno: el poder de la vergüenza».
  • Hambrientos del bairo de Pela Porco en San Salvador: «Debo superar la vergüenza para rebuscar en la basura».
  • La sensación de deshonor impide al parado harapiento llegar a los barrios ricos, en los que podría quizá encontrar un trabajo para comer y dar de comer a su familia. La vergüenza le impide exponerse a las miradas de la gente.
  • En su fuero interno, muchos occidentales, perfectamente informados de los sufrimientos de los hambrientos africanos o de los parados paquistaníes, soportan difícilmente su complicidad cotidiana con el orden caníbal del mundo. Sienten vergüenza, que pronto es sustituida por una sensación de impotencia. Para calmar sus escrúpulos, la tentación de buscar justificaciones es muy fuerte.
  • Los señores también sienten vergüenza. Conocen perfectamente las consecuencias de sus actos.
  • Para Emmanuel Kant, la sensación de vergüenza procede del deshonor. Expresa la rebelión ante una conducta, una situación, unas acciones, intenciones envilecedoras, degradantes, ignominiosas, contrarias al «honor de ser un hombre».
  • El imperio de la vergüenza tiene como horizonte el deshonor que sufre cada hombre a causa del sufrimiento de sus semejantes.
  • Los nuevos sistemas feudales capitalistas tienen ahora un poder que ningún emperador, ningún rey, ningún papa había poseído antes.
  • Las quinientas multinacionales capitalistas más poderosas del mundo controlaban, en 2004, el 52% del propucto mundial bruto: es decir, más de la mitad de todas las riquezas producidas en un año en nuestro planeta.
  • El hambre, la miseria, el quebrantamiento de los pobres osn más temibles que nunca.
  • La sensación de vergüenza es uno de los elementos constitutivos de la moral.
  • Sé, por intuición, por el ejercicio de la razón, por mi exigencia moral, que todos los hombres tienen derecho al trabajo, a la alimentación, a la salud, al conocimiento, a la libertad y a la felicidad.
  • Si manifiesto compasión, si expreso mi solidaridad con los demás, mi competidor se aprovechará instantáneamente de mi debilidad. Me destruirá. Por consiguiente, contra mi voluntad, para mi mayor vergüenza, me veo obligado, en cada instante del día y de la noche, independientemente del precio humano que deba pagar, a buscar el máximo beneficio y a practicar la acumulación, a garantizarme la plusvalía más elevada en el lapso de tiempo más corto y al precio de coste más bajo posible.
  • La economía no es un fenómeno natural. Sólo es un instrumento que conviene colocar al servicio de un objetivo único: la búsqueda del bienestar común.
  • Ni el hambre ni la deuda son inevitables.
  • Las sociedades transcontinentales privadas, propietarias de las tecnologías, los capitales, los laboratorios más poderosos que haya conocido la humanidad, son la columna vertebral de este orden injusto y mortífero.
  • A un hambriento, el derecho al voto no le sirve para nada. El que morirá de enfermedad, y su familia de miseria, no se preocupa de las libertades de pensamiento y de reunión.
  • Sin justicia social, la república no vale nada.
  • En cada lugar del mundo, las multinacionales farmacéuticas adaptan sus precios a la situación económica del lugar. Los cárteles farmacéuticos prefieren adaptar sus precios al poder adquisitivo de la escasa clase dirigente autóctona. Prefieren vender poco, pero caro.
  • El hombre es esencialmente un ser inacabado. La utopía habita su ser más íntimo.
  • He dado el nombre de cosmócratas a los nuevos señores feudales. Son los amos del imperio de la vergüenza.
  • Ni el hambre ni la deuda son fenómenos nuevos en la historia. Desde la noche de los tiempos, los fuertes han controlado a los débiles a través de la deuda.
  • El precio de un bien depende  de su escasez. Cuanto más escaso es un bien, más elevado es su precio. La abundancia y la gratuidad son las pesadillas de los cosmócratas, que dedican esfuerzos sobrehumanos a conjurar su perspectiva. Sólo la escasez garantiza el beneficio. ¡Organicémosla!
  • ÉRic Le Boucher: «Las multinacionales están sentadas sobre considerables montañas de oro […] con las que ya no saben qué hacer».
  • El subdesarrollo económico actúa sobre los seres humanos como una prisión. Los encierra en una existencia sin esperanza.
  • En el imperio de la vergüenza, gobernado por la escasez organizada, la guerra ya no es episódica, sino permanente. Ya no constituye una patología, sino la normalidad. Ya no equivale a un eclipse de la razón. Es la razón de ser del propio imperio. Llamo violencia estructural a esta cosmogonía y a esta práctica nuevas.
  • Actualmente, la mayor parte de las barreras del derecho internacional se han desmoronado. La propia ONU está exangüe.
  • Los derechos humanos son teóricamente imperativos. En la práctica, sin embargo, no lo son, pues no existe a escala mundial un Tribunal de Derechos Humanos.
  • Ningún progreso social duradero es posible sin libertad individual, sin democracia.
  • Henry Kissinger es con seguridad uno de los mercenarios más cínicos del imperio de la vergüenza. Su tesis central es la siguiente: la diplomacia multilateral sólo produce caos. Sólo una potencia planetaria tiene medios materiales y capacidad de intervención rápida en periodo de crisis.
  • Prácticamente ningún funcionario por encima del grado P-5, independientemente del lugar que ocupe en el sistema amplio y complejo de las Naciones Unidas, e independientemente de su nacionalidad de origen, puede optar a ninguna promoción sin el aval explícito de la Casa Blanca.
  • El medio de control más poderoso del Norte sobre el Sur es actualmente el servicio de la deuda.
  • Los países pobres pagan anualmente a las clases dirigentes de los países ricos mucho más dinero del que reciben de ellas, en forma de inversiones, créditos de cooperación, ayuda humanitaria o ayuda llamada al desarrollo. En 2003, 54.000 millones de dólares contra 436.000.
  • El saqueo del Tesoro Público de los países del tercer mundo, la corrupción rampante, la prevaricación organizada con total complicidad con algunos bancos privados suizos, estadounidenses, franceses, están causando estragos.
  • Las sociedades transcontinentales del sector agroalimentario, los bancos internacionales, las sociedades transcontinentales de servicios, industria y comercio controlan actualmente amplios sectores de las economías de los países del hemisferio sur. En la mayor parte de los casos sus beneficios son astronómicos. Sólo una fracción de estos beneficios se reinvierte en moneda local en el propio país.
  • La mayor parte de las socieades transcontinentales que trabajan en el tercer mundo utilizan patentes pertenecientes a su sociead matriz.
  • La deuda externa actúa como un cáncer sin tratar. Aumenta constantemente. Inexorablemente. Este cáncer impide que los pueblos del tercer mundo salgan de la miseria. Y los conduce a la agonía.
  • A menos que esté en condiciones de encerrarse en la autarquí total ningún país endeudado del tercer mundo puede elegiur hoy en día el camino de la insolvencia intencionada.
  • El FMI no sólo administra la deuda. También es garante de los beneficios de los especuladores extranjeros.
  • Una anulación pura y simple de la totalidad de la deuda externa de los pueblos del tercer mundo no tendría sobre la economía de los Estados industriales y el bienestar de sus habitantes prácticamente ninguna influencia. El servicio de la deuda es el gesto visible de sumisión.
  • El gobierno de un país sobreendeudado siempre puede iniciar un examen de la utilización que han hecho sus predecesores de los créditos extranjeros. Este método, eficaz pero complicado, ha sido diseñado y desarrollado por economistas brasileños.
  • En 1932, el gobierno brasileño se negó a devolver a los bancos extranjeros cualquier suma considerada como «ilegal».
  • La expresión «deuda odiosa» ha sido acuñada por Éric Toussaint. Los campesinos ruandeses se matan para devolver, un mes tras otro, a las potencias extranjeras las sumas que sirvieron para las matanzas.
  • En mi opinión, deben considerarse «deudas odiosas» todas las deudas externas de los países del tercer mundo, que inducen el subdesarrollo económico, reducen las poblaciones a la esclavitud y destruyen a los seres humanos a través del hambre.
  • El hambre es un producto directo de la deuda. El hambre es la causa principal de muerte en nuestro planeta. Esta hambre está causada por la mano del hombre.
  • La subalimentación severa y crónica destruye lentamente el cuerpo.
  • La malnutrición podría erradicarse rápidamente de la superficie de la tierra sin grandes problemas técnicos ni costes financieros exorbitantes. Bastaría con aplicar a los alimentos consumidos en el tercer mundo las mismas exigencias que en Occidente. En Ginebra, la sal que compro está enriquecidad en yodo, en virtud de la legislación vigente. De esta forma, la anemia debida a la falta de hierro ha desaparecido prácticamente en Occidente.
  • Josué de Castro: «La mitad de los brasileños no duerme porque tiene hambre. La otra mitad tampoco duerme porque tiene miedo de los que tienen hambre».
  • Brasil dispone de una de las sociedades civiles más vigorosas y más inventivas del mundo.
  • de los 52 Estados del continente africano y sus islas, sólo 15 tienen autosuficiencia alimentaria.
  • Las estrategias de presión, de infiltración y de manipulación desarrolladas por los nuevos poderes feudales son extraordinariamente hábiles y eficaces. No sólo se infiltran en los cuarteles generales de su los cosmócratas competidores, sino también en los diferentes gobiernos nacionales, y la mayor parte de las grandes organizaciones internacionales, gubernamentales y no gubernamentales, del planeta.
  • Los nuevos poderes feudales son en efecto burocracias extremadamente autoprotectoras.
  • En la selva del capitalismo, el arma principal del cosmócrata es la sorpresa: impedir que su enemigo conozca los planes de ataque constituye una exigencia absoluta.
  • En las multinacionales, los servicios de contraespionaje internos son muy poderosos.
  • Los cosmócratas de la industria farmacéutica sólo se ocupan del desarrollo de un medicamento cuando sus servicios de marketing han identificado previamente la existencia de una clientela de elevado poder adquisitivo.
  • La última generación de medicamentos está formada por las life style drugs (moléculas contra el envejecimiento, la caída de la libido, las arrugas, …)
  • Si quieren sobrevivir en los puestos que ocupan, los cosmócratas deben ser feroces, cínicos y despiadados.
  • La impunidad de los cosmócratas es casi total.
  • Las estrategias de dominio de los nuevos déspotas casi siempre se saldan con una victoria.
  • Nestlé es la empresa multinacional más poderosa en los sectores de alimentación y el agua. Por su tamaño, es la empresa número 27 del mundo. Es imposible conocer quiénes son los beneficiarios del maná celestial de Nestlé.
  • La legislación suiza es una de las más favorables a los deseos de discreción que animan a los cosmócratas.
  • En los países industriales del Norte, practican el chantaje de la deslocalización. Para asegurarse unos márgenes de beneficio lo más elevados posibles, amenazan a los sindicatos y los gobiernos con marcharse a otro sitio.
  • Informar, hacer transparentes las prácticas de los señores es la tarea principal del intelectual. Los vampiros huyen como de la peste de la luz del día.

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raul

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